Los pensamientos de una joven

Sakura

Fue en un momento de amargura...

El dulce néctar fue degustado.

Lágrimas de recuerdos

la atacaron una noche,

y ahí se quedó.

 

Observando la vacía oscuridad

de una habitación solitaria.

Imaginando futuros lejanos

que jamás serian alcanzados

por sus manos.

 

Creyó ver un invierno eterno en su vida,

pero lo árboles de cerezos

crecieron entre las ventanas de su alma.

Viéndolo a él colgado entre sus ramas,

regando sus raíces, cuidando de la tierra.

 

El jardinero de su corazón,

cuidaste muy bien de cada flor rosa;

No permitiste que el invierno

lastimara sus delicados pétalos.

 

Porque ella ya estaba cansada

de las malas hiervas que

castigaban su espíritu...

Trajiste el sol, aunque este

quemara tu cuerpo, tan

sólo para que los árboles

se volvieran inmarcesibles.

 

Esa habitación oscura

por la que tanto tiempo

vivió se convirtió

en su invernadero de árboles rosas.

 

Dime ahora si estarás

presente en ella para siempre,

porque ahora se ha vuelto

adicta a tus cuidados.

Tan cálida como el

sol que le haz traído,

tan fuerte como el

tronco que la sostiene.

 

Tu tierra negra la hicieron

crecer alta hasta alcanzar

las lejanas estrellas,

dime ahora si toda esa vida

y belleza es digna de ella.

 

Dile jardinero, dile que

amas los árboles de Sakura

que plantaste en ella.

 

—Para el chico de los dibujos.

 




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