Alejandro llevaba todo el día planeando como hacerlo, así que se decidió por una invitación a cenar, para darle a Marina el regalo que le comprara y la tarjeta, por lo que sabía que debía hablar con ella en el gimnasio o en el dojo.
Al llegar al gimnasio con Omar no la vio y eso no le gusto, ella siempre era muy puntual, pero al llegar al dojo la encontró, se veía diferente con el cabello un poco más corto y brillante, seguro por lo que le habían hecho en el salón, llevaba las bolsas de sus compras, por lo que sabía que sus amigas debían haber estado con ella toda la tarde y que acababan de llevarla al dojo.
-Marina, que guapa te vez, saldrás a una fiesta más tarde?- le pregunto Martha
-Gracias Martha, en realidad quería un pequeño cambio y no me animaba y hoy mis amigas me convencieron de que era el momento, en verdad me veo bien?-
- Yo diría que te vez muy bien, ese corte de cabello te favorece mucho.- le dijo Omar que llegaba con Alejandro
- Así es, te queda muy bien, pero hay algo más que es? Te vez diferente- dijo Alejandro acercándose
- mmm bueno aparte del corte, me lo teñí, mi color era castaño claro, y ahora es rubio medio rojizo iridiscente, te gusta?
- Me gusta mucho, te vez muy bella- le contesto mientras con una mano le tomaba un mechón de cabello, y lo enredaba en sus dedos.
Marina le sonreía mientras miraba a los ojos a Alejandro, ninguno de los dos se dio cuenta de la sonrisa de Omar, quien solo les dijo.
-Bueno, será mejor que nos preparemos pues hoy tocan combates, y tu Marina debes entrenar ya que iras a la competencia. Dijo Omar
- es cierto, debo prepararme y guardar todo esto pero no creo que quepa en mi casillero- le contesto Marina sin desviar los ojos de Alejandro.
- Puedo ponerlo todo en la cajuela del coche, y llevarte a tu casa más tarde, si quieres- Le dijo Alejandro soltando su cabello y tomando las bolsas de compras, para después dirigirse a su auto para guardarlas, sin esperar la respuesta de Marina
Omar le vio salir y se dirigió a los vestidores donde lo espero, su primo no podía ser más transparente que hace unos momentos.
Cuando Alejandro llego al vestidor, Omar lo observo unos segundos mientras se decidía a abordar el tema.
-Y bien como le darás la tarjeta-
-la invitare a cenar-
- bueno eso es algo que hacemos toda la semana tras salir del dojo.
- no lo entiendes, la llevare a cenar y tú no iras con nosotros.
- y como me dejaras, si llegamos juntos, le parecerá raro no crees?.
-pues piensa en algo para perderte, no te quiero ahí burlándote de mí.
- primo no me burlo de ti, te comprendo, esta vez te pego duro y no sabes que hacer ya que ella no es como todas las mujeres, ella sabe cuidarse, y es muy independiente a pesar de ser hija de familia, y es toda una contradicción andante, tierna y salvaje, fuerte y frágil, todo a la vez, ella no será fácil de entender y si muy fácil de lastimar u ofender así que debes tener mucho cuidado con lo que haces.
- Todo eso lo sé, por eso quiero hablar con ella a solas.
- mira salimos los tres y simulo una llamada por lo que me dejas en algún lugar para tomar un taxi que me lleve a la oficina, pero yo me voy a casa y tú y ella a cenar, por cierto a donde la llevaras?
- Aun no lo sé, digo no puedo llevarla al mejor restaurante de la ciudad porque no estaremos vestidos para eso, no te parece?
- Ya sé por qué no la llevas a “La Casona”, sabes que conozco a Felipe y te puedo reservar una mesa, además de pedirle una buena cena desde este momento así todo estará listo para cuando lleguen.
- Me gusta el plan de “La Casona”, pero ordenar la cena desde ahorita sería algo difícil, y si lo que ordenas no le gusta?
- Mira sabemos que le gusta la carne, y Felipe en su restaurante sirve comida argentina, así que puedo ordenar una parrillada para dos, empanadas de carne, y una gran ensalada para dos, o dejar todo en manos del romántico de Felipe y ver que te sirve?
- me gusta la idea, llámale a Felipe y pídeselo, no olvides pedirle una botella de buen vino.