Shaiel
3 años antes de la llegada de Lydia
Al fin destacaba, al fin era la primera, ya no era solo una más, no era invisible, era la líder de un grupo pequeño de kinesis; luego de mucho esfuerzo había logrado conseguir ese puesto, un puesto que siempre me perteneció y siempre me pertenecerá.
Soy una etherquinesis, una de las pocas en el mundo, lo cual me hace sumamente especial, mis habilidades son excepcionales y ningún otro kinesis tiene lo que la yo tengo, mi nombre es Shaiel y aún tengo la mala suerte de aún vivir con mis padres y mis dos hermanos, uno mayor y uno menor, ellos eran los hijos de mis padres, yo era una desconocida, era el fantasma que recorría la casa día y noche, nadie me notaba, era la olvidada, hasta que encontré el poder de las psicoquinesis y conseguí el poder absoluto, el cual lo tengo al alcance de mis manos. Hace unos años encontré a unas personas que se hacen llamar kinesis y me uní a ellos, pasado el tiempo me dejaron a cargó de ellos por lo cual ahora los tengo en mis manos, soy una de las kinesis más poderosas y ellos saben que no tienen una oportunidad contra mí.
– Ellos se darán cuenta que los llevas a la muerte – Mario era uno de los hombres que siempre estaba a mi protección, él era experto en la vitakinesis – Debes tener más cuidado.
– No te preocupes, ellos son tan estúpidos que jamás se darían cuenta de lo que hago – dije bajándole el perfil a la situación – además ellos son los estúpidos que se dejan atrapar.
Mis planes para este grupo de kinesis eran simples, teníamos que estar escondidos pero lamentablemente no podríamos sobrevivir si todos estábamos escondidos, sumando que si nos escondíamos no podríamos atraer nuevas personas, así que mandaba a trabajar aquellos que eran los más impulsivos para que la gente nos descubrieran y se unieran para derrocar a nuestro gobierno y poner el mundo a nuestros pies; pero solo nos topamos con gente que nos odiaba y llamaba a la policía, aquellos que eran impulsivos los terminaban atrapando y los llevaban a instalaciones para sacarles información de cómo lograban hacer lo que hacen; yo no trabajaba ya que no quiero terminar como ellos en una instalación y perder mi poder sobre estas personas, pero esto es como un juego de ajedrez, los peones van a la batalla y la reina solo espera a que caigan uno a uno. A pesar de eso llegaban nuevas personas al refugió o como yo les digo nuevos reclutas y la que menos me agrado fue una recluta nueva llamada Miranda, ella se estaba dando cuenta que yo saco a los más débiles y los uso de carnada, me da miedo que ella les lave el cerebro a los otros reclutas y se pongan en contra mío y me saquen del poder el cual me costó llegar hasta él.
Janine era otra persona que estaba a mi protección y que me mantenía al tanto de todo lo que pasaba adentro del refugió me dijo que esta chica Miranda les estaba hablando a los demás sobre lo que ella veía y eso me puso en alerta, la tenía que sacar del camino ya que ella me podía terminar sacando del poder.
– Asquerosa bestia, nos estas matando – entro un hombre súper enojado a mi oficina al cual no conocía y tampoco me importaba conocerlo, de todas formas, no me interesaba compartir con estos idiotas.
– No puedes entrar, tienes que pedir hora para hablarme – hablé sin tomarle mucha atención, conmigo no podían venir y hablar cuando se es diera la gana, tenían que buscar a Janine quien me daba una lista de cuantas personas querían verme, pero yo nunca los llamaba ya que lo considero una pérdida de tiempo en escuchar sus estúpidos problemas, tengo cosas más importantes que hacer que escuchar a un montón de muertos de hambre.
– Eres una basura, no crees que deberías irte y no necesitó sacar hora para hablar con un monstruo como tú Shaiel – hablo con odio.
– En primero no me hables así y segundo te pediré que te vayas – dije respetuosa como la persona que soy y no como todos estos mal nacidos, pero si quería meterse conmigo yo no me resistiré.
– Me iré Shaiel, pero no descansaré hasta que salgas de este lugar – el hombre me miraba con odio – y si es necesario te mataré asquerosa sabandija.
– Tu no matarás a nadie – Lucas apareció detrás del hombre, él era otro de los cuales me protegía – ahora será mejor que te vayas, ya la escuchaste.
– Tú Lucas también pagaras por estar de su parte – el hombre lo amenazo y se fue cerrando la puerta muy fuerte.
– Gracias por llegar, no me hubiera gustado sacarlo por las malas – le dije a Lucas con una sonrisa, aunque sinceramente lo último no me molestaba en absoluto, la verdad es que Lucas me gustaba bastante y siempre se lo trataba de dejar en claro pero el parecía nunca ver mis indirectas, pero claramente algún día caería en mis brazos.
– No te preocupes, pero debes tener más cuidado, estas personas se están poniendo complicadas – dijo aun sin moverse del lugar en el que estaba.
– De eso me encargo yo – Lucas era uno de los que practicaban la vitakinesis al igual que Mario, pero Lucas era levemente inferior que Mario y frente a él no les podía decir bestias a los otros o se enojaba – Tu solo trata de mantenerme al tanto de todo lo que pasa.
– Está bien – salió y me dejo sola, sabía que esto se iba a poner mucho peor, pero los tendría que controlar a como diera lugar, debido a ese momento tan difícil que paso me quise ir a mi casa y en eso iba hasta que la nueva recluta apareció.
– Shaiel – me gritó mientras se acercaba a mí.
– Líder Shaiel – le corregí cuando ya estuvo lo suficientemente cerca como para escuchare, jamás le pedía a alguien que me dijera así, pero como ella estaba siendo bastante concurrida en mis conversaciones con mis compañeros, tenía que hacerla sentir insignificante, para que supiera quien manda aquí – ¿Qué pasa?
– Eso mismo me gustaría preguntarle a usted, ¿Qué pasa? – pregunto, la muchacha se veía amable, pero todos tenemos un lado oculto que no mostramos en primera instancias solo para impresionar a las demás personas, por lo cual no me fie de su buena actitud.