Los inuit, cazadores del gran Norte

V - Prehistoria Ártica y origen de los inuit

Si bien entre la comunidad científica no hay muchas divergencias para definir el camino que siguieron los primeros seres humanos procedentes de Asia, que cruzaron el puente helado de Beringia hasta llegar a América, sí que existen algunas discrepancias para delimitar la época en la que el continente americano fue poblado por primera vez. Aunque es cierto que las últimas investigaciones arqueológicas llevadas a cabo por la Universidad Estatal de San Petersburgo (Sankt-Peterburgskiy Gosudarstvenny Universitet) ponen de manifiesto que el Homo sapiens sapiens pudo haber sido capaz de subsistir durante un período glacial en el Ártico hace más de treinta mil años, todavía no estamos en condiciones de poder establecer con exactitud la datación de uno de los momentos más importantes de la prehistoria como fue la llegada de los primeros habitantes al continente americano. La arqueología ártica es lenta y dificultosa debido a que prácticamente solo se pueden realizar excavaciones durante los meses de verano, y ello ralentiza la obtención de resultados e interfiere en la investigación científica. Es probable que en un futuro, y gracias a los nuevos hallazgos arqueológicos y estudios genéticos realizados, debamos revisar no solo la información concerniente a la llegada de los primeros seres humanos a América1 sino también el proceso migratorio a lo largo de las regiones árticas, que además implicaría un nuevo debate acerca del origen de los inuit.

Según los datos que disponemos en la actualidad, podemos afirmar que los inuit son un pueblo relativamente reciente (1000 d. C.), sin embargo, son fruto de una serie de fases y variantes culturales que se remontan miles de años atrás, y cuyos procesos intrínsecos, en cierta manera, dieron lugar al desarrollo de los inuit actuales. Para conocer mejor sus orígenes, sin duda es necesario analizar, aunque sea brevemente, estos precedentes culturales que motivaron la aparición de este pueblo en las regiones árticas.

Prescindiendo de algunos períodos pertenecientes a la prehistoria americana (Tradición Paleoártica, Tradición Arcaica Nórdica, Tradición Aleutiana, Tradición Kodiak, etcétera), las culturas de Tradición Microlítica Ártica (ASTt) están consideradas, por la mayoría de expertos, como los antepasados de los inuit históricos.2 Por otra parte, se deberá tener en cuenta que las fechas que se indicarán a continuación son aproximadas; si bien es cierto que existen numerosas divergencias en el seno de la propia comunidad científica, aunque ciertamente dichas disconformidades no implican grandes variaciones significativas.3

La hipótesis más extendida, aunque como ya hemos visto no la única, es que los primeros pobladores de América llegaron a este continente, procedentes de Asia, a través de una vasta llanura seca llamada Beringia, en el estrecho de Bering. Aunque algunos científicos afirman que los primeros seres humanos pudieron llegar 20.000 años e incluso 35.000 años atrás,4 las únicas pruebas fidedignas indican que el continente americano fue habitado desde hace, al menos, trece mil años. Todavía hoy se desconoce exactamente cómo llegó a poblarse el Ártico. Se cree que hace unos 4.500 años fueron las culturas de los microlitos las primeras en establecerse en el Ártico americano. Según los investigadores, hubo dos períodos de calentamiento climático que permitieron la migración humana a través del Archipiélago canadiense y hasta lugares remotos y lejanos del Ártico. La primera fase migratoria se produjo entre el 2500-1500 a. C. y la segunda, entre el 900-1100 d. C.

Algunos arqueólogos opinan que los pueblos paleoesquimales, que eran los pobladores que permanecieron en el Ártico y de los cuales no se sabe con seguridad si fueron los antecesores de los inuit modernos, eran originarios de la región del mar de Bering y de la Siberia oriental. Ya habitaban Alaska desde hacía unos 4.500 años y se cree que llegaron al continente americano por mar en embarcaciones de pieles.5 Estos pueblos y sus variaciones culturales se conocen como culturas de Tradición Microlítica Ártica (2500-900 a. C.), y se caracterizan por la utilización de herramientas cortantes fabricadas con microlitos de cuarzo y sílex lascados de pequeño tamaño. Se han encontrado restos de esta cultura a lo largo del Ártico americano hasta Peary Land, en el norte de Groenlandia, donde se la conoce con el nombre de Independencia I (2050-1700 a. C.) Esta última estaba formada por no más de cien individuos que habitaron la región con el clima más extremo al que jamás el hombre haya conseguido sobrevivir. Las condiciones existentes eran de una precariedad absoluta y la vida de estas gentes estaba llena de privaciones. Acabaron desapareciendo a causa de un enfriamiento climático que aconteció hacia el 1700 a. C.

Los pueblos de la Tradición Microlítica Ártica cazaban bueyes almizcleros, caribúes, focas, morsas, osos polares, zorros árticos, liebres árticas y patos marinos. Debido a un enfriamiento climático que provocó el descenso del frente glacial del océano Ártico hacia el Sur, las poblaciones que estaban en el Ártico americano acabaron por replegarse.

Hace unos cuatro mil años apareció la cultura Pre-Dorset, perteneciente a las culturas de Tradición Microlítica Ártica. Se cree que se estableció en dos zonas principales: en las proximidades de la cuenca de Foxe en Canadá (entre la península de Melville e isla de Baffin), y en la costa sudoeste y este de Groenlandia (conocida allí como cultura Sarqaq o Saqqaq).

El pueblo Pre-Dorset era ya más comunitario y con una tecnología más avanzada. Cazaban caribúes, bueyes almizcleros, osos polares, morsas, narvales y ballenas beluga. Tallaban una piedra jabonosa, llamada esteatita, para fabricar las lámparas de aceite que les proporcionaban luz y calor a sus casas, y también les servían para cocinar y secar sus ropas. El combustible utilizado era el aceite obtenido de la grasa de los mamíferos marinos. Aunque no se han encontrado restos, se cree que el medio de transporte usado por mar era un tipo de embarcación de piel, y por tierra, pequeños trineos de madera (se han localizado restos de perros en los campamentos). Los materiales que empleaban para la construcción y fabricación de sus enseres eran la piedra, el hueso, el marfil, las pieles, las astas y, de forma ocasional, la madera. Cazaban a los animales con lanzas, arcos y flechas,6 y también con arpones. Se cree que en los alrededores de la cuenca de Foxe vivían entre mil y tres mil personas.



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En el texto hay: inuit, historias humanas

Editado: 16.04.2020

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