Nicolo soltó entonces un grito desgarrador, era como si le saliera ddirectamente del alma. No quería ni pensar en que lugar infernal estaba atrapada la mente de ese hombre en esos momentos. No pudo controlarse, se acercó a el.
_Nicolo... _le dijo en voz baja.
_¡Fuera¡ _grito con fuerza_. ¡Por el amor de Dios, fuera de aquí!
_Esta bien, me voy. Lo siento _repuso ella volviendo deprisa hacia la puerta.
Se sentía muy avergonzada. Se había equivocado. Al parecer, Nicolo no había estado durmiendo ni los gritos eran fruto de una terrible pesadilla. No tenía ni idea de por qué habría eestado gritando y gimiendo como lo había hecho, pero no pensaba volver para preguntárselo.
Salió de nuevo al pasillo, pero sus gritos la siguieron.
_¡Sal! ¡Si no salimos de aqui, vamos a morir! _grito entonces.
Se quedó helada al oírlo. Tal y como había pensado, Nicolo estaba dormido y atrapado en una pesadilla. No le atraía la idea de volver a su habitación, pero sus gritos desgarradores la hicieron cambiar de opinión.
Entró en su dormitorio y se acercó directamente a la cama. Vio entonces que estaba tendido de espalda y con su brazo echado sobre la cara. A la luz de la luna, pudo distinguir su pelo largo y oscuro sobre la almohada.
_Nicolo, despierta.
El gimio de nuevo. Necesitaba despertarlo y probó sacudiendo suavemente su hombro.
_Nicolo...
Grito sorprendida cuando Nicolo agarró de repente su muñeca y tiro de ella, perdió el equilibrio y callo encima de el.
_¿Que pasa? _pregunto confundido.
_Nicolo, soy yo, Sophie... _le dijo sin aliento.
_¿Sophie?
_So... Sophie Ashdown, ¿sabes quién? Estabas soñando y...
Se quedaron unos segundos en silencio.
_Hace mucho tiempo que no tengo ese tipo de sueños Sophie... _le dijo Nicolo con voz seductora_. Esto no es un sueño. Me pareces muy real, Sophie. Se quedó sin aliento cuando Nicolo apreto con más fuerza su muñeca y colocó la mano que tenía libre en la parte baja de su espalda, presionandola contra el. Podía sentir su musculoso ccuerpo, sólo los separaban las sábanas y la fina tela de su camisón. Se le aceleró el pulso cuando sintió algo más contra su estómago. Nicolo ya no estaba sumergido en una horrible pesadilla. Estaba despierto, alerta y muy editado. Recordó entonces que era bastante común que los hombres se despertarán con una erección, no quería decir que Nicolo estaba respondiendo de esa manera ante ella, no podía olvidar que no había nada sexual en esta situación. Por desgracia, ella no tenía esa excusa.
_Por favor, sueltame _le pidió Sophie mientras trataba de ignorar el latido de deseo que podía notar entre sus piernas.
También sus pezones parecían haberse despertado de repente. Esperaba que Nicolo no pudiera notarlo. La pálida luz de la luna destacaba algunos rasgos de su rostro y su media sonrisa cínica. Estaba tan cerca que podía oler la loción que había usado tras afeitarse. Era una fragancia atrevida e intensamente masculina. Nicolo era el hombre más sexy que había conocido y no dejaba de sorprenderle como reaccionaba su cuerpo cuando estaba a su lado.
_Tenias una pesadilla _insistió ella para tratar de explicarse_. Estaba tratando de despertarte. ¿Que otra razón iba a tener para venir a tu habitación a estar horas de la noche?
Alargó la mano hacia el interruptor y tuvo la suerte de dar con el interruptor de la lámpara de la mesita. Nicolo parpadeo para adaptar sus ojos a la luz y levantó la cejas con sorpresa cuando vio el jarrón que ella aún sujetaba.
_¿Pensabas hacer un arreglo floral o ibas a golpearme con eso?
Sophie se sonrojo, no entendía como se le podía a ver olvidado que aún estaba sosteniendo el pesado jarrón.
_Pensé que a lo mejor te estaba atacando un ladrón.._murmuro.
_¿y viniste a defenderme? Has conseguido conmoverme.
La burla en su tono de voz fue la gota que colmó el vaso de su paciencia. Usando toda su fuerza. Consiguió apartarse de el.