Los secretos de Fos

Hades XXVI

La ciudad era, en definitiva, mejor apreciada que en el juego.

Los edificios eran pequeños, siendo los más grandes de cuatro pisos, con un estilo medieval pero con visible influencia por mi mundo anterior, con algunos paneles altamente tecnológicos en las paredes o en el techo, y también había pantallas con imágenes y publicidades. Los vehículos también se parecían mucho a los modernos pero también había carros arrastrados con caballos.

Era una combinación extraña que en su momento nadie juzgo pero que viéndolo de cerca, si se sentía medio atemporal.

De todos modos ver a la gente vestida de forma elegante como en mi mundo me relajo. Parece que los atuendos ostentosos solo los llevaban los de alta, mientras que la gente normal parecía más… normal. Ni para juzgar, no es mi juego.

Claro que estudiantes de la prestigiosa escuela de magia y filosófica llaman la atención pero en general nadie se metía con nosotros, lo que me alivio. De todos modos debía estar preparado para cualquier secuestro. Ya nos pasó así que…

Si tomabas decisiones equivocadas como querer estar sola en la ciudad, sin compañía e incluso rechazando a Dafne, entonces podrías terminar con un final especial, uno donde te secuestran pero al ser de baja cuna, nadie mueve un dedo por ti así que… Ni idea de que le pasaría a esa Artemisa.

Aun si estaba con Ceres, debía evitar que Artemisa tomara malas decisiones… No, espera, no era necesario, creo pero…

— ¡Este colgante es adorable!— Ceres se detuvo a ver el colgante de un oso… Eso me hizo sonreír pues sabía que le gustaba.

—Se parece a Hades— Dijo Cleo con una leve sonrisa.

—Ya no me gusta tanto— Los ojos de Ceres perdieron brillo, lo que me ofrendo.

—Se parece más a mí— Dijo Leonardo, el cual si era un oso en teoría.

— ¿Si te reunirás con Artemisa?— Preguntó Cleo tras un rato de caminar y de ver algunos puestos con baratijas, de verdad baratijas, muchas no eran nada caras por su poco valor pero otros que eran al menos un poco valiosos tenían el precio inflado.

Yo escuchaba el rugir de sus tripas al inflar los precios mientras tartamudeaban frente a las chicas ricas.

—Sí, ella me hablo en la noche para confirmarlo— Ceres asintió— Solo hablaremos un poco ¿Si? Tu…

—Me reuniré con otras chicas así te veré más tarde, no te preocupes…— Dijo Cleo para tranquilizarla— De todas formas debes tener cuidado ¿Si? Esa chica no me da mucha confianza.

—Lo entiendo— Ceres y yo hablamos sobre los chismes que se habían esparcido pero decidimos dejarlos pasar. Era obvio que Cleo los creería en parte pero Ceres no quería sacarla de su error, al menos no aun.

Ambas se separaron y Ceres fue al lugar donde se verían pero ella no estaba.

La realidad es que Ceres comenzó a correr hasta el lugar del encuentro, pues ya iba tarde, pero antes de llegar, nos topamos con una escena familiar en un callejón.

Artemisa estaba en el suelo, mientras un par de hombres le miraban desde arriba.

—Eres de la academia de filosofía ¿No? Perfecto, quizá obtengamos buena recompensa por ti— Dijo uno de los hombres sonriendo bastante.

—Si no, al menos podremos divertirnos…

Los seres mágicos de esos tipos habían logrado derribar al Zeus, tal como en aquella escena del juego.

—Hades…— Me dijo Ceres a lo que yo asentí, entonces ella se puso detrás de ellos y les apunto con el bidente del infierno— ¡Ustedes! ¡¿Qué creen que hacen?! ¡Aléjense de ella!

Los tipos se giraron a verla con muecas confiadas.

—Parece que nos llevaremos dos— Dijo uno de los tipos mirando el arma y haciendo que su ser mágico se volviera una espada— ¿De verdad crees que una chica en entrenamiento podrá conmigo?

Ceres no respondió, se limitó a verlo con aquella expresión digna de una villana.

—Neutralízala ya que llamaremos mucho la atención y quiero llevármelas de la forma más discreta posible— Dijo el tipo tratando de sujetar a Artemisa pero su compañero termino siendo lanzado contra la pared causando con un gran estruendo.

Ceres me dijo que no los matara así que solo le golpeamos muy fuerte en el pecho con el bidente.

—Sera mejor que te vayas— Ceres hizo girar el bidente con habilidad.

El tipo transformo a su ser mágico en unos guantes y trato de golpear el suelo pero Ceres se adelantó y aparto su mano del suelo, utilizando en el espacio del bidente, entonces lo hizo girar con todo su cuerpo, para derribarlo como si nada.

Ceres giro su arma de nuevo y golpeó la cabeza del tipo con el mango para noquearlo.

— ¿Estás bien?— Pregunto Ceres desapareciendo su bidente y acercándose a ver a Artemisa quien estaba tirada en el suelo con lágrimas en los ojos— ¿Puedes levantarte? Hay que irnos.

Artemisa no dijo nada, solo acepto su ayuda para levantarse y fue hasta Zeus pero yo ya lo traía cargando, por lo que salimos de ahí corriendo, bueno, ellas, yo solo flote a su lado con Zeus.

La verdad es que me adelante a buscar algo en los bolsos de esos tipos.



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En el texto hay: seresmagicos, isekai, recuentosdevida

Editado: 12.10.2024

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