Las luces parpadeantes y los tres vasos de la bebida misteriosa tienen a mi cuerpo envuelto en una neblina de despreocupación donde nada me afecta, nada me duele, nada le pesa a mi conciencia y me gusta esa sensación de no sentir emociones por esta noche.
El abrigo se me hace un bulto, quiero sentirme ligera y me estorba en el cuerpo, me deshago de este y ni sé donde cae, sólo me preocupo en bailar con mi trago de colores y mis manos al cielo cuando suena Last Day de Moby; disfruto la canción, no me importa quien está a mi alrededor, me permito estar conmigo misma. Siento como el sudor va corriendo por mi espalda descubierta gracias a mi vestido, percibo la energía de unos ojos sobre mí, entre la gente, asechando como un vil cazador está Arden, esos malditos ojos cristalinos, esa jodida prepotencia que se desprende de su cuerpo, la arrogancia de su posición.
Lo odio, si, te odio Arden Parrish
Sonrío sarcásticamente en tono de burla como mismo lo a hecho él en milésimas ocaciones, lo ignoro y sigo en mi mundo bailando hasta que mis pies no lo soportan más, queriendo sentarme al lado de mi compañera pelirroja a tomar un respiro. El mundo me da vueltas, no sé si estoy tan borracha que el sentir que estoy mareada y que no puedo coordinar mis ideas hace que sonría para mi misma una y otra vez, total hace tanto que no lo hacía que por qué no hacerlo aunque sea bajo efectos emocionantes.
El ambiente se torna más pesado, hay parejas morreandose por las esquinas, otros bailan pegados, otros recurren a las sustancias alucinógenas y otros simplemente se limitan a observar.
Un estruendo de la puerta principal hace que casi todos los presentes giren su atención en esa dirección, el rubio de ojos verdes y dos de sus secuaces son los causantes del alboroto, tratan de pasar desapercibidos pero desde donde estoy se puede ver rastros de sangre en su ropa, sus caras están arañadas y los cabellos desordenados.
Van en dirección a Even al cual le susurran algo al oído y en menos de 5 minutos los chicos vacían la casa, todo esto me da mala espina, tiene toda la pinta de problemas y al parecer graves, una mano que sujeta con fuerza mi brazo me arrastra hacia una oficina con una gran mesa y sillas colocadas a su alrededor.
Arden me sujeta de la cintura acorralándome hasta llegar al borde de la mesa presionando mi cuerpo contra el suyo haciendo que sea molesta la cercanía. Lo empujo tratando de zafarme de la encrucijada en la que estoy
— No me odies tanto Arden —su nombre sale casi como un susurro provocador
Su mano sube por mi cuello, no puedo evitar sonreír en forma de satisfacción.
Qué haces Hazel? No te compliques más la vida y céntrate
El azul de sus ojos amenazan con ser más intensos por la cercanía de su rostro con el mío, las respiraciones se cruzan de un lado a otro, me toma de la cintura subiéndome a la mesa con las piernas abiertas con él entre ellas, su perfume se expande en mi nariz con el contacto de tenerlo tan cerca, posiciona su mano en mi cuello haciendo que se vuelva turbio el mar que carga en los ojos, esto detona una señal de peligro eminente en mí y logro escabullirme saliendo de la posición incómoda en la que estoy.
Todos los miembros de los Loups se adentran en la habitación, me gano la mirada de súper odio de Arden, cada cual va directo a un asiento como si ya estuvieran asignados, yo me siento en el primero que está cerca de mí y está vacío, Shelley me entrega mi abrigo y Even entra con cara de ningún amigo seguido de James.
— La situación es seria señores —el líder del grupo camina sereno de un lado a otro —al parecer se nos adelantan en las encomiendas
— Cómo que se adelantan? —pregunta uno de los miembros
— Nos pasó cuando fuimos a Pichta ayer, cuando llegamos a la casa de la víctima estaba atada y amordazada, allí había alguien enmascarado que hizo el trabajo por nosotros —explica Arden —lo curioso... —hace una pausa y me mira —es que segundos después llegó la policía y tuvimos que desaparecer antes de que nos vieran
Me acusa con la mirada, sus ojos me juzgan pero no me importa yo sigo riendome y no sé de qué.
— Exacto y hoy pasó lo mismo con la última víctima de James —argumenta Even
— Uno de nosotros es el traidor!!! —grito con mi voz torpelosa poniéndome de pie, alzo mi vestido por una de las esquinas, me subo en mi silla y luego a la mesa, mis tacones firmes resuenan en la madera a medida que camino —podrías ser tú!! —miro a Shelley —o tú!! —miro a otro chico y llego al final de la mesa, giro en mi eje tratando de no caerme
Qué estoy haciendo??
Me pregunto a mí misma, no lo sé, pero se siente jodidamente bien.
— O tú!! —una voz que identifico como la de Arden me interrumpe
Camino firme hacia su posición, me agacho para así estar a su altura mis piernas y muslos quedan expuestas sólo frente a él, no se inmuta, no muestra reacción por ninguna parte. Alcanzo un revólver a mi derecha y lo activo apuntando justamente a su cabeza.
— Qué te hace pensar que soy yo? —pregunto apuntándole con una sonrisa de loca apoderada en mis labios
— No hay nada que me haga pensar lo contrario —responde sereno
— He aquí las acusaciones sin base señores!! —exclamo sin dejar de mirarlo —pruébame, verás que digo la verdad
— Como quieras —se acerca —a partir de hoy tendrás que ir a todas las encomiendas y participar
Juegas sucio chico listo, muy sucio
— Ehh... —dudo un poco antes de mi respuesta —acepto el reto
Su cara refleja la victoria que quería, pero y yo? Que carajos acabo de aceptar? Ir a todas las encomiendas y participar no será lo más agradable para mí.