Los Originales

Capítulo 1

—¿No te parece increíble que una sola persona tenga el poder de cambiar todo tu mundo con una sola mirada? —La voz de Blake sonaba como un eco a la distancia mientras Clarissa se limitaba a mantener la mirada fija sobre las tranquilas aguas cristalinas del río que fluía frente a ella, quizá con demasiada calma para ser natural —Es como si fuese tu destino encontrarte con esa persona, y casi te hace estar dispuesto a hacer cualquier cosa con la única esperanza de que esa mirada siga siempre fija en ti ¿Cómo es que algo como eso puede pasar? —El reflejo del sol en su punto más alto resultaba doloroso en sus ojos pero aún así ella no apartaba la mirada.

—Se llama amor. —Susurro y una lagrima se escapo de su ojo derecho.

—¿Clarissa? —La voz de Jonathan apareció junto a ella, seguida de una mano fría sobre su hombro —Estamos por empezar. —Ella subió una de sus manos y le dió un fuerte apretón antes de apartarlo

—Vale.

—¿Esta todo bien? —Ella se encogió de hombros y se giró para darle su sonrisa más radiante

—Todo está perfectamente, —pasó una mano entre su cabello alborotado ligeramente —solo estaba pensando en lo tranquilo que luce hoy el río. —Lo señaló con su temblorosa mano, que bajó al instante en que noto los temblores.

—Ya.... —Jonathan la miró con una de sus rubias cejas enarcadas y una expresión de «no te creo nada» —voy a fingir que te creo y tu vas a venir conmigo, ya casi es momento y todos te están esperando. —Clark asintió y lanzó una última mirada al río antes de seguir a su amigo.

—¿Tenemos que quedarnos después de la ceremonia? —Le preguntó, abrazándose a su cintura mientras caminaban por el césped en dirección a la enorme edificación de cristal del otro lado del campo.

—Yo no, sabes que ni debería estar aquí, pero tu si. —La rodeó con su brazo haciéndola caminar junto a él. —Tienes una responsabilidad con tu familia. —Ella soltó una bocanada de aire de manera muy poco femenina

—Odio estar aquí, todos se comportan como si debieran lamer mi culo solo por mi apellido. —Se quejó y Jonathan sonrió divertido

—En casa es igual, no se de que te quejas. —Ella le golpeó divertida

—Si, en casa me miran porque soy guapa y estoy buenisima, aquí solo por ese molesto detalle del linaje.

—Eres como de la realeza, disfrutalo. —Ella rodó los ojos

—No es divertido.

—Si lo es, ya deja de quejarte y sonrie o tu madre nos va a echar la bronca y no tengo ganas de escucharla hablar durante horas sobre tu cara. —Ella rodó los ojos y se irguió apoyando una mano sobre el hombro de él.

—Sabes que no tienes que escucharla porque no puedes entrar al palacio. —Se quejó con una mueca —¿Que vas a hacer mientras rompen el sello?

—No lo se. —Se encogió de hombros —Ya veré algo. —Se detuvieron frente a la enorme puerta de diamante que estaba abierta a medias, indicando que el ritual de los sellos estaba por empezar.

—Si decides ir al salon ¿Quieres, por favor, no empezar a pelear con Alejandra? —Él sonrió de lado y le besó la frente

—No prometo nada, y ve dentro antes de que tu madre venga a por ti y me eche a mi la bronca. —Ella rodó los ojos y entró en el salón mirando a su alrededor buscando una cara que le resultara familiar entre el gentío y cuando dió con su padre se acercó, aunque se detuvo a unos cuantos pasos cuando le vio hablando animadamente con Sue.

Lo pensó por un segundo antes de dar la vuelta para buscar a alguien más, pero antes de poder dar siquiera un paso, la voz de su padre la detuvo.

—¡Clark, mira a quien me he encontrado! —Se giró lentamente y miró a su padre con molestia antes de acercarse a la castaña que evitaba mirarla directamente, era una situación incómoda a niveles extremos pero su padre, como siempre, parecía no notarlo.

—Hola Clark. —Murmuró Sue con una incómoda sonrisa en los labios

—Hey ¿Que haces aquí?

—¿No te lo dijo Luce? Andy también tiene hoy su ceremonia. —Señaló las puertas de madera al otro lado del salon.

—Me alegro por ella, ya era hora. —Miró a su padre —¿Has visto a mamá?

—Esta con Theo preparando a los niños, en cualquier momento han de salir. —Clark se cruzó de brazos cambiando su peso de un pie a otro.

—Ya...

—Creo que voy a... Buscar a... Alguien. —La voz de Sue murmuró antes de que ella se alejara entre la multitud.

Clark miró a su padre con enojo y este le sonrió.

—¿Que pasa? —Dijo mirándola con curiosidad

—¿Como se te ocurre hablar con ella después de lo que pasó? —Matthew humedece sus labios y le pone una mano sobre los hombros

—Ustedes han sido amigas de siempre, crecieron juntas ¿De verdad vas a permitir que lo ocurrido con Blake arruine esa amistad? —Clark lo apartó de un golpe en la mano.

—Blake está muerto, no es algo que se supere fácilmente. —Le lanzó una mirada de odio. —Y deja de intentarlo, Sue y yo no nos llevamos mas y ya está.

—Era un soldado, solo cumplia con su deber- Hablo serio —además han pasado años Clarissa, ya es momento de dejarlo ir.

—Yo lo amaba papá y ella me culpo de todo, lo lamento pero no pienso dejar ir eso. —Y sin darle oportunidad de nada, se metió entre el gentío.

***

—¡Ya soy parte de Niebla! —Luce aplaudió dando saltitos mientras movía las caderas.

—¡Si, yupi ¡Qué emoción! —Verónica le lanzó una mirada enojada a Clarissa

—Eres una bruja resentida. —Le solto Luce

—Y tu una mocosa engreída. —Veronica les dio un fuerte golpe en la cabeza a ambas

—¡Suficiente!

—¡Mamá! —Se quejaron ambas pasando sus manos por su cabeza.

—Aún no están muy grandes para una lección, señoritas. —Las amenazó Verónica levantando su puño

—Creo que exageras un poquito, mami. —Luce sonrió y abrazó la cintura de Clark

—Si, nosotras somos sólo amor. —Clark le devolvió el abrazo con una sonrisa a su hermana antes de batir las pestañas en dirección a su madre.

—Y es obvio que Clark está celosa de que yo si pertenezco a Niebla. —Le saco la lengua y esta la miró con los ojos entornados.




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