Los secretos de Fos

Hades XLVII

Ceres se quedó mirando el papel entre sus manos con una mueca indescifrable: Podría estar pensando en que el estilo de escritura es bastante elegante o bien, muy remotamente, quizá pudo haber llegado a la conclusión a la que yo llegue…

—Hay que ir— Levanto el rostro hacia mí.

O quizá no era una opción tan remota. Ceres a veces me sorprendía.

— ¿De qué hablas?— Preguntó Egan quien le miro con una ceja levantada, un tanto perturbado por la idea— Tenemos que esperar que se organice un equipo de rescate y…

—No funcionara— Ceres negó con la cabeza.

— ¿Por qué no?— Egan se sacó de onda. Al menos así podría describir su expresión.

—La nota invita a alguien a recuperar algo que se perdió ¿A quién perdimos?— Dafne miro a Egan. Ella también se dio cuenta— O la nota es para mí o para Ceres, las únicas que perdimos algo.

A sus amigas, así es, es una nota para una de las dos.

Sea quien sea, era humano, por la escritura y sea quien sea, quería a una de las dos y tenía sentido.

Ceres, la chica de una familia que comerciaba con Litio y Dafne, hija de una familia conocida por todo el mundo por encargarse de comerciar entre reinos de manera efectiva.

Egan pareció meditarlo un rato— Bien, iré con ustedes.

—Qué bueno que lo ofreciste— Dafne dejo caer sus hombros con alivio y de alguna forma también note que Ceres se relajó.

Sin tiempo para pensarlo los tres salieron de las inmediaciones de la academia a paso firme.

— ¡Vamos a destrozarlos a todos!— Grito Lubu con emoción.

—No podemos dejar que la oscuridad le gane a luz— Aseguro Nicola Tesla moviendo sus alas con emoción— Haremos pagar a aquellos que dañen a nuestros amigos y sobre todo si se trata de Cleo.

Cierto, Nicola debe conocer a Cleo y a Leo desde hace tiempo también.

— ¿No crees?— Preguntó Lubu.

— ¿Eh? Ah, sí, lo pagaran— Dije encogiéndome de hombros.

— ¡Esa es la actitud!— Dijo Lubu cruzándose de brazos con orgullo mientras Nicola movía sus alas con la misma emoción.

Pudimos salir de los terrenos de la escuela tras un rato y tras hablar con un par de los guaridas. Egan parecía tener bastante autoridad pues muchos lo respetaban incluso cuando eran un año mayor que él.

El bosque era utilizado para pruebas especiales, al menos una parte pero nosotros no iríamos a esa parte, por lo que ver como los árboles se alzaban amenazantes frente a nosotros solo me llevaban de emoción.

Por poco me emocionaba como mis compañeros seres mágicos y no lo haría, que vergüenza.

—Debemos tener cuidado ¿Bien?— Nos advirtió Egan­— El bosque ha estado bastante inestable, han aparecido más monstruos, incluso monstruos que no eran originarios de aquí. Todo el bosque es peligroso ahora pero mientras más avancemos será peor.

Dafne apretó sus manos y Ceres respiro profundamente.

Comenzamos nuestro avance por el oscuro bosque.

— ¿Es, de verdad probable que puedan estar buscándonos a nosotros específicamente?— Preguntó Ceres en un susurro hacia mí.

—No lo sé, puede que sí, puede que no, lo descubriremos cuando lleguemos— Le dije y era verdad. Dejando de lado que la única vez que hemos destacado fue en la escuela, bueno..

Bueno, estaba lo del secuestro de hace años pero no parecían del tipo que les gustara llamar la atención o tratar de vengarse.

Egan hizo detener a ambas chicas y señalo el suelo.

Ahí había marcas de quemaduras recientes, bueno, aun humeaban solo que el vapor era verde y apestaba como a huevo podrido. Sospechaba que era veneno aunque del tipo corrosivo al tacto.

Todo a su alrededor estaba quemándose, derritiéndose.

—Manténganse alerta y Dafne, quédate cerca de Ceres para transportarla de ser necesario— Egan estiro su mano y Lubu se transformó en la alabarda, la cual hizo girar en su mano con habilidad.

Dafne se pegó a Ceres, mientras miraba a todos lados.

—La próxima vez creare algo para que podamos ver a través de los objetos— Dijo Nicola moviendo sus alas de forma desafiante.

—Sería muy útil, si— Asegure.

— ¡Detrás!— Grite y entonces Dafne reacciono transportándonos a otro lado, justo delante de Egan quien se sorprendió un poco, entonces se giró muy rápido para atacar a su enemigo pero este lo evito por poco.

Era una serpiente gris, de al menos cinco metros, con unos brillantes ojos dorados y una cola bífida que se movía constantemente. De su boca chorreaba sangre y su cuerpo exudaba aquel líquido verdusco.

La reconocí después de un rato, una ekuneil pero ¿No estas criaturas eran relativamente pacificas? Supongo que no puedo esperar mucho de la mitología ahora, yo soy un panda y me llamo Hades, así que no debería ser raro que la serpiente que toma leche humana hipnotizando madres en la mitología, en este, también beba sangre.




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