Capítulo 1. Tiempo de guerra.
El inmortal del fuego siempre a sido un ser especial y con muchas bendiciones, desde su nacimiento a tenido todo lo que un ser celestial desearía, tanto poder, espíritu y esencia, es un ser sumamente poderoso y nunca a tenido que subir de rango ante las edades, desde muy pequeño a dominado sus poderes y su esencia, por lo tanto se le conoce como el inmortal de la guerra.
Al igual que su madre a tan corta edad siempre había tenido dos denominaciones, siempre fue una mujer fuerte y decidida, siempre logrando lo mejor y sobre todo obteniendo poder ante los demás, aunque el inmortal fuego siempre a tenido poder por ser el heredero al trono y el hijo de los grandes dioses supremos.
En su adolescencia el inmortal ya había ganado cientos de batallas, siempre al mando de sus soldados y teniendo los mejores inmortales a su disposición para cualquier inconveniente, el inmortal fuego nació para ser el dios supremo, con su autoridad, poder y gracia, siempre este a imaginado tener el reino bajo una total armonía y poder.
- Algún día lo regiré todo y todos los seres viviremos en armonía – Indica el inmortal fuego al unisón de su gran palacio – Nací para ser más que todos.
- Inmortal fuego eso no lo dudo – Indica el inmortal tormenta – Sobre todo sabiendo cómo se a desarrollado, nosotros siempre hemos sido los mejores, pero usted es muy poderoso.
- Claro somos un gran equipo y a pesar de quien soy, has podido mantener mi ritmo durante toda mi vida – Indica el inmortal fuego – Somos más que amigos, te considero mi hermano Haddad.
- Gabriel sigamos entrenando, tenemos mucho que mejorar – Indica Haddad – Además pronto te iremos a misiones y usted mi majestad está desesperado por que llegue.
- Vamos un poco de diversión nos caería de maravilla, tenemos mucho más tiempo para entrenar – Indica el inmortal fuego – Todo esfuerzo merece una buena diversión.
- Su majestad – Uno de los elfos sirvientes – Su madre la diosa suprema quiere verlo en el palacio supremo.
- Bien – Le indica – Bueno hermano dejaremos la diversión para más tarde, veré que es lo que mi madre necesita.
- Suerte con eso – Se despide el inmortal tormenta – Nos vemos por la tarde, ocupo mostrarte un truco diferente.
Sin esperar una respuesta el inmortal tormenta se dispersa a su palacio, siempre han entrenado en el palacio del inmortal fuego y son pocas las ocasiones que el inmortal fuego va al palacio de su amigo, aunque nunca lo a tomado importancia.
El inmortal fuego va directo a donde se encuentra su madre, en este momento el dios supremo está en el reino fuego con algunos dioses en busca de una misión, al parecer quieren dar la bien venido a un nuevo integrante de estos, junto con los príncipes de ese reino.
- Madre me buscaba – El inmortal fuego le hace reverencia – Dígame que es lo que necesita.
El inmortal fuego observa a su madre como siempre, su corona y sus vestuarios de diosa suprema son lo que la diferencia de los demás, sobre todo el poder que tiene es sumamente diferente a un ser celestial, aunque el poder que tiene el inmortal fuego es mucho más fuerte, observa a una joven que está sentada justo al lado de su madre.
- Mi inmortal del fuego quiero presentarte a una gran guerrera y sobre todo la princesa del reino fuego – Le indica – Inmortal Aosaginohi.
- Un placer conocerlo al fin su alteza – La inmortal Aosaginohi le hace reverencia – Estoy honrada.
- Un placer inmortal Aosaginohi – Le regresa el saludo.
- Hijo quiero que la entrenes, quiero que siga tus grandes pasos y le muestres tu destreza – Le indica la diosa suprema – La inmortal Aosaginohi es muy capaz de usar magia similar a la mía y por eso quiero que sea apta para tu futuro.
- Madre no me preocupa mi futuro, pero estoy disponible para entrenar a la inmortal – Le indica – Vamos la llevare al jardín del palacio supremo para empezar su entrenamiento.
El inmortal fuego entreno con dedicación y disciplina a la inmortal Aosaginohi, con el tiempo los entrenamientos eran mucho más fácil para esta inmortal, siempre a tenido la dicha de un gran poder aunque no se compara con el del heredero, ella será una perfecta y poderosa, indicada para acompañar toda su existencia al inmortal del fuego.
Las misiones que obtuvo junto al inmortal fuego, fueron muy victoriosas, los dos inmortales eran pura armonía en la pelea y sobre todo implicaban orden, ante la llegada de toda amenaza ellos siempre atacaban para dispersar cualquier ataque.
- Inmortal la amistad entre los príncipes demoniacos y usted desde cuando inicio – Le pregunta la Aosaginohi que en este momento está en el reino demoniaco.
- Tengo muchos siglos conociéndolos, ellos me apoyaron en mis primeras misiones en el reino demoniaco y juntos fuimos los mejores – Le indica el inmortal fuego – Incluso son los únicos que están autorizados a poder hablarme con mi nombre.
- Es un gran honor para ellos sabiendo de donde corresponden, pero sobre todo es un privilegio – La inmortal Aosaginohi – Hoy los veremos.
- No solo estamos en este reino de pasada, visitas ordinarias, al único ser demoniaco que veremos es a la reina demoniaca – Indica el inmortal – Tiene un pendiente a mi cargo.