Los Sueños de Keila

~ III. ¿Un trago? ~

Huelo el ambiente. Huele a alcohol. Huele a sexo. Huele a... Elías. Vuelvo a estar enfrente de su casa, de noche.

Veo a gente entrar y salir de la puerta riendo, a otros besarse en el porche, teniendo sexo con ropa... En resumidas cuentas, gente de lo más variopinta. Vayamos a ver qué nos encontramos.

Entro en la casa sonriendo. Nadie me puede ver. Las chicas sin sujetador pasan por mi lado persiguiendo a un muchacho. Otro prepara chupitos en la encimera que son tomados a la de 1, 2, 3... Y alcohol vuela por el aire, mientras la música invade las paredes.

Miro arriba y veo a Cristh con Elías. ¿Qué hacen juntos? Hablan de algo y Elías sube a la plata superior tomando de la mano a una chica. Parece que tiene jueguecito...

Oigo a una chica gritar algo acerca de la piscina comunitaria y veo a todos las personas yendo en mi contra. Diviso a Cristh venir hacia mí y me traspasa haciendo que caiga de la impresión...

Despierto con la sensación de caída. Vaya paseito. Miro la hora en el despertador... Las once y media de la noche. Seguramente esto deba empezar pronto.

Bajo corriendo a casa de Elías y llamo a la puerta. Se oyen pisadas de fondo y veo como se abre la puerta.

 

- Os esperaba un poco más tarde sinceramen... Ah... Eres tú - parece decepcionado. ¿Acaso no soy la bomba?

- Sí, soy yo. Resulta que el pediatra me ha recomendado para crecer, tomar mucho alcohol y divertirme mucho. Y una amiga me ha avisado de que ibas a dar una fiesta. ¿Me equivoco? - asomo un poco la cabeza y veo a varios chicos traer y llevar bebidas. Sonrío lo más profesional que puedo.

- ¿Otra amiga? - se recarga en el marco de la puerta alzando una ceja. No me embaraces, señor.

- Ya sabes, una tiene sus contactos... Bueno, ¿puedo venir? - pregunto entusiasmada.

- Si te digo que no, ¿vendrás?

- Puede

- Entonces... No - cierra la puerta de nuevo en mi cara.

 

Genial, ahora vamos a tener que colarnos en una fiesta en la que he sido echada. La noche mejora por momentos.
Veo varios coches acercarse con gente gritando, así que decido correr a vestirme.

Llego a casa y cierro la puerta con seguro. No vaya a ser que me roben. Subo corriendo las escaleras y me desnudo.

Ahora... ¿Qué se suele llevar a una fiesta con gente mayor que tú? Tiene que ser algo provocativo pero que no diga "quiero que me violes" y sencillo para huir de posibles violaciones pero no como si fuera a andar por casa. Ya lo tengo...

Me pongo un top de manga larga con cuello de barco blanco, que queda por encima del ombligo. Elijo unos pantalones negros pitillo de tiro alto y unas zapatillas blancas. Espero que nadie os vomite encima bonitas. ¿Maquillarme y peinarme...? ¿Os acordáis del rinoceronte? Sigue sin caber.

Salgo de casa y cierro con llave la puerta. Bueno... A pasarlo bien.

Camino hasta la entrada de la casa de Elías. Todo vuelve a estar prácticamente como lo vi, excepto porque no hay tantas personas. Entro y ya puedo sentir el alcohol en el ambiente.

Llego a la barra y pido un vodka con naranja. El chaval me mira un poco desconcertado pensando que soy menor de edad... Keila, ya sabes, compostura...

 

- ¿Keila? - me giro

- ¿Cristh? - no esperaba verle tan pronto

- ¡Menuda sorpresa!

- ¡Siii! Pienso lo mismo - mentira

- ¿Qué te trae por aquí? - me mira de arriba a abajo. Lo sé, nada que ver con el vestido suelto del supermercado.

- Soy la vecina de Elías, el cual ha aceptado que viniera y me lo pasara bien - mentira

- ¿Enserio? Yo soy íntimo amigo de Elías y nunca me ha hablado de ti

- Nos conocemos hace poco, pero es una relación sólida - sonrío. ¿Nací mentirosa compulsiva?

- Bueno, pues espero que seas igual de sólida para beber lo que bebemos. Ven, te llevo con nuestro grupo - pasa su brazo por encima de mis hombros.

 

Me dejo acompañar por Cristh mientras me cuenta varios chistes. Al final no va a ser tan acosador como parecía.

 

- Mirar chicos, traigo a un pajarito perdido. Ella es Keila - me señala a las personas sentadas en el sofá.

- Encantado - dice elevando su copa hacia mí un chico pelirrojo. - Me llamo Henry.

- Henrieta - le secunda otra chica con el pelo tintado - Soy su melliza.

- Mary - habla la chica a su lado. Esta es morena y tiene el pelo rizado. - ¿Eres amiga de Elías?

- No - responde este. Se le ve alterado. Eso le pasa por no invitarme. - Es mi prima pequeña, y resulta que se ha colado en la fiesta.

- Bueno, tampoco pasa nada. Puede marcharse de nuevo - maldita rubia. Es la misma chica con la que Elías subía las escaleras. ¿Por qué todas las rubias son malas?

- Vamos, demos una oportunidad a Keila. Parece agradable - dice Henry. Le doy gracias con una sonrisa.

- Muchas gracias Henry, creo que me lo voy a pasar genial aquí. Además, tengo que cuidar de mi primito favorito - agarro sus mejillas y las aprieto mientras él intenta impedírmelo. Me siento a su lado echando a la rubia de encima suya. - Nos lo vamos a pasar genial, ¿a que sí? - miro a Elías.



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En el texto hay: juvenil, posesivo, amor romantico

Editado: 11.08.2018

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