La ciudad de Laodicea se caracterizaba por su gran prosperidad a pesar de que no contaban con uno de los elementos más importantes para poder subsistir, el agua. Los laodicenses construyeron conductos de agua para adquirir dicho líquido de una fuente de aguas termales, pero luego se dieron cuenta que dicha agua no llegaba como ellos imaginaban, ya que una corriente de agua fría tenía contactos con las aguas termales antes de llegar a la ciudad, por obvias razones el agua tibia no era del gusto de todos, ya que para saciarse en día caluroso el agua fría es perfecta. En los tiempos de invierno el agua caliente se convierte un elemento indispensable, pero muy pocas veces el agua tibia satisfacía en algo. El Señor en la carta que le envía a la iglesia en Laodicea, relaciona esta característica de la ciudad con la condición espiritual de su pueblo;
Yo sé todo lo que haces, que no eres ni frío ni caliente. ¡Cómo quisiera que fueras lo uno o lo otro!
Apocalipsis 3:15 NTV
El Señor en este verso, muestra el gran disgusto que le provoca la condición de su pueblo, ya que la tibieza siempre fue algo que Dios aborreció de su pueblo, en la antigüedad tenemos como ejemplo a los habitantes de Israel que en muchas ocasiones dispusieron su corazón a servir a otros dioses, pero que con sus labios profesaba ser siervos del Dios único. Era una gran contradicción la que mostraron durante mucho tiempo, aun punto de que Dios ya había llegado al límite de su paciencia con la nación de Israel;
Elías se paró frente a ellos y dijo: ¿Hasta cuándo seguirán indecisos, titubeando entre dos opiniones? Si el SEÑOR es Dios, ¡síganlo! Pero si Baal es el verdadero Dios, ¡entonces síganlo a él!. Sin embargo, la gente se mantenía en absoluto silencio.
1 Reyes 18:21 NTV
Ante de que el pueblo de Israel entrara a la tierra prometida, Dios siempre les advirtió sobre la idolatría de los pueblos a los cuales debían derrotar y del cuidado que deberían tener al encontrarse con ellos, porque Dios quería reservar al pueblo de Israel como una heredad tan valiosa que no debía mancharse con nada. El pueblo por mas advertido que estuviera, se corrompió y dividió su corazón, con el fin de satisfacer sus deseos y agradarle a Dios. Fue por esta y muchas otras razones por las cuales el “Celo de Dios” se encendió, al igual que su ira en contra del pueblo de Israel. Una de las analogías que Dios utilizo para hacerle ver a su pueblo la clase de relación que llevaban con Él, fue la de una esposa infiel, ya que en el monte Sinaí, Dios habían establecido un Pacto con los israelitas a fin de que ellos fueran su pueblo y Él su único Dios; Pacto que obviamente violaron una y otra vez.
Ser amado a medias es algo muy desagradable para cualquier persona en el mundo, ahora podemos imaginar más o menos como se sentía Dios al ver a su pueblo amándole de esa, luego de haber hecho tanto por ellos en el desierto. La idea de mantener una relación con dos personas al mismo tiempo, es algo absurdo y vergonzoso, porque no tiene lógica cuando hablamos de hacer lo correcto.
Jesús también abordo este tema con el pueblo judío, en la parábola del mayordomo infiel (Lucas 16:1-15) dando a entender que al momento de amar demasiado algo o a alguien, colocándolo por encima de Dios, este sentimiento puede convertirse en idolatría de la más terrible;
Nadie puede servir a dos amos. Pues odiará a uno y amará al otro; será leal a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero.
Lucas 16:13 NTV
El dilema que había en el corazón de los laodicenses se agudizaba más y más delante de Dios, porque en ningún momento se ve que le busque alguna solución, de manera que lo convirtieron en un estilo de vida, en la cual el amor no tenía sentido, más bien el interés que desidia por el creyente;
Pero, ya que eres tibio, ni frío ni caliente, ¡te escupiré de mi boca!
Apocalipsis 3:16 NTV
Dios no es alguien que se quede de brazos cruzados ante la terrible situación en la que se encuentra su pueblo, de manera que Él mismo decide cómo acabar con el dilema que el creyente no se toma el tiempo de resolver. Así como Dios disperso a la nación de Israel, dado que ellos tampoco se decidieron por seguir a Dios, la solución sigue siendo la misma con la única diferencia que este castigo no hay retorno. Así como al ser humano le desagrada ser amado a medias, el Señor también despreciara a los creyentes que lleven ese estilo de vida en su congregación;
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
Mateo 7:22-23 RV 1960
Es por esta razón que el Señor le hace ver a la iglesia, la gravedad de la situación, en la que su corazón sigue indeciso por el camino que debe o desea tomar, para ello la advertencia es dada por Dios a fin de que el creyente afirme su corazón de una vez por todas en el camino correcto ya que, si permanece en ese estado intermedio, será mucho peor la sentencia final;
Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa.
Hebreos 10:23 NTV