Capitulo 30

Erick

Habían quemado tres de las bodegas en Europa, habían vaciado dos cuentas con millones de dólares, el imperio Hamilton pendía de un hilo y nuestro padre lo sabía.

Es por eso que habían reunido a las familias más importantes o lo que quedaban de ellas entre ellos estaban el señor Sellers, Adán Tyler, Daniel y su Padre y Marcos Jones el padre de Gabriela y nosotros los Hamilton.

—Tenemos que averiguar de quien se trata— mencionó el señor Sellers

—Ese es el maldito problema no sabemos de quien podría tratarse he mandado investigar a Williams y según la información que averigüe no se trata de el— mi padre habló mientras removía el vaso de whisky que tenía en sus manos.

—Sea quien sea tenemos que detenerlo antes que nos asesine a todos— comento el señor Jones.

—Antes de que asesinara a nuestro tío, el sujeto le susurro algo que lo inquieto bastante y Esteban negó diciendo que era imposible— lo que dijo Ethan hizo que las miradas se centren en él.

—¿Que podría ser?, porque de algo estoy seguro luego de escuchar lo que sea que había escuchado hizo que nuestro tío perdiera la razón—secundó Eliot.

—Lo que sabemos es que tiene poder y me temo que mucho— Daniel comentó.

—La única familia más poderosa que los Hamilton fueron los Lombardo y ellos están muertos—dijo Adán Tyler.

—¿Por que están muertos? — pregunto ansioso.

—Por supuesto que sí, yo mismo me encargue de asesinar a su familia—mi padre no mostraba ninguna expresión en el rostro al mencionar a la familia Lombardo

Por lo que sabía los Lombardo eran de la mafia italiana gobernaban toda Europa y varios países de América, eran temibles y bastantes respetados, nadie se metía con ellos, hasta que mi padre encontró el modo de desaparecerlos del camino y así él se adueñó de sus territorios.

—¿Y cómo estaba compuesta esa familia? — preguntó un poco nervioso Daniel.

—De Arturo Lombardo su esposa y sus dos hijas— el rostro de mi padre palideció por un momento y antes de que pudiese decir algo.

—Un hombre una mujer y dos niñas— repetí lo que había escuchado la noche del ataque.

—Podría ser una venganza por la muerte de los Lombardo—el señor Sellers se escucha bastante intranquilo.

—Es imposible, no quedó nada más que cenizas de los Lombardo—mi padre trataba de sonar seguro, pero su voz le fallo.

—Todo es posible—mencione y mi padre me lanzó una mirada amenazante antes de continuar.

—Aumentaremos la seguridad y aumentaremos las ventas y negocios, tenemos que recuperar lo perdido estén atentos a todo no sabemos quién será el siguiente en su lista—terminó la reunión mientras se levantaba para dirigirse a la salida.

Cuando estaba apuntó de subir al auto una llamada me hizo detenerme al instante y observe a Ethan con el teléfono en la mano y al observar de quien se trataba contesto.

—¿Qué sucede Gabriela? — pregunto cansado.

—Si están aquí—continuó para luego poner el altavoz.

—Hola chicos— se escuchó su voz coqueta como siempre

—Ya habla—Elliot estaba perdiendo los estribos.

—Solo quería saber si ya llegó mi regalo a Elena—me alerte de inmediato mientras nos subimos de prisa al auto.

—De qué carajos hablas Gabriela—grito Ethan furioso. Y yo estaba conduciendo tan rápido como podía.

—Solo quería abrirle los ojos —y la llamada acabó Gabriela había cortado.

Unos minutos después estábamos entrando a la mansión y al ver a Elena con su amiga Madison el aire llego a mis pulmones todo parecía estar bien

—Hola chicos— saludo Elena sonriendo en nuestra dirección

—Hola Elena—dije para luego besarla-— hola Madison saludé, mis hermanos también se acercaron a Elena para darle un beso.

—Bueno nosotras nos vamos al cine, los veo luego si —Elena agarro la mano de madison y ambas partieron de la mansión.

Al girar vi que Eliot tenía un sobre en las manos

—¿Qué es?—preguntó Ethan y Elliot la abrió y maldigo entre dientes.

Me acerque a ver las fotografías y ahí estábamos los tres desnudos con Gabriela.

—Somos unos idiotas — habló arrepentido Ethan.

—Pero Elena no lo vio y así se va a mantener, no la quiero perder— dije seguro

—Y no lo haremos— aseguró Elliot.

Esa noche nos dejamos llevar por Gabriela y fue un error, un error que no repetiríamos.