Mira posó sus ojos sobre él como si le hubiese crecido una segunda cabeza, descansó su mejilla sobre su elegante mano y le dedicó una sonrisa de lástima.
— Okey, cuéntame la historia y yo te ayudaré a decir si está de algún modo relacionada con tu sintomatología, a lo mejor es un delirio. No queremos gastar el precioso tiempo de la policía— esto ultimo lo dijo con cierto tono de sarcasmo que le sacó una sonrisa a Kaidan.
— Mira, sé que mentalmente no estoy en el mejor lugar. Pero te juro que esto pasó.
La mujer jugueteaba con uno de los negros mechones de su cabello mientras lo mirada, como indicándole que continuara.
— Perdí a mi madre hace un tiempo, en un accidente de auto— dijo y se tomó su tiempo para continuar, como meditando la mejor forma de articular las palabras, Mira no lo presionó —Cuando volví del hospital me paré frente al espejo, para observar si tenía muchas heridas, él ya estaba ahí— Mira enarcó una ceja — se veía como yo, pero sus ojos estaban en llamas, y su actitud era diferente a la mía, empezó a hablarme, al principio no estaba mal, luego empezó a jugar con mi cabeza, quería salir del espejo, seguía hablando de tomar mi lugar…—
— Kaidan, eres un chico inteligente, deberías saber que después de un trauma como el que tuviste, que por cierto detonó tu enfermedad mental, eso pudo haber sido una alucinación mixta— la voz de Mira sonaba compasiva, pero Kaidan negaba con la cabeza.
—No es eso, no puede ser eso. Una vez toqué el cristal, sentí una terrible quemadura en mi mano, y hubo un brillo.
— Las alucinaciones juegan con tu cabeza Kaidan, ¿tuviste marca de quemadura en tu mano después de eso? — La mujer espero unos segundos, Kaidan volvió a negar y ella hizo un gesto con la mano como probando su punto.
— No, no es una alucinación, el día del episodio rompí el cristal, juró que una cosa negra salió disparada del espejo, rebotó contra las paredes y escapó por la puerta.
— Kaid, estabas en medio de una psicosis, no puedes confiar en lo que hayas visto u oído…
— ¡No lo entiende! Al poco tiempo apareció un asesino con mi descripción física, la única cosa idéntica a mi es mi reflejo en el espejo, él escapó, él está haciendo esto— Kaidan la interrumpió, en su alegato se hiperventilaba un poco, y enterraba sus cortas uñas contra la tela de su pantalón a la altura de los muslos.
— Kaidan, nada de eso pasó… necesito que-
— ¿Entonces por qué le ocurrió algo similar a Andrómeda?
—… ¿qué?
— Andy me dijo que su reflejo le había hablado, que la incitaba a hacer cosas terribles, que por eso la encerraron aquí, dijo que reconoció los efectos del reflejo porque tengo algunos cabellos blancos, como los de ella.
— Kaidan, Andrómeda está aquí porque intentó quemar su casa con su familia adentro.
— el reflejo le pidió que lo hiciera, su cabell-
— el síndrome de María Antonieta, cuando una persona se ve expuesta a grandes cantidades de estrés, su cuerpo deja de producir ciertas sustancias, que causan que el cabello pierda su coloración, ahora mírame a los ojos y dime que alguien con un cuadro mental como el de ustedes no tiene altas cantidades de estrés.
— Pero…el reflejo.
— el reflejo no existe, es tu enfermedad.
Kaidan se llevó las manos al rostro, dejó que las lagrimas fluyeran y antes de que se diera cuenta estaba envuelto en los brazos de Mira, al poco tiempo lloraba desconsoladamente contra su hombro.
— No pudimos evitar que Andrómeda hiciera lo que hizo, llegó a nosotros demasiado tarde, pero tu aún puedes ser salvado— habló Mira acariciando levemente su cabello, Kaidan asintió y contra todo su instinto, decidió creer en ella.
Mira lo acompañó de vuelta a su habitación, donde finalmente comió el caramelo que había llevado consigo, su dulce sabor le trajo una corta felicidad pasajera, se acercó al mueble de la ropa y tomó su mariposa, la acunó con delicadeza contra su pecho, y envuelto en la soledad blanca de la habitación, lloró.
Despertó siendo sacudido por el hombro, Jorge de nuevo. Lo primero que hizo fue fijarse en la mariposa, seguía perfecta. Tras haber hecho eso, se dio la vuelta y enfrentó a Jorge, quien hizo una mueca al verle.
— ve a lavarte la cara, chico.
Kaidan, sin fuerzas para combatir, se puso de pie lentamente y fue hacia el baño, donde sin poder verse, lavó su cara tan bien como pudo.
— te ves como un perro al que patearon.
Kaidan no respondió.
— ven, niño. Vayamos a almorzar.
Se repitió el procedimiento de la mañana, los internos acomodaron las mesas y sillas y se sentaron a almorzar, su aspecto actual debía de inspirar menos recelo, ya que las personas ahora lo miraban con algo de lástima, aunque aún alejaban sus asientos.
Las y los empleados llegaron con los platos y los vasos, llenos de comida y bebida, todo de plástico, frente a el pusieron una porción grande de lo que parecía ser carne, un puré sospechosamente naranja, una ensalada y un vaso de jugo. La porción era ridículamente grande, pero parecía ser el único que lo notaba, el plato de Jorge era diferente.
Editado: 20.12.2021