Elena
Me desperté por el sonido de la alarma y maldije internamente mientras me levantaba de la cama para ir a tomar una ducha por lo menos sentir el agua caliente sobre mi cuerpo me despertaba más y me hacía sentir bien, no sé si soy la única pero me encanta sentir el agua caliente muy caliente cayendo sobre mi piel sentir el vapor a mi alrededor hacia relajar mis músculos y hacia que mi mente se liberara de todo.
Al terminar de prepararme baje las escaleras sumergida en mis pensamientos cuando me encontré de frente con Elliot
—Buenos días—le dije mientras sonreía, pero mi sonrisa fue desapareciendo cuando el solo me miraba serio y pasó de lado sin siquiera responder al saludo
Idiota, inmaduro, arrogante y malditamente atractivo pensé mientras avanzaba hacia el comedor donde se encontraban todos esperando para el desayuno.
-—Buenos días a todos
—Buenos días Elena—respondió Sarah Hamilton con una sonrisa, que nunca se cansaba de sonreír pensé
—Que tal la noche Elena— la voz de Ethan me hizo mirarlo a los ojos.
—Excelente y ¿la de ustedes?— pregunte amablemente quizás Ethan no era tan arrogante como Elliot quizás podría...
—Hubiese estado mejor con tu compañía —mencionó con una sonrisa coqueta una mueca se formó en mi rostro y ahí me di cuenta que en esta casa todos estaban cortados con la misma tijera. La carcajada que salió de la garganta de Erick me hizo mirarlo mal, y cuando iba a responder la comida fue puesta en la mesa y simplemente decidí callar no sin antes mirar a cada uno de ellos con una mirada nada amable.
— Elena mis hijos se ofrecieron a llevarte hoy a la universidad.
—No es necesario ya le mencioné que...
—No nos vas a despreciar o si Elena— Erick sonreía mientras miraba a su madre luego a mi
—No, claro que no— respondí, aunque lo único que quería hacer era borrar esa estúpida sonrisa de su cara.
—Bueno si es así me retiro, que tengan un buen día— la señora Sarah se perdió de mi vista en unos instantes, ni siquiera había tocado nada de lo que se sirvió, que extrañó quizás desayunaría en otro lugar me concentre en las delicias que tenia a mi disposición comería tranquila ignorando la presencia de los tres jóvenes a mi alrededor o eso esperaba.
Luego de unos minutos en total silencio yo desayunando tranquila, aunque sintiendo su mirada en mí, al principio me incomodaba pero al notar que ellos me miraban a mí y luego se miraban entre ellos con burla los mande al carajo, claro en mi mente y comí todo lo que pude no pasaría hambre en clases.
El primero en levantarse fue Ethan, luego Elliot y por último Erick.
—¿Que no vienes? — pregunto Erick yo solo me levanté y los seguí hasta el coche que se encontraba estacionado.
El silencio era tanto que podía escuchar los latidos de mi corazón, en el frente conduciendo se encontraba Ethan, en el copiloto Elliot y a lado mío estaba Erick quien me miraba poniéndome cada vez más nerviosa.
—¿Y Elena porqué Hill Lane? habiendo tantas universidades porque aquí—preguntó Erick
— Es una de las mejores universidades del país además me gané la beca y quien deja pasar una oportunidad como esa —dije mientras me acomodaba de mi lugar.
—Tienes razón es una muy buena oportunidad—Ethan respondió mientras me miraba desde el espejo, aparte mi vista de él para depositarla en Elliot esperando que alguna palabra saliera de sus labios, pero no menciono nada y una parte de mi estaba decepcionada por aquello.
—Llegamos— mire a través de la ventana y me asombre con lo que veía la universidad era tan grande y elegante digno de Hill Lane.
Iba a bajar cuando la voz de Erick me detuvo al instante
—Escucha bien Elena te daré un consejo mantente alejada de nosotros y recuerda tu lugar, no somos tus amigos ni queremos serlo, para ti no existimos porque créeme tu no existes para nosotros— su voz sonaba fría y la manera en la que me menosprecio me dolió, aunque no lo demostré, de reojo mire a Ethan y a Elliot para darme cuenta que ellos pensaban igual yo no era nadie para ellos.
—No te preocupes Erick no los molestare con mi presencia—respondí sin demostrar que sus palabras me habían dolido y me baje del auto rápidamente para perderme entre las personas, al girar vi bajar a los tres y las chicas lanzaron unos suspiros que me hicieron hervir la sangre, ellos eran crueles, falsos y mentirosos me lo habían demostrado desde el momento en que llegué a sus vidas me preguntaba como ellas no veían lo que en realidad eran.
Que detrás de esas sonrisas y rostros perfectos se escondían los mayores monstruos de Hill Lane.