Pequeña tóxica

- Violeta -

Ya han pasado varios meses desde que entré a la escuela de arte, bueno, desde que Jared me metió. Debo decir que es más complejo de lo que pensé, pero me encanta. Por desgracia no puedo compartir esa felicidad con mi familia, básicamente porque no quiero que piensen que quiero dejar el trabajo o que soy egoísta por ser la única que busca hacer lo que más amo. Tal vez se los diga después, no sé, ya veré. Y yo que creí ya no tener más secretos con mi familia y ahora resulta que tengo dos, bueno tres.

Los primeros dos son muy obvios, uno es mi relación con Jared, otra vez y el segundo mi nueva carrera de artes visuales. El único secreto que no es para nada obvio es que ya van varias veces que Sebastian me ha enviado mensajes o llamado, incluso me parece que lo he visto un par de veces, aunque creo que eso es imaginación mía. Independientemente de eso, es bastante molesto tener que estarlo cortando cada 5 minutos. Solo espero que pronto se canse o se busque a otra chica que molestar, porque yo ya me estoy hartando.

Otra que también ya me está hartando es la estúpida de Pamela, ¡La maldita no deja en paz a mi hombre! No hay día que no la vea detrás de él como la perra faldera que es, si no es dentro de la empresa, en la cafetería, en el estacionamiento, en la universidad, hasta en los sueños se le aparece. ¡No! Más le vale a Jared que esa tipa no se le aparezca en los sueños porque soy capaz de hacer lo que sea con tal de que no vuelva a dormir en su vida, aunque pensándolo bien esa no es una mala idea. ¡Dios ya me estoy volviendo igual de pervertida que Jared!

- ¡Jared, qué bueno verte! - hablando de la perra de perras

No tiene ni 20 minutos que se vieron en la oficina y ya lo está molestando otra vez ¿Por que se tiene que venir a almorzar al mismo restaurante que él? Maldita sea mi suerte que no puedo sentarme con él y ahuyentarle a todas las zorras que se le aparezcan, al menos estoy lo suficientemente cerca para escuchar lo que dicen. Pero es que este es el colmo, ni siquiera lo deja comer tranquilo.

- Hola Pamela - escucho que Jared le habla incómodo - ¿Creo que ya nos habíamos visto en la empresa, no? -

- Siii, pero es que ya te extrañaba - lambiscona - invítame a almorzar ¿Si? -

¡¡NOOO!!

- Amm... bueno - yo lo mato - pero será en otra ocasión, porque justo ahora estaba por irme -

- Aay pero si acabas de llegar - odio su voz chillona

- Si pero solo vine de rápido porque todavía tengo que terminar algunos pendientes en la oficina y tengo el tiempo medido - se excusa poniéndose de pie

- Pues si quieres te ayudo - se ofrece la ofrecida - sirve que nos quedamos un rato solitos en la oficina -

Hasta aquí llegué, no voy a permitir que esta desgraciada se meta con lo que es mío. Con toda la rabia que siento en estos momentos me levanto de mi mesa y me acerco a ellos como si no hubiera prestado atención a la conversación que están teniendo.

- Señor Vega, necesito los informes de la maquinaria que se utilizara para la construcción en Brighton - llama su atención actuando con seriedad

- Si señorita, justo ahorita iba para la empresa para terminarlos - comenta nervioso

- ¿Todavía no los tiene? - no puedo evitar desquitar mi coraje con él - ¿Es que acaso se la pasa coqueteando con sus compañeras, que no le da tiempo para cumplir con su trabajo? -

- No jefa, nada de eso, solo me falta perfeccionar los últimos detalles - responde con una sonrisa pícara

¡¿Por qué me sonríe así, que no ve que estoy que saco humo?!

- Pues vamos ya mismo, que ya los necesito - demando

Empiezo a caminar esperando a que Jared me siga, pero la voz chillona de Pamela nos detiene.

- Ni que fuéramos sus esclavos - la oigo susurrar

- Disculpa ¿Algún problema? - estoy que la desgreño

- No ninguno, solo digo que al menos debería dejarlo terminar de comer - se queja con los brazos cruzados

- Lo mismo te digo a ti querida, que a penas si lo ves solo y ya estas buscando como fastidiarlo - me acerco a ella con una sonrisa maliciosa

- Pero eso no tiene nada de malo, después de todo somos muy buenos amigos - acaricia el brazo de Jared

- Tú no viniste a hacer amigos, sino a trabajar - la enfrento - y te recuerdo que tu tiempo en esta empresa está contado y de tu desempeño depende cualquier recomendación que se te pueda dar para cualquier empleo. Y así como te veo el único trabajo que podrás conseguir será en un antro de mala muerte y no precisamente construyendolo -

Dichas esas palabras salgo del restaurante como toda la diva que soy, dejando a la perra con la boca abierta. Siento los pasos de Jared detrás de mí, pero lo ignoro y sigo mi camino con zancadas largas. En estos momentos estoy que le saco los ojos, así que por su bien será mejor que ni se me acerque.

Continuo mi camino, sin dejarme alcanzar por Jared, hasta que estoy por cruzar la calle que está frente al edificio y Jared logra rebasarme.

- Te ves tan sexy cuando te pones celosa - me susurra para luego seguir su camino

Yo me detengo en seco ante sus palabras ¿Apoco se me notaron mucho? No, no creo. Retomé mi andar, está vez siendo yo la que intenta alcanzar a Jared. Cuando lo consigo él ya está por entrar al ascensor, así que lo detengo tomándolo del brazo y posandome frente a él, empezandolo a sacar del elevador sin que se de cuenta.

- No son celos Jared, simplemente puse en su lugar a una empleada que buscaba retarme - me excuso

Doy un par de pasos para adentrarme al ascensor y presiono el botón de mi piso.

- No te creas tan importante cariño - susurro con una sonrisa maliciosa a la vez que le guiño el ojo

Él me mira sorprendido por mi comentario, pero antes de que pueda reaccionar las puertas del elevador se le cierran en la cara. Ya estando sola me río victoriosa por haber logrado mi cometido. Cuando el ascensor llega a mi piso me dispongo a salir de el, pero me sorprendo al ver a Jared nuevamente frente al elevador. Se le ve exhausto quiero pensar que se debe a que subió por las escaleras. Trato de hacerlo a un lado para poder irme, pero él me lo impide empujandome dentro del ascensor sin ser demasiado brusco.