Los pensamientos de una oruga (terminada)

Los pensamientos de una oruga

Quiero ser salvaje y libre, quiero expandir mis alas y volar, sentir el aire en mi cara, sentir la sensación de libertad, pero eso nunca va a pasar porque nací con patas, no con alas. Nací para ser un prisionero, no para ser libre, es una pena, mi sueño nunca ser va a hacer realidad. Desde el principio mi vida fue hecha para ser complicada, triste y restringida. Yo nunca tendré bellos colores que combinen perfectamente con el medio ambiente. Yo siempre seré verde, solamente verde, esa es mi desgracia. Por qué? Es la pregunta que hago todas las noches, pero la vida nunca me responde, ella, con su autoestima tan alta nunca mirara a un ser tan vergonzoso como yo. Todos los días miro sus colores contrastar con mi triste existencia, ya perdí la esperanza hace mucho tiempo, lo único que me queda es la tristeza, mi compañera todos los días y todas las noches. No tengo amigos, tengo que estar alerta por los depredadores, tengo que buscar comida para sobrevivir y mi casa es una hoja, pequeña y verde, justo como yo. Cuando otros seres pequeños y verdes pasar por delante de mi siento que se están riendo de mí, de mi estúpido sueño, bueno, no es un sueño, es una estúpida frustración… Todos estos pensamientos estaban es mi cabeza cada uno los días, cuando sentí la necesidad de esconderme en un capullo, pensé que por fin el final de mi existencia había llegado, que ya no tendría que sentirme tan mal por haber nacido, pero había algo que extrañaría, extrañaría verlas volar, extrañaría sus colores, que aunque los miraba con envidia, hacía que mi existencia fue un poco más llevadera. Paso el tiempo y aun no moría, me preguntaba si era un castigo del destino, me preguntaba si el castigo por ser un ser tan desagradable era una muerte lenta y angustiosa, mi cuerpo cambiaba lentamente y dolía, quería que esto terminara de una vez pero como siempre mis sueños nunca se hacen realidad, el tiempo paso y seguí cambiando y cambiando, aguantando el dolor que como castigo el destino me infligía, cuando dejo de doler, en vez de morir, el capullo se abrió, y caí, caí sin saber que hacer o decir, pero algo en mi cabeza, un instinto me decía que volara, que triste ahora hasta mis pensamientos se burlaban de mí. Cada vez más cerca del piso, cada vez más cerca del final, pero no quería morir, quería poder verlas una vez más solo una vez, así que hice lo que la burlona de mi cabeza me dijo. Que sorpresa la mía cuando cada vez estaba más lejos del piso y más cerca del cielo, que sorpresa cuando  gire mi cabeza y vi alas, hermosas alas de colores me adornaban la espalda y finas y delicadas antenas se erguían sobre mi cabeza. Aquello no podía ser, era imposible, pero era real, mi sueño, se había hecho realidad, yo un ser pequeño y verde, me había convertido en el ser que todos los días miraba con envidia, aquello no podía ser, pero era, me había convertido en una mariposa 
 




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