T A D E U S
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Mi primer día en un lugar nuevo no fue tan difícil porque estaba con Nova, si bien no estudiamos lo mismo pudimos compartir mucho tiempo en los recesos. Pude conocer mejor a sus amigos cosa que puso contenta a la rubia y como sospeche son semidioses. Todos están en la fraternidad Delta y es allí donde se conocieron el primer día que estuvieron como novatos para entrar en la casa. Yo estaba esperando para el año entrante poder ingresar en la casa, como mi hermana es la ex presidenta tengo ciertos privilegios para que me dejen hacer la prueba de ingreso a pesar de no estar en primer año.
Otra de las ventajas de vivir con mi hermana es que mi castigo de nada de playa no está vigente y puedo venir a surfear hasta que caiga el sol. Tengo una excusa válida para invitar a Fred y Hans para surfear en esta playa las olas que se encuentran en este lugar son increíbles. Mis amigos no perdieron tiempo en venir cuando les envié un mensaje con un video enseñándoles la casa de Ylenia y la playa con sus increíbles olas. No tardaron mucho en aparecer con sus tablas y ropa de playa listos para montar olas juntos, tener amigos humanos que entiendan mi gusto por el mar sin que sepan mi secreto es algo que me hace sentir como un mortal más. No es que desprecie la corona ni todo lo que conlleva ser un príncipe, amo el océano y ser en un futuro rey de una parte de él me hace sentir orgulloso pero no por ello dejo de disfrutar de ser un chico normal por lo menos cuando me divierto.
– Hermano estas son las mejores olas que he montado en mucho tiempo – habla Hans sentándose en su tabla cerca de donde nos paramos con Fred a esperar la próxima gran ola.
– Lo se, mi hermana eligió esta casa por las increíbles olas que tiene esta playa – respondo mirando al frente a las olas venir pero siendo demasiado pequeñas, ya no era hora de grandes olas pero esperaba pescar alguna o en su defecto creare una para montarla.
– ¿Es tu hermana mayor la que tiene una hija de dieciséis años? – habla de nuevo Hans pero el tono que empleo no me gusto para nada, con una mano lo hago caerse de la tabla.
– Estas hablando de mi sobrina idiota, alejate de ella o te romperé el cráneo y hablo enserio – respondo en un tono borde. De solo pensar en Mar y su inocencia siendo corrompida por el idiota de Hans y su coqueteo, me causa nauseas. Fred que está a un lado de mi se ríe tumbándose encima de la tabla porque al fin la gran ola que estábamos esperando llegó.
– Solo estaba bromeando hermano – dice a mis espaldas Hans – No lo decía enserio – dejo de escucharlo cuando nos acercamos a la ola y es momento de adentrarnos a ella para pararnos en las tablas. La ola comienza a crecer en tamaño y tanto Fred como yo estamos extasiados de adrenalina.
Mis dedos tocan el agua y puedo sentir el poder del océano en mi mano, concentrarme en el agua siento su fuerza y rudeza. Simplemente no podría describir en palabras qué es lo que siento cuando estoy montando las olas, es indescriptible pero al mismo tiempo sientes que quieres gritarlo al mundo. Estaba tan metido en mi mundo que cuando mire a la playa y vi a una morena en su traje de baño y un short de jean me distraje. Perdí el equilibrio y la ola me arrastró con ella, tragué agua salada y mi cuerpo tuvo un viajecito por el agua hasta que pude salir a flote. Mi tabla no quedó muy lejos por lo que pude volver a sentarme en ella tosiendo un poco por el agua que me trague. Volviendo mi mirada a la playa veo a la morena sentada en la arena con unos lentes de sol puestos mientras se pasa un poco de protector.
Es pálida pero la luz del sol la abraza de una manera que la hace resaltar entre la arena, su cabello pelinegro cayendo por sus hombros es recogido en un moño y en ese instante me doy cuenta de algo. La chica que está en la playa es Bunnie, no se porque pero terminó nadando a la orilla tenía una curiosidad que debía ser saciada. Olvidé por completo de que perdí una ola magnifica, mis ojos estaban clavados en aquella chica que me hizo perder la concentración.
Saliendo del agua con mi tabla corro por la orilla hasta quedar frente a Bunnie, clavando mi tabla en la arena me quito el exceso de agua para ver a la morena que dejó de pasarse protector. Quitándose los lentes de sol los puso sobre su cabeza y me miró arqueando una de sus oscuras cejas. Era obvio que no esperaba que yo me acercara a ella, ni siquiera yo me lo hubiera imaginado pero no me arrepiento de venir a verla.
– Hola Tadeus – habla con un tono algo curioso escondiendo un tinte de diversión en sus palabras y algo que no se que es pero que me dio curiosidad.
– Hola Bunnie – respondo sintiéndome un idiota, no se que hago aquí o que demonios le voy a decir. Es la mejor amiga de mi sobrina, es más joven que yo y ni hablemos de que nunca compartimos más palabras que un saludo y ya. Pero eso cambió la noche que llegué a casa de mi hermana, la vi en su punto débil, en una situación donde nadie quiere que lo vean, cuando los problemas nos superan y solo podemos llorar de impotencia.
– ¿Una mala ola? – interroga ella volviendo a pasarse protector por su otro brazo mientras que yo la sigo viendo como un idiota, de seguro Hans y Fred se deben estar riendo de lo tonto que debo verme.
– No fue perfecta solo que me distraje y perdí el equilibrio – confieso riendo para quitarme un poco de tensión, Bunnie deja de frotarse el brazo y me mira sonriendo – ¿Sabes montar olas? – pregunto con suma curiosidad, sentía una necesidad de conocerla más a profundidad. Es extraño.
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Editado: 02.10.2021