—Cuando Ypaka'a me visitó, no podía creer lo que me decía... La gran Bruja Auris desea verlo...
Miro a Thalia quien está sentada en una roca, el rubio de su cabello se ve más marcado y su piel de porcelana pareciera haber sido pulida.
Mi hija solo me sonríe, y no sé como reaccionar, al fin y al cabo mi bebé ya está grande. No es más la niña temerosa, la que corría a mis brazos cada que la buscaba del internado o del aeropuerto.
—¿Molesto, padre? —pregunta y me encojo de hombros.
—Mi primogénita se casa... y se convierte en una Bruja Auris... ¿Debería estarlo?
—Quizás... considerando que uno de mis esposos es Cariem Jakury...
Niego, porque la sangre me hierve. De todos los posibles candidatos, es el menos esperado, y casi, casi la única persona que odio en el mundo.
—Tu rival amoroso es tu yerno...
—Voy a fingir que solo Anastasia es mi nuera, y haré de cuenta que Cariem es solo el guardián de esa relación.
Thalia resopla, es evidente que espera una reacción más fuerte de mi parte, pero por el amor que le tengo a mi hija, y por el odio que le tengo a Cariem, solo decido callar.
Muerdo el interior de mi mejilla mientras mi hija camina hacia mi, decidida, fuerte, imponente. Se nota la mezcla de sangre, entre los Merlis y los Gianti.
Admiro su porte y a pesar de todo me siento orgulloso de tener otro importante pilar en nuestra familia, otro Gianti con dones increíbles.
—Bien, no vinimos a hablar de tu casamiento... ¿O sí?
—No, padre, no es por eso que estamos aquí. La razón por la que quise reunirme contigo es porque necesito saber hasta el último detalle de Danae.
>>Tu relación, tu vínculo con esa mujer y porqué una simple humana es un peligro para La Colmena.
Trago fuerte, tomo un cigarrillo del interior de mi traje, lo llevo a mis labios, y antes de quitar el encendedor mi hija chasquea los dedos y el fuego prende el cigarrillo.
Agradezco, y recuerdo vagamente a Solei hacer lo mismo en nuestra época de juventud. Thalia ha venido hoy a ser mi Karma.
Me rasco la cabeza y recuerdo cada momento en que tomé malas decisiones. Le doy una calada a mi cigarrillo y finalmente, al soltar el humo decido hablar.
—Hace unos años atrás, cuando tu madre y yo, tuvimos nuestra primera charla sincera... nos separamos por un tiempo, fue cuando fui a visitarte en la universidad, en Francia...
—Lo recuerdo —Thalia camina alejándose de mi y cubriéndose la cabeza con la caperuza blanca que traía —. Dijiste que fuiste junto a mi porque me extrañabas... mentiste.
—No, a decir verdad pude elegir ir a otros lugares, pero en verdad te extrañaba... por eso me quedé allí...
—Un mes...
—Dos meses —confieso —. El segundo mes fue que conocí a Danae... dos años mayor que tú, estudiante de periodismo...
—O sea que apenas tenía 20 años...
—Sí —confieso y no me siento orgulloso de ello.
—¿Cómo llegó a trabajar para ti?
Pregunta muy enojada, cerrando los ojos y evitando verme a los ojos.
—Ese mes, ella me presentó su currículo... confiado... la contraté.
—¿Confiado? Me vas a decir que tú has sido el engañado? ¿Padre?
—Lo creas o no... lo fui, y no hablo, por lo que pasó entre los dos, Danae era una joven agente recién recibida, estaba en cubierto, trabaja desde entonces para la DEA.
>>Me siguieron hasta Francia... preparó el escenario... caí, la contraté, trabajo desde entonces para mi... escaló en el periódico, y juro que no fue por favores sexsuales —me apresuro a aclarar cuando Thalia levanta una ceja —. Juro, que luego de ese mes en Francia no volvió a pasar nada... hasta el año pasado.
>>Ella solo... no Entremos en detalles, comenzamos una aventura, tu madre descubrió que le estaba siendo infiel, y me pidió el divorcio.
>>Danae y yo intensificamos... —carraspeo por la incomodidad —. La relación se fue volviendo más fuerte... hasta que pasó lo del intercolegia, que hostigó a Luriel, allí descubrí que era una agente, y que solo me estaba investigando.
>>Hace poco salió una investigación de nuevo contra mi, ella está en el caso. Tuvimos una conversación, la cual me permitió descubrir que hay desterrados y mata abejas manipulando pruebas e información... pero nada más, no hay más.
>>Danae solo es una chica que... hace su trabajo.
—Y que puso un objeto de transición en el internado hace un año, objeto que nos puso en riesgo —reclama Thalia y yo tiro mi cigarro y lo aplasto con mis zapatos.
—Ella no es desterrada ni mata abeja, tampoco es viuda negra, no es bruja, no tiene nada que sea místico, creeme hija, es solo una mujer... que cree que está investigando a un Narcotraficante.
—Tal vez... —Thalia suelta un suspiro —. Pero sea lo que sea, esa mujer es una conexión energética, lo quiera o no, entre el objeto y quien puso la maldición.
—Pensé que era claro quien fue...
—¿Coral? —pregunta mi hija riendo —. Estoy segura que sus manos y la de los desterrados tienen que ver... pero papá... sentí algo más. Algo mucho más fuerte.
Analizo la expresión de Thalia, ella se ve segura, y eso me da tristeza, debería ser yo quien cuide a los míos, y no al revés.
—Necesito saber acercarme a esa mujer...
—Ella sigue siendo periodista en la Gaceta Guaraní.
—La competencia... claro...
—¿Qué es lo que piensas hacer bebé?
—Necesito que hagas una declaración, sobre las acusación que has evitado y sobre el accidente de auto del chófer.