Los Salvatores, La Originals

continuación capitulo 10

-No nada hijos, solo pensaba que si su madre estuviera aquí, sabría entender mejor a su hermana- stef y yo conectamos miradas, el pensaba lo mismo que yo, algo ocultaba y no quería que nadie supiera.

Aranza se despertó de golpe, con los ojos abiertos, como si fuera poseída pero no lo estaba. Padre la agarro para que no cayera de sus brazos. Atrayéndola hacia él.

-Aranza ¿estás bien?- pregunto mi papa, abrazándola con fuerzas. Stef y yo nos agachamos para quedar a su altura, Mayra estaba detrás de nosotros parada. Todos atentos a lo que diría.

-No lo sé- apenas era audible su voz, miraba hacia un punto en específico –No recuerdo nada-. Padre la abrazo más fuerte y le dijo a la nana que preparara un tesito verde para que se relajara.

--Tranquila mi niña, pronto recordaras y nos dirás que paso—dijo mi padre –Alexter llévala a su habitación, que maría llevara su te para allá— asentí y tome la mano de Aranza.

Mi padre le dijo a Stefan que acompañara a Mayra a su casa, y así fue, mientras yo estaba en la habitación con Aranza, padre fue al despacho a llamar a alguien, quería saber cuál era su misterio, pero no podía escuchar porque se iba a dar cuenta que irrumpía su privacidad. Deje Aranza acostada, estaba callada, cuando iba de salida a mi habitación me detuvo.

--Quédate conmigo por favor—tenia la mirada perdida, como si algo en ella se hubiera apagado. Me acosté a su lado y ella coloco su cabeza en mi pecho.

*Puedo sentir su miedo, algo le pasa a nuestra pequeña*- me dijo Ian a través de nuestro link.

*--¿Cómo es que la puedes sentir?, yo también la siento--*. Eso me preocupaba porque éramos solo hermanos.

*No lo sé, pero la protegeré con mi alma*- Dijo Ian triste al ver a Aranza tan apagada, ¿donde estaba su chispa de encanto que la caracterizaba?.

*--La protegeremos querrás decir*-- y cortamos link.

--Toma joven, acá esta el tesito para mi niña—Entro nuestra nana, pero no me había percatado que ya había quedado dormida, por lo que coloco el tesito en una mesita de noche, la nana cerró la puerta y decidí dormir con ella. “no dejare que nada te pase” pensé dentro de mí mismo.




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