Como si hubiera tenido la pesadilla más fuerte del mundo, Noah abrió los ojos de golpe y se levantó con gran rapidez; se dio cuenta de que estaba sudando y no dejaba de jadear por todo lo que había pasado. Como si no supiera a dónde ir, intentó levantarse de la cama, pero sus piernas estaban en estado de gelatina, y hubiera caído al suelo de no ser por Cédric, que tal y como se lo había dicho, estaba ahí esperando con una gran sonrisa junto a Eleanor, y lo atrapó antes de que sufriera daños. Aún cuando sabía que ambos estarían ahí, estaba sorprendido, pero seguramente se debía más al hecho de que todo había terminado.
—Cédric... señora Eleanor...
—Tranquilo, todo pasó —dijo Cédric para calmarlo.
—Hiciste un gran trabajo, Noah... bien hecho y lamento que tuvieras tan fuertes inconvenientes.
—... n-no, eso... eso ya no importa —lo único que quería hacer, era olvidar todo lo que pasó ahí, tanto para él como para Mare fue...—. Esperen, ¿y la señorita Mare?
Noah volteó de inmediato para sacarse de las dudas, quedándose con los ojos bien abiertos cuando la vio sentada en la cama; él sabe que logró destruir el sello, pero al verla tocarse la garganta, comenzaba a tener sus dudas.
—... ¿cómo te sientes ahora, Mare? —preguntó Eleanor, esperando por ver los resultados de tan ardua misión.
—... s... s-se... —se cubrió la boca tras escucharse, fue un tartamudeo, pero ahí estaba: una suave entonación que hace mucho no escuchaba.
Eleanor y Cédric sonrieron al ver el éxito, y Mare estaba con las emociones completamente desbordadas, había recuperado su voz después de tantos años teniéndola aprisionada. La peliazul miró con lágrimas al más joven de los Pheriam.
—S-sir... ¡s-sir No-!
Tras aquel último intento, Mare comenzó a toser con mucha fuerza, seguido de un quejido de dolor mientras se tocaba la garganta; Eleanor de inmediato se acercó a revisar que no se hubiera hecho algún daño por intentar hablar más fuerte. Mare pareció haberse asustado un poco, pensando que pudo haberse herido por exigirse demasiado.
—Tranquila, señorita, no tiene por qué asustarse —hablo Noah mientras pasaba a sentarse al no tener mucha fuerza en las piernas—. Usted pasó muchos años sin poder hablar, por lo que va a tardar un poco en pronunciar palabras, necesita iniciar una terapia para recuperarse... pero eventualmente usted volverá a hablar, sólo no se fuerce.
—...
Mare sabía que Noah tenía razón. El ser liberada del sello, no significaba que al instante podría hablar, todo era un proceso, pero podría recuperarse, y aunque pudiera tardar, no le molestaba la idea de tener que esperar, lo importante es que el sello desapareció, y su voz volvería, y... y además... Noah la ha liberado; Noah, Cédric, Eleanor... ellos han hecho tanto por alguien que conocieron hace unos días. El pelinegro la ayudó cuando ella pensaba que la odiaba sólo por existir, ese chico era todo lo contrario a lo que uno pudiera pensar a la primera mirada. «Si su alteza Cédric no me hubiera sacado del mercado negro... si sir Noah no me hubiera salvado de aquellos hombres, yo... seguramente ni estaría aquí»
—... ¿se encuentra bien, señorita Mare?
Ella no respondió, sin dar ningún tipo de señal, ella de la nada se lanzó hacia el pelinegro y simplemente lo abrazó, el cual no tardó nada en soltar un respingo por la sorpresa, continuando con su cara que se había enrojecido.
—¡S-señorita Mare, esto no es algo que deba hacer! —exclamó intentando deshacer el abrazo, pero tampoco quería ser grosero y apartarla con brusquedad; buscó la ayuda de Cédric, pero este sólo le mostró la lengua con burla—. ¡Ahh eres un...!
La escena era tan maravillosa, Mare seguía pegada a Noah, pero escucharlos pelear le hacía soltar una risilla muy baja al igual que Eleanor, pero a la vez esta buscaba que se calmaran.
—Bueno, creo que por el momento deberán descansar, es de madrugada y ustedes estuvieron dormidos por varias horas.
—Es lo normal cuando se ingresa a un flujo de maná —dijo Noah, suspirando cuando Mare finalmente lo soltó—. La verdad... sí me gustaría descansar, mañana me tomaré el día; le indicaré a los guardias cuáles serán sus tareas y... y... ah
Cuando estaba poniéndose de pie, de forma repentina comenzó a sentirse mareado y la cabeza le comenzaba a palpitar; se tambaleó un momento antes de notar que estaba cayendo hacia atrás, pero como siempre ahí estaba su hermano para evitar su caída.
—¡Noah! ¿¡Qué le pasa, Eleanor!?
Noah escuchaba cada vez más lejos la voz de su hermano, eso era señal de que iba a perder el conocimiento eventualmente.
—¿¡Qué te ocurre, Noah!? ¡Noah!
«Ahhh... siento el cuerpo pensado, creo que... estoy demasiado cansado, es la primera vez que termino... así...», esos fueron sus últimos pensamientos antes de que sus ojos se cerraran y ya no se volvieran a abrir, tampoco pudo escuchar más las voces de los demás. Noah quedó completamente inconsciente.
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Como si fuera un eco, las risas se escuchaban una tras otra y no paraban, es que se estaba divirtiendo... sí, Noah ██████ se estaba divirtiendo, reía solamente como un niño ingenuo e inocente podría hacer, siguiendo a sus padres con mucha felicidad de por medio, viviendo en un pueblo lleno de gente amable y aprendiendo el trabajo manual que su padre empleaba en el huerto que levantó con tanto esfuerzo. Noah recibía mucho amor, y no sólo de sus padres, sino también de la gente misma... no sabe cómo fue que todo eso se volvió oscuro, pasando al desastre de ver todo su hogar invadido por las llamas.