Los Gómez Quiroga

Capítulo 3. "La tía borracha"

El reloj marcaba las seis de la madrugada, cuando una llamada de sorpresa a la casa de la familia Gómez Quiroga, despertó a la hija mayor del matrimonio. Jazmín se apresuró a contestar el teléfono que ya llevaba varios minutos sin dejar de sonar, debía ser algo muy importante para que insistieran mucho después de no haber recibido contestación la primera vez que llamaron, por lo cual de inmediato que llegó al teléfono, lo levantó y una voz entrecortada fue lo primero que escuchó.

—¿Tía? Soy Miguel.

—Hola Miguel, soy Jazz, ¿Qué sucede?

—Mamá está en el hospital, dile a mi tía que tiene que venir, por favor. Ella está grave, tuvo una sobredosis de alcohol.

—¡Dios! Le avisaré a mi madre, irá cuanto antes.

—Estoy en la sala de espera del hospital central de Colmar, dile que se dé prisa, por favor.

La llamada se cortó y Jazmín sin pensarlo dos veces corrió hasta la habitación de sus padres, quienes aún seguían dormidos, por lo que tocó varias veces la puerta, hasta que Juan abrió viendo a su hija con preocupación, lo cual lo logró preocupar a él también.

—¿Qué pasa, Jazz? —preguntó Juan, moviéndose a un lado para dejar pasar a Jazmín a la habitación.

—La tía Candy está en el hospital. Miguel llamó, dice que está grave.

Al decir eso, Maru de inmediato abrió los ojos y saltó de la cama, dirigiéndose hasta su hija mayor, quien repetía las palabras para que su madre las escuchara nuevamente.

—Ay Candy, ¿Qué hiciste? —se preguntó Maru caminando de un lado a otro—. Ella me dijo que había dejado el alcohol.

La habitación fue inundaba por un silencio repentino. Jazmín salió, dejando a sus padres para que se arreglaran para ir al hospital con su tía, por lo que, caminando por el pasillo para llegar a su habitación, Karime se colocó frente a ella, parecía saber exactamente lo que había sucedido y quería saber más acerca del tema.

—Escuché una parte por el teléfono de la cocina, perdón.

Jazmín la miró por algunos segundos, luego continuó con su camino, dejando que Karime se acercara a la habitación de sus padres para enterarse de lo que había sucedido con la tía Candy y porque se encontraba en el hospital por una sobredosis de alcohol.

 

***

El matrimonio bajaba por las escaleras de la mansión, viendo a sus hijos desconcertados en la sala por lo que sucedía, pues habían planeado salir de día de campo a las afueras de la ciudad de Colmar, pero lo sucedido con la tía Candy cambiaba drásticamente los planes que la familia tenía para el día, con angustia Maru se colocaba frente a sus hijos, mientras Juan se alejaba de la sala hacia su oficina para buscar su chaqueta y las llaves del auto.

—Siento tanto lo que pasó, pero tengo que ir a ver a mi hermana —dijo Maru con angustia en su rostro.

—Te entendemos, mamá. Ya será para otro día —añadió Dani, manteniendo una sonrisa en su rostro.

Los mellizos Josué y Less únicamente rodaron los ojos y se dispusieron a alejarse de la sala, ellos estaban más que felices de no tener que salir de día de campo con sus padres, solamente que preferían no mostrar sus emociones, dejando tan sólo una indiferencia hacia el tema, que era lo que acostumbraban ver sus padres en ellos desde que iniciaron la pubertad.

Juan salió de su oficina con lo indispensable para salir y se dirigió a Jazmín, quien estaba frente a su computador en el comedor de la casa, al ver a su padre, de inmediato cerró el portátil y lo miró con intriga, quien seguramente le pediría que cuidara a sus hermanos, mientras ellos no estaban en casa.

—Entiendo, tienen que ir al hospital con la tía borracha, pero no quiero cuidarlos, son un desastre —dijo Jazmín molesta.

—Volvemos cuanto antes, cuídalos hasta entonces.

—Pero papá.

—Pero nada, ya está dicho.

Jazmín tomó su computadora y se alejó hasta la sala enojada. Karime y Dani se acercaron a Juan y le dieron un fuerte abrazo.

—¡Papá!, ¿Puede Karime llevarme a casa de Samuel? —preguntó Dani, a lo que Juan de inmediato negó con la cabeza.

—Jazmín puede acompañarnos, queremos ir también con Irely —dijo Karime formando una sonrisa en su rostro.

—Está bien, si tu hermana quiere ir con ustedes, entonces van, sino no, ella está a cargo de ustedes.

Las dos hijas asintieron con la cabeza y fueron a pedirle a Jazmín que las llevará. Juan se alejó hasta Maru, quien lo esperaba en la puerta de la casa junto a Cristina, quien había insistido en ir con ellos al hospital, ya que hacía mucho tiempo que no veía a su primo Miguel y quería verlo.

—Dice que quiere esperar junto a Miguel en la sala de espera —comentó Maru, refiriéndose a Cristina.

—Está bien, vámonos —añadió Juan, abriendo la puerta de la mansión.

Los tres integrantes de la familia entraron al auto de Maru, ella sería la encargada de conducir, lo cual rápido comenzó a hacer, pisó el acelerador y poco a poco se iban alejando de la casa, donde la mayoría de los hijos se habían quedado al cuidado de la hermana mayor, quien en varias ocasiones había demostrado ser responsable para cumplir con la tarea que se le había asignado.

 

***

El auto se detuvo en el estacionamiento del hospital central de Colmar. Juan, Maru y Cristina bajaron del auto y se dirigieron a la puerta principal del hospital, donde entrando rápidamente se lograba ver la sala de espera y la recepción donde Miguel se encontraba.

—Iré a verificar en qué habitación está Candy, tú ve si Miguel está bien —indicó Maru alejándose.

Juan tomó de la mano a Cristina y juntos caminaron hasta la sala de espera, en donde se encontraba un triste Miguel sentado en una de las tantas bancas que hacían presencia en el lugar, esperando que le dieran alguna noticia sobre el estado de salud de su madre.

—¡Miguel! —gritó Cristina, corriendo hasta él.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.