La vida es tan corta, la vida no se puede asemejar como una cosa insignificante, solo vivimos lo suficiente como para experimentar lo poco de nosotros mismos, la vida es tan maravillosa que incluso a pesar de que es lo más difícil del universo es el regalo más hermoso que cada humano tiene.
Iris tiene pensamientos tan significativos que no sabe a qué se refiere, se encuentra en un lugar tan blanco que no ve el final del camino, no hay nada que la pueda alterar más que un lugar sin fin, pero tiene que apreciar lo tranquilo y hermoso que es el lugar, no sabe por cuantas horas a caminado y mucho menos tiene idea de dónde es que se encuentra.
Camina por lo que para ella son horas y horas, no tiene sentido, no sabe si está caminando en círculos o simplemente camina sin rumbo, suspira una y otra vez, un viento tan helado le llega a recorrer todo el cuerpo y al mismo tiempo por alguna parte del lugar le lleva un pétalo tan delicado y de un color morado tan hermoso.
Sigue caminando sin mirar atrás, pero esta lluvia de pétalos se convierte en lluvia de su propia flor, hay demasiadas flores de iris cayendo a su alrededor que es realmente hermoso, son de todos los colores pero predomina el iris morado tan fuerte que siente que sobrevive ante todos los demás colores.
Camina y camina pero no siente cansancio o algún agotamiento que le indique parar, solo camina y camina, no siente sed o hambre, lo único es curiosidad y una curiosidad tan grande que no le importa las consecuencias, de la nada una mariposa tan brillante la rodea, Iris trata de tomarla en sus manos pero esta huye de su agarre al darse por vencida la mariposa se colora en la punta de su nariz.
Como si todo el paisaje lleno de flores de transformar en un lugar totalmente diferente, un lugar totalmente humano, es una niña al parecer de uno o dos años de edad quien está riendo ante la presencia de dos personas, desconoce su paradero pero la casa es tan antigua que no sabe que época es, solo ve a la humilde mujer con un vestido café y un hombre con vestimenta verde militar haciendo cariño a la que parece ser su hija.
Iris, iris, iris, las palabras resuenan en su memoria una y otra vez, todo da mágicamente vueltas y se encuentra en otro lugar, una casa más moderna a comparación de la anterior, pero otras personas están en este lugar, la mujer trae un cigarro en la mano y un bebe llora por atención mientras una niña juega en el jardín.
Camina felizmente sonriendo pero desconoce el motivo por el cual ella misma está llamando mama a otra que no sea su verdadera y única madre que recuerda, sin imaginarlo sus lágrimas salen como si reclamara algo que es suyo, como si extrañara a esa mujer que es tan hermosa y a un bebe tan perfecto.
Iris no comprende esa escena, no comprende quien es esa mujer y sobre todo porque ella misma la llama mama, aun esta ante la escena y como si algo la jalara todo el escena que estaba presenciando a cambiado, ahora sus originales padres están ante ella, sus padres que siempre recordó, sus padres amorosos que la protegieron de todo mal y la criaron de una forma tan amorosa que al verlos iris llora desesperadamente.
No recuerda este momento y sobre todo no recuerda esa casa o lugar, no sabe dónde es que se encuentra pero es totalmente diferente a la casa donde ella vivía anteriormente, pero su edad es la misma que ahora mismo, su piel se pone de gallina porque la persona que está ante sus padres es ella misma, pero con una herida en la mano izquierda que jamás recordó haberla hecho.
Como si algo nuevamente la hubiera jalado está ante una casa vacía, no la recuerda y no tiene idea de dónde es que se encuentra, solo el frio recorre todo su cuerpo, la angustia por ver donde esta y sobre todo por encontrarse a lo que se supone que se debe de enfrentar, no tiene idea que esto, pero por alguna razón su interior lo siente tan familiar, tan conocido que el miedo que siente es solo por no recordar.