Los objetos en el espejo

Capítulo 4: Julian

Salió de la tienda y empezó a caminar sin dirección fija...mierda, ¿Dónde quedaba la estación del subterráneo más cercana? Detuvo su caminar y observó alrededor buscando algún indicio de señalización hacia la estación, pero no había nada, suspiró y consideró volver a entrar a la tienda para preguntarle a Julian cuando sintió un ligero toque en su hombro, se volteó de prisa un poco asustado al no haber escuchado pasos. Sus ojos se toparon con los orbes ambarinos de Julian el cual esbozaba una leve sonrisa.

—La estación queda en la dirección opuesta— dijo y con su mano señaló el camino detrás de ellos —mi turno acabó y de hecho tengo que ir hacia allá, ¿vamos? — preguntó sonriente

Kaidan se tomó un momento para apreciar el rostro alegre de Julian, no llevaba ni media hora de conocerlo y ya podía decir que el tipo sonreiría hasta en un funeral y probablemente lograría que todos los demás también sonrieran, no confió en su voz para responder así que asintió con la cabeza y siguió al vendedor por el camino desconocido.

Si antes había comparado los ojos de Julian con los de Keiden ahora tenía otro criterio de comparación, Julian, al igual que el reflejo, no paraba de hablar. La única diferencia sería que su charla era agradable e interesante, en ciertos momentos era incluso divertida, sin embargo, no pudo evitar espaciarse dentro de su mente, al fondo de todo seguía escuchando el murmullo que era la voz del otro, su atención regresó a la tierra cuando escuchó una palabra.

—Alto, ¿dijiste secundaria estatal? — Preguntó

Julian río y Kaidan sintió que estaba empezando a adorar ese sonido — Amigo, llevo aproximadamente 5 minutos contándote que voy a ingresar a esa escuela— le dio un pequeño golpe al hombro del otro antes de continuar — Al menos ten la decencia de fingir que me escuchas—

Kaidan se sintió avergonzado, pero al ver el rostro del otro y lo que el llamaría un gesto de burla cambió de parecer y dejó que el vendedor siguiera hablando mientras bajaban por las escaleras de la estación

— Ya que alguien lleva quien sabe cuánto tiempo ignorándome, volveré a empezar— se aclaró la garganta — Mis padres se divorciaron y el juez nos mandó a mi hermana y a mí con mamá, la cual decidió volver a la ciudad en la que creció así que...aquí estamos — enfatizó sus palabras gesticulando con sus manos

— Okay...no, espera. ¿Por qué vas a una escuela que queda al otro lado de la ciudad? —

— ¿Quizá porque vivo a ese lado de la ciudad? — tanto su rostro como su voz mostraban genuina confusión

— Ah, lo siento. Asumí que vivías cerca a tu trabajo —

—Oh no, es el negocio de mis abuelos. Mamá se niega a vivir en su casa y el único lugar de la ciudad con rentas decentes está por el área de la escuela, pero los abuelos necesitaban ayuda con eso así que mi hermana y yo nos ofrecimos, aunque eso implica atravesar la ciudad a diario — Julian tomó su mano y lo guio dentro del vagón del subterráneo, se sentaron cerca de una puerta y tan lejos de la ventana como a Kaidan le fue posible sin levantar sospechas.

— ¿Tú y tu hermana se han adaptado a la ciudad? — preguntó mientras se sobaba las manos, normalmente no sostiene conversaciones por tanto tiempo y empezaba a ponerse un poco ansioso

— Para mí ha sido fácil, no había mucho para mí en nuestra vieja ciudad. Cass por otro lado tenía amigas e incluso un novio, le está tomando un poco de tiempo, pero creo que ella podría aprender a querer este lugar — sacó su teléfono y Kaidan apartó la mirada por respeto — Aquí, mira— en la pantalla se veía una imagen de Julian y quien asumió sería su hermana ambos llevaban un par de suéteres navideños, ella tenía el cabello de un castaño rojizo bastante único y los ojos oscuros, pero igual de cálidos que los de su hermano.

— Se ve feliz, ojalá pueda ser así de feliz aquí

— Si, eso esperamos todos — sonrió con tristeza ante el teléfono y Kaidan no supo qué hacer — ¿Cómo es tu familia? —

Se le pusieron les pelos de punta — No estoy seguro de si puedas llamarlo familia— dijo y no pudo evitar la pequeña risa incomoda que se le escapó de los labios

Julian lo miró divertido —Estamos en el 2019 amigo, cualquier familia es una familia— respondió y se encogió de hombros — Divorciados, homoparental, nuclear, padres solteros. Con tal de que los una algún lazo todo está bien —

—Sí, creo...creo que ese es el problema— dijo en voz tan baja que Julian tuvo que acercarse para poder escucharlo — Mamá murió hace unos meses, y papá ya no es el mismo. Todo ha sido tan extraño últimamente—

—Mierda, hombre. En verdad lo siento...—

Pasaron unos minutos en silencio, ninguno de los dos forzó al otro a hablar hasta que se anunció la próxima parada

— Es tu parada— dijo Julian

—Es mi parada— respondió

— Dame tu teléfono — Dijo el otro y Kaidan se lo entregó sin cuestionar

Cuando Julian le devolvió el teléfono estaba en la página de contactos y tenía uno nuevo agregado, se había guardado en la lista como Jules y hasta había configurado su foto como una selfie recién tomada.

—Amigo, no tengo idea de por lo que estés pasando...pero no tienes que hacerlo sólo — posó su mano en el hombro de Kaidan, su toque era cálido —mañana no trabajo. Podríamos salir con Cass y, bueno, ya sabes. Ser amigos—

Volvió a mirar su lista de contactos, había 4 en total, su padre, el que era el teléfono de su madre, el doctor Pearson y ahora Julian.

—Amigos— se tomó un momento para saborear la palabra —Si, eso estaría bien—

Jules  lo empujó levemente hacia la puerta y Kaidan salió del vagón y subió las escaleras de vuelta a las calles principales, bajó por la avenida hacia la calle 23 y por primera vez en 7 meses se sintió en casa

 

 

 



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En el texto hay: lgbt, boyslove, psicosis

Editado: 20.12.2021

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