Los Orbes Cosmicos

EPÍLOGOS

EPÍLOGO 1

 

–Parece que por fin se ha ido, señor Portman.

–Pensé que nunca lo haría, profesor. En realidad es muy difícil engañar a un ser con conocimientos infinitos, pero me di cuenta en su batalla con Jaime Platas que en realidad no es tan omnisciente como él mismo creía.

–No dejo de pensar que no lo engañamos– respondió el profesor Seus, observando aún la franja blanca de la nave espacial de Hestrim –Seguramente él sabía la existencia de un sexto Orbe Cósmico en la tierra, pero probablemente no le interesaba obtener más que los suyos propios.

Seus descubrió una manta que contenía una caja de cristal. En su interior estaba una roca flotante de color rojizo, un poco más pequeña que los otros Orbes, pero que fulguraba con la misma intensidad.

–¿Dónde dice que lo encontró?– preguntó Dirk Portman.

–Lo detecté en una vecindad en el Distrito 4 de Villa Gris. La persona que lo adquirió dijo que compró un viejo cofre pirata en una venta de garaje de la policía y que ahí se encontraba esta piedra. El señor, al darse cuenta que el Orbe tenía que ver con el repentino deseo de su podadora de matarlo, decidió regalarlo a un primo, al cual su propio auto intentó pasarle encima. No fue difícil rastrearlo. El rastro de destrucción que creó fue mayor al de los Orbes del señor Trismegisto.  

–¿Y de verdad es un Orbe Cósmico?

–Me temo que no hay duda de eso. Y no sólo es tan funcional como los creados por Hestrim, sino que podría decir que es mucho más poderoso. Tanto que, su energía podría crear rasgaduras entre dimensiones.

–¿Cómo es que los radares nunca lo detectaron?

–Lo tengo aislado en esta capsula que evita que la energía pueda ser rastreada. Hubiera sido una tragedia que Hestrim destruyera todos los Orbes, en especial este tan peculiar.

–¿Cree poder utilizarlo?– preguntó el Guardián, extasiado.

–No lo sé. Las palabras del Trismegisto fueron muy claras: intentar dominar su poder para un ser de inteligencia menor a la suya sólo puede terminar en destrucción. Sin embargo, creo que con un tiempo de estudio, podría llegar a comprender sus secretos.

Portman rio enérgicamente. Seus se le unió. Ambos pactaron que nadie se enteraría de este asunto hasta que ellos lo consideraran adecuado…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EPÍLOGO 2

 

Alex caminaba triunfal hacia nuestra casa, complacido ante un día de fechorías, y cargando una bolsa llena de juguetes robados, cuando se encontró con un joven de unos 20 años, un poco más bajo que Varret y Lamor.

–¡Oye!– exclamó este, apretando los puños –¡Tú eres el niño que le robó su peluche a mi hermanita!

–¿Sí?– alardeó –¿Y qué vas a hacer al respecto, tonto cara de burro?

Entonces se dio la vuelta, y recordó que Varret y Lamor se habían ido temprano a sus casas. Estaba solo.

Furioso, el joven lo levantó de la camisa y lo miró fijamente.

–¡Espera!– gritó muerto de miedo –¡Te devolveré el peluche!

Sin dejar de temblar, hurgó en su bolsa y sacó un delfín de peluche que el muchacho le arrebató enseguida.

–¿Ves? ¡Aquí no ha pasado nada! Yo no robé nada. Sólo se lo pedí prestado un rato. Dile a tu hermanita que lamento mucho el malentendido.

Aunque seguía con expresión dura en el rostro, el muchacho parecía estar de acuerdo en perdonar a Alex y olvidar lo sucedido. Alex, temiendo que aquello no hubiera sido suficiente para aplacar la ira de su captor, recordó de pronto la lección que Vivian Splitz nos había dado a él y a mí.

–Aquí en Farland cuando quieres ofrecer tu amistad a alguien, debes darle una palmada en la cabeza.

Sin pensarlo dos veces, dio un salto y golpeó al grandulón en la nuca.

Minutos después, llegaba al Distrito Hacendario con un ojo morado. En el camino se encontró a Vivian Splitz.

–Me mentiste sobre lo de las palmadas en la cabeza.

–¡Vaya!– exclamó ella –Nunca creí que encontraría a alguien tan tonto para creérselo…

 

 

 

 

 

 

 

EPÍLOGO 3

 

Más tarde, ese mismo día, Alex, papá y yo asistimos a cenar a la casa de los Splitz.

–El señor Splitz ha sido muy amable en invitarnos a conocer a sus amigos, niños– observó –Espero que se comporten los dos como es debido.



#3496 en Ciencia ficción
#16998 en Fantasía

En el texto hay: monstruos, aventuras, aliens

Editado: 27.04.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.