Hades X

Los pasillos de la academia eran muy similares a los que los dormitorios salvo que no había adornos de ningún salvo esos ventanales elegantes enormes. Las puertas tenían diferentes diseños, dependiendo del nombre de la clase. En general parecía una prepa normal pero muy pretenciosa.

Todos iban de un lado a otro, saludando a sus nuevos amigos ¿A quién engaño? Casi todos se conocían aunque sea de vista pues al final, era una escuela de ricos y toda la realeza se conocía entre sí.

Como en cualquiera de estos juegos, la sociedad era regida por un rey y había clase alta, clase baja y clase media.

De hecho, la misma Ceres iba saludando a algunos chicos con la gracilidad de una chica de alta clase. Algunos la miraban con respeto, otros con miedo pero era lo normal, siendo ella hija de uno de los grandes explotadores de Litio del mundo.     

Por cierto, la protagonista, como se esperaría, es de clase baja pero con una gran capacidad para con la magia y para otras actividades, no por nada había ganado una beca acá. Una Mary Sue, vaya con el único defecto de ser demasiado tímida.

Los estatus iban cambiando con el tiempo pero al menos así comenzaba de base.

¿Yo seré un Gary stu? Bueno, es verdad que tengo muchos beneficios del guion pero vamos, que no voy a construir una computadora desde cero porque no sé cómo se hacen ni a convertirme en un espadachín con dos espadas sacadas de la nada.

No estoy tan vacío… Creo.

Mientras pensaba en esto llegamos al salón en el que le tocaba a Ceres donde como no, la esperaba Cleo, quien la recibió con un saludo bastante alegre. Nuestra clase era Amanecer-1, por si se quedaban con el pendiente.

Leonardo me saludo a lo que yo hice lo mismo.

Honestamente no podía considerarlo un amigo pero tampoco no… Eso se escuchó tan tsundere, mejor olvídenlo, si era mi amigo, punto.

—Parece que aún no asignan lugares así que sentémonos juntas mientras tanto— Le dijo Cleo.

—Es bueno verlos tan sanos, amigos míos— Dijo Leonardo.

—Nos vimos ayer…— Señale.

—Cierto pero muchas cosas pueden cambiar de un día para otro— Dijo el panda.

Antes de que pudiéramos comenzar a hablar, una multitud ruidosa se escuchó por el pasillo y pese a que a las chicas no les importo mucho, esta entro al salón, pues la gente estaba rodeando a un estudiante.

Normalmente me hubiera dado igual pero ese era uno de los intereses amorosos de Artemisa en el juego.

Aquiles de la Rosa, el príncipe caprichoso y yo no le puse nombre, literal es el nombre que le da el juego. El hijo menor del rey.

Era un chico de cabellos morenos quebrados que le caían alrededor del rostro, tez clara, con algunas pecas en su nariz, con nariz respingada, labios delgados y ojos oscuros profundos. Era alto y atlético.

Su familiar se mostró igual de orgulloso, ya que los chicos también le estaban lanzando cumplidos.

—Qué asco ¿No le dará pena hacer eso?— Pensé en voz alta.

—Hades— Leonardo levanto la voz para advertirme, entonces me di cuenta que de verdad lo dije en voz alta.  

El pavo real se nos quedó mirando de forma severa.

Entonces Artemisa también entro al salón, corriendo y chocando con algunos chicos hasta finalmente terminar estrellándose contra el príncipe con tal fuerza que ambos terminaron cayendo al suelo.

Otro evento canon.

—L-lo siento— Artemisa se disculpó levantándose con rapidez— Y-yo…

—Claro, una disculpa no desarrugara mi uniforme— El príncipe se levantó con gracilidad y la contemplo, entonces esbozo una sonrisa de suficiencia— Ah, ya veo, eres la becada de este año ¿No? Que estúpida, mejor fíjate por donde caminas.

—Lo haré…— Artemisa retrocedió.

—Es la chica de hace rato— Dijo Ceres, reconociéndola.

Ceres no pudo evitar mirar la escena con cierto desinterés.

Por otro lado y tristemente Artemisa metía la pata dos veces en los primeros minutos de juego pero luego aparecía su mejor amiga y dos de los príncipes que faltan, los cuales terminan siendo un poco más amables.

De hecho me gustaría verlo pero solo puedo confiar en que las cosas se den naturalmente. No puedo levantar sospechas yéndome del lado de Ceres.

No me quedaba de otra más que esperar que todo fluya como… Mierda, el príncipe viene hacia Ceres.