Los Guardianes

Última batalla

No puedo moverme, mis manos y pies están atados, mi cuerpo reposa sobre una camilla de metal, una gotera cae sobre mi frente.

Levanto un poco la cabeza y veo una sombra sentada en la parte más oscura del salón, esta se acerca lentamente y posee una máscara negra con una enorme sonrisa.

No es eso lo que me pone los pelos de punta sino lo que dice a continuación:

- Tus padres viven en un pequeño pueblo de Tennessee- golpea la camilla con dos dedos- tienes un perro y 2 gatos.
Karl, es un obstinado, se sienta cada noche a ver televisión mientras Sierra prepara la cena. Él tiene otras mujeres aunque bueno- su tono de voz cambia a uno más profundo, como si estuviera disfrutando lo que dice- eso tu lo sabías y no dijiste nada pero no te culparé por ello. Pero- levanta la palma de su mano y en ella hay una brecha de la que aún gotea sangre - sabes que no hay pacto sin sangre y yo exijo la de tu padre, está manchada, sucia, no debe seguir viviendo pero eso es decisión tuya.
Porque tu deberás acabar con él. 
En este mismo instante

La rabia corre por mis venas como pólvora.

¿!QUE LE PASA!??

- Cómo diablos se te ocurre que haré eso- intento levantarme aunque sea un poco pero mis manos estan muy sujetas a la camilla provocando un chirrido de su parte- es mi padre no lo haré, sí, lo sé el tiene a otras pero eso no me da derecho de hacer justicia por mi cuenta.

Mi palabras salen atropelladas por el enojo que siento en este momento

- Sabía que dirías eso, pero si tuvieras que escoger entre la vida de tu padre, un hombre que ha cedido toda su vida a los placeres carnales y el vicio o la tuya- con pasos lentos se aproxima hasta quedar detrás de mí- una chica jóven que tiene una patética vida por delante.- dice lo último con una nota de desprecio.

- Pues quizás porque sea patética debas acabar conmigo.

- No, no te daré el gusto porque si no lo haces tú lo haré yo.
Sólo quería que tuvieras el placer de que fueras lo último que viera.

Camina despreocupadamente hacia la salida y dice: 
- Una cosa más, sino lo matas lo mataré yo y también a tu madre.

Siento como si me faltara la respiración y en un hilo de voz casi inaudible digo:

- Espera

- ¿Sí?

- Lo mataré, asesinaré a mi padre.- lo expreso en un susurro que el escucha muy bien

- No esperaba menos de ti, Akira. - esboza una pequeña sonrisa y se retira por las enormes puertas de vidrio.

Pese a todo lo que está sucediéndome siento paz, una gran tranquilidad cual nunca antes. Quizás sí sea lo mejor, el no fue la mejor persona que conocí y no merece a mamá.

Una pequeña descarga de adrenalina me recorre el cuerpo y dado que estoy atada de manos y pies con una fuerte cadena de metal ésta produce un pequeño choque de electricidad que me estremece .
Ahora que me encuentro un poco más calmada me permito echarle un vistazo a la habitación y veo que tanto el piso como las paredes son de vidrio con pequeños detalles en metal cromado, todo está muy pulcro tanto que si caminas con los pies descalzos pueden quedar huellas. 
Del techo cuelga una enorme lámpara de vidrio, en el centro tiene un adorno dorado de un búho.

El salón es muy grande, en el sólo hay una camilla en la que me encuentro y un pequeño sofá blanco en la esquina.

Las puertas del salón se abren y con ella mi libertad las ataduras que tenía en las manos y pies se han ido, pienso en la posibilidad de levantarme y salir corriendo ya que la salida está despejada pero pienso en que puede ser una trampa.
Me limito a quedarme quieta, como sino me hubiesen liberado; las puertas se cierran aumentando mi curiosidad. 
Levanto un poco la cabeza y lo que veo me aterra. Un hombre cuyas manos se encuentran atadas a los lados de la silla, su mirada perdida y vacía en algún punto del suelo pero eso no es lo alarmante sino las condiciones en las que está, ojeras adornan su rostro y la palidez se ha encargado de su cuerpo, la contextura robusta que lo caracterizaba se ha disuelto para darle paso a una delgadez sorprendente. 
 


 

Ahogo un grito llevándome las manos a la boca para no alarmar a los de afuera. 
El parece reaccionar de su trance ya que me observa con una mirada agónica, llena de tristeza y culpa. 
Levanta su mano en un intento de tocarme pero no tiene fuerzas. 
 


 

En un hilo de voz carrasposa dice:
-Mi niña,- sonríe de lado - pe...queña Ann que haces- toma un respiro como si hablar le doliera en el alma- aquí.
Deberías- tose un par de veces- estar en el ins...tituto 
 


 

-Lo... Lo se papá solo que un amigo me invito a venir- me trago las ganas de llorar porque verlo así me duele como mil demonios. JODER ES MI PAPÁ! Como no me preocuparé por él. 
 


 

Se que nos ha lastimado pero no tengo el coraje de acabar con su vida es un ser humano. No... No podría
 


 

Una sonrisa nerviosa surca de mis labios -¿Por qué estás aquí papá?
 


 

-No lo sé- sus ojos se aguan- estaba con tu madre luego a ella le dieron un fuerte golpe y quedo tumbada en el suelo yo intente defenderme pero eran muchos- agacha la mirada para que no lo vea llorar, pero eso no es lo que me preocupa
 


 

- Ella está bien? Que... Que le paso!?
 


 

- Supongo que la ambulancia ha llegado por ella, pero por favor, ayu...dame a salir de aquí, se que- hace una mueca de dolor- no he sido el mejor hombre para ustedes dos se que...he pedido perdón tantas veces que me avergüenzo pero no me de...jes morir aquí, te lo suplico- una lágrima cae de su mejilla y hago acopio de todas mis fuerzas para no llorar, no ahora, no es el momento
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.