Nuestros días de matrimonio eran los más maravillosos, ambos éramos felices teniéndonos el uno al otro, a veces vivíamos experiencias nuevas y también manejábamos la misma rutina de siempre, la cual nunca fue aburrida, siempre la vivíamos como si fuera la primera vez, nuestro primer aniversario de bodas decidimos celebrarlo en la misma playa a la que íbamos cuando nos hicimos novios solo que en esta ocasión seria de día, parecíamos dos niños jugando con la arena y apostando quien iría por los helados. En nuestro segundo aniversario regresamos a la misma playa, realizamos la misma rutina que en nuestro primer aniversario, pero en esta ocasión, lleve dos botella de vidrio con un corcho de madera, diciéndole a Shin que había querido hacer eso desde hace mucho tiempo, si, es lo que piensan, dejar un mensaje en la botella y aventarlo al mar, así que ambos tomamos una hoja de papel y una pluma y comenzamos a escribir, lógicamente, ninguno de los dos leyó lo que el otro escribía, después de todo si el próximo año al venir nuevamente a la playa y estas regresaban a nosotros lo haríamos, o los años que tardaran en regresar, bueno aunque tal vez eso no llegue a pasar, ya que siempre hemos tenido mala suerte.
Después de tres años de casados ambos decidimos que ya era tiempo de tener un hijo, bueno, aunque siendo sincera lo habíamos planeado desde hace un año atrás, pero no he podido quedar embarazada, ambos decidimos acudir al hospital para saber si teníamos posibilidades de quedar embarazados o para saber cuál era el problema en sí. En realidad, en ese momento, estaba asustada ya que no sabíamos qué respuesta nos darían, aunque claro, el doctor nos dijo que no había ningún problema, que ambos no teníamos problema alguno para tener hijos, pero el asunto es que lo vamos intentando desde hace un año y nada, pero los doctores siguen insistiendo en lo mismo, así que no sé exactamente qué es lo que está pasando, tal vez aun no será el momento correcto para criar a un niño, aunque no negare que tal vez ambos no estamos preparados aun para ello, pero por eso hemos tomado cursos para tener conocimiento de ello. Si, nosotros nos sorprendimos cuando supimos que existían este tipo de cursos así que quisimos tomarlo, no negare que estábamos muy entusiasmados con la idea, teníamos la misma emoción que cuando tenemos un libro nuevo que leer.
Después de intentarlo por dos años, bueno por dos largos años al fin quedamos embarazados, la alegría era tan enorme que no la podíamos contener, ambos resplandecíamos de felicidad. Shin comenzó a cuidarme más de lo normal, me complacía en cada uno de los antojos que me daban e incluso el también terminaba comiendo junto conmigo, esos momentos eran los más maravillosos, bueno, en realidad todo momento vivido con él era de lo más maravilloso. Ambos comenzamos a decorar la habitación que sería del bebe, claro estaba, aún no sabíamos si sería niño o niña, pero nuestra emoción era tan grande que decidimos hacerlo, compramos la cuna la cual se veía demasiado linda o no sé exactamente si solo nosotros la veíamos así, decidimos poner pinturas, claro estaba Shin las había hecho y en su mayoría eran de dibujos tiernos y lindos, los cuales pensábamos que él bebe se entretendría con ellos. Mi vientre iba creciendo poco a poco, lo cual nos hacía más y más felices, aunque la felicidad que sentía era demasiado grande por alguna razón me comenzaba a sentir un poco débil conforme iban pasando los meses, así que me la pasaba en cama la mayoría del tiempo, pero vamos, esto ha de ser normal en el embarazo o eso era lo que le decía a Shin.