☆Ulrich Haase☆
Las clases supieron a poco, fueron efimeras, con una gran insistencia en informarnos sobre los Lilim y poco mas, a mi suerte conocí a una chica bajita, parecía ser muy querida por varios en aquel Instituto, a la salida no se me hizo difícil de notar que saludaba tanto al rubio que se podía notar y era bastante popular como a quien parecía ser el presidente del comité estudiantil, note muchos ojos sobre mi está vez, no era de extrañar, la llegada de unos extranjeros a un país tan xenofobico como podía ser Estados Unidos era típico, más con aquel primer mal encuentro con la chica popular de baja estatura
-Anette, vamos yendo
Le comenté a mi hermana, la cual asintió brevemente con su cabeza y empezó a seguirme, habíamos esperado hasta que todos se habían ido, varios de ellos los fueron a buscar en autos elegantes, otros habían ido en bicicletas y algunos pocos caminando, escuche unas palabras de Annie, la cual parecía interesada en saber porque habíamos tomado este camino
-Rich, por aquí no está nuestra casa, ¿a dónde deseas ir?
Su duda era comprensible, había platicado poco durante el día con ella y seguramente tuve que haberme tomado la molestia de contarle todo antes, pero se me había imposibilitado, no deseaba decir nada hasta estar solos, y aunque pudiese hablarle en alemán los lilim podrían entender lo que decimos debido a que ellos tienen un gran talento en leer expresiones faciales, sentimientos y gestos vocales, aquel profesor había comentado aquello hoy, si el mundo entero solo fuesen lilim no habría problemas de comunicación
-¿recuerdas a la chica a la cual le apuntaste con un lapiz? Deseo hablar un poco con ella, iremos a su casa
Le informe a lo cual parecía no haberle aclarado las dudas a mi hermana, fue ágil en responder con otra pregunta
-¿cómo sabes que vive en esa dirección? Aún con ello, ¿cómo encontraremos su casa?
Una pregunta lógica e inteligente, aunque Annie no demostrase generalmente dudas sobre mis decisiones era normal consultar cosas básicas
-hoy llegó caminando, al igual que llegó se fue caminando, ella es una Lilim, a diferencia de un Adanse que puede acortar grandes distancias en poco tiempo ella no tiene tales capacidades, se le podía notar levemente agotada, pero no tanto aún siendo que vino corriendo, sabiendo que es hacia aquella dirección puedo deducir con certeza que no debe estar muy lejos, podemos ir directo por la calle, nos acabaremos topando con la casa de ella, según se en Estados unidos suelen tener el nombre de la familia en la entrada, será sencillo de saber cuál es
Aún con aquella explicación, en la cual busqué aclarar todas las dudas y posibles preguntas que podría hacer mi hermana ella encontró una pregunta a hacer
-¿cómo estás seguro que vino camino recto? Pudo haber doblado, lo más probable sería que no haya venido en camino recto, ¿como solucionaste eso Rich?
Sin duda mi hermana era perspicaz, lo más probable es que haya doblado en alguna de las cuadras para llegar hasta allí, en eso tenía razón, y aún con eso tenía la intuición de que eso ya lo había pensado, no se equivocó, pero quizás algún día defraudaria esas altas esperanzas que ella tiene sobre mi, por mi parte seguí caminando, notando y ella me siguió aún esperando que responda su incognita
-en realidad eso no lo sé del todo, pero debido al cansancio que llevaba y el que vaya corriendo podemos deducir que la distancia no es muy corta, si así fuese no estaría cansada, y la distancia no es muy grande, si lo medimos en un promedio de 5 cuadras podríamos marcar una zona específica de cuadras a donde puede vivir, no puede doblar demasiadas cuadras, si viviese muy a uno de los lados sería más sencillo llegar y partir de la escuela por una de tales, así que el área se reduce, pero ¿te diste cuenta cuando se ha ido? La vi correr recto, pero no dobló, solo continuó corriendo, ¿me harías el favor de fijarte esa zona de 4 cuadras hacia adelante? Solo revisa en camino recto y las 2 cuadras aledañas, te darás cuenta rápido de donde vive, según escuche en la clase es pariente de una filósofa importante históricamente, y no hace falta deducir que en este Instituto seguramente solo vengan personas adineradas
Parecía haberle convencido, de un segundo a otro Annie salió corriendo, a una velocidad que seguramente muchos, incluso adanse, envidiarian, no demoró en volver a mi lado, notando la poca tardanza seguramente había encontrado en el primer o segundo intento
-tenías razón, es recto 4 cuadras adelante, la tercer casa hermanito
Simple de predecir, fuimos caminando sin apuro hasta la casa Lockhart, a 2 cuadras de distancia note un teléfono de cabina sonar, me acerqué hasta el mismo y lo atendi, le indique a mi preciada hermana que me espere un momento
-unos ojos azules se posaron sobre ti, deshazte de miradas indeseadas
Fue lo que oí de aquel teléfono, una voz robótica, grave y en alemán, fue un mensaje claro, solo di una breve vista hacia ambas direcciones de la calle, no había ni una persona a esas horas afuera más que Annie y yo, no parecía ser información en directo, tras terminar de decir eso colgó, solo se escuchaba estática, colgué nuevamente el teléfono y volví a caminar junto a mi hermanita, la cual decidió no hacer preguntas sobre ello
No demoramos más de 5 minutos, ya estábamos frente a las puertas de aquel domicilio, doble piso, de aspecto lujoso y parecía grande por dentro, algo que notaba con ver por las ventanas, el dolor en mi pierna comenzó a aumentar, me detuve un momento para acariciar un poco la zona de la rodilla, Annie solo se quedó viéndome, notaba y tenía ganas de ayudarme, podía comprenderle, tocó el timbre y me levanté nuevamente parandome con un poco de ayuda de mi bastón, a nuestra suerte la que atendió la puerta fue aquella chica con la que deseaba hablar, hubiese costado más si nos atendía algún familiar de ella, hice una leve seña a Annie de cambiar del alemán al inglés, para que se nos pueda entender