Los tulipanes de Somme | l.s

El soldado que no quería pelear.

Arco I: El soldado de papel y el hombre sin ojos. 
 

A Johannah le encantaban las flores. Louis lo recuerda. Adoraba pasar horas y horas en el pequeño jardín que solían tener en el fondo de su quebrantado hogar, enseñándoles a sus hermanas y a él como cortar las hojas malas con exactitud para que las buenas puedan crecer sin problema alguno, el significado de cada flor que crecía en verano y cada que crecía en invierno, y aún, si se esfuerza con esmero, puede degustar el chocolate caliente que ganaban como recompensa después de un largo día de trabajo en aquel lugar recóndito de su casa. 

A su madre le encantaba la jardinería, si. Pero la mujer que estaba frente a él no era su madre. La mujer que lloraba en silencio, con una amarga sonrisa vacía en sus labios quebrantados y con sus ojos llenos de dolor junto a su mejilla inflamada, no era su madre. Ella jamás dejaría que se fuera, no después del dolor que sufrió al perder a sus tres hijas, no al verlo suplicar de esa manera. 

Sin embargo, allí estaba, mirándolo desde la esquina de la habitación con su mirada llena de una culpa consciente y con sus manos apretando fuertemente el delantal viejo de flores que conserva desde hace años. El jardín, con el paso del tiempo, se había ido marchitando hasta finalmente dejar una descuidada esquina llena de malezas y otras hierbas que solo pudrían lo que alguna vez fue precioso. 

" -Tienes qué, Louis. ¿Qué pensarán los vecinos si eres el único joven que no va? ¿Planeas quedarte aquí, con las mujeres? No seas un jodido marica de mierda. -Había murmurando su padre, sus ojos llenándose de rabia a cada palabra que pronunciaba y sus puños haciéndose cada vez más duros. No podía creer que su propia sangre no mostrara interés alguno en tener aquel honor. Louis sollozaba a través de sus brillantes ojos azules, opacados por la tristeza que lo inundaba por completo. Buscó en ese momento ayuda en su madre, la mujer de la casa, pero ésta solamente se dedicaba a lavar los trastes sucios sin omitir comentario alguno; una marca rojiza se extendía a lo largo de su mejilla, producto de la pelea que sostuvieron mientras el menor se encontraba fuera de casa-. Vas a ir al puto ejército y vas a ser al fin el jodido hijo que yo crié, mocoso insolente.

Sus gritos eran acompañados por el sonido de la mesa siendo golpeada bruscamente con uno de sus puños, y con cada golpe, el pequeño chico temblaba desde su lugar. En sus manos, el papel con su firma ya estaba completo, no había nada más que hacer. Empezaría el día siguiente."

Así que en ese momento se encontraba guardando algunas cosas repletas de valor sentimental en su mochila vieja; un marco antiguo con la foto de sus hermanas de bebés, otra de su madre sosteniéndolo cuando apenas podía caminar y aún usaba aquellos trajes pequeños de tirantes a rallas, y hasta incluso la última fotografía familiar sacada hace tres años, en donde su padre aparecía con una sonrisa (la última que Louis recuerda haber visto en muchísimo tiempo). Recuerda perfectamente lo feliz que se encontraba Johannah al conseguir que alguien les sacara unas fotografías a tan bajo precio, eran una completa novedad en su momento y, sobre todo, un privilegio. También decide tomar el rosario de plata que su abuela solía llevar encima todo el tiempo, el cual debería haber sido para su hermana menor. Nunca tuvo tiempo para dárselo.

No se le permitía llevar más ropa que la que se le otorgará una vez allí, por lo que optó por solamente llevar esas pequeñas memorias que solían calmar su ansiedad. Dudaba que tuvieran el mismo efecto nuevamente.

Mark ni siquiera se había quedado para despedirlo, cosa que hizo que su pecho doliera levemente, sin embargo, decidió no emitir ningún comentario al respecto; no estaba seguro de poder hablar sin volver a quebrar en llanto y humillarse aún más. Sabía que su padre se encontraría en horario laboral, el cual iniciaba a tempranas horas de la madrugada y terminaba por la noche, justo para la hora de la cena, pero aún así había conservado la ingenua esperanza de recibir un último abrazo. Suspira negando ante el pensamiento, notando lo absurdo que era.

Johannah hace un pequeño gesto, probablemente preguntándose donde se encontraba su marido. Louis sabe que está esforzándose con todas sus fuerzas en no quebrarse, lo sabe porque vio esa expresión más de una vez en su rostro. Ella jamás pudo superar la partida de Lottie, Felicite y Daisy, a pesar de que les habían asegurado que serían felices. Nunca se hablaba de eso en casa; era tan doloroso que preferían no recordarlo. Esta situación debe estarle partiendo el corazón, y tal vez eso es lo que más pesaba.

Su labio inferior es mordido con crueldad por él mismo, apretando y soltando cada vez que sus manos tocaban otro recuerdo que se desvanecería con el tiempo: no era idiota, conocía perfectamente los riesgos, y si sus servicios le eran solicitados su tropa sería enviada a la guerra, por lo que probablemente esa sería la última vez que vería a alguien de su familia. Aquel pensamiento hizo que sus ojos volvieran a aguarse, él solamente quería estar con su mamá. Deseaba seguir ayudándola a cocinar, aprendiendo sus recetas, ver su felicidad cuando le contaba de un poema nuevo que había aprendido o recibir aquel beso de buenas noches del que aún no tenía intención de despegarse. A pesar de que para su sociedad Louis ya puede ser perfectamente un hombre adulto, casado, y con una familia formada, él simplemente no tenía interés alguno en ello. Y sabía que a su padre le hervía la sangre cada vez que observaba la falta de inmadurez de su hijo, siendo esa una de las razones por la cual estaba en aquella situación tan dolorosa.

-Cuídate mucho, cielo -Susurra la mujer con sus brazos cruzados sobre su pecho, intentando sonreírle a pesar de las lágrimas. Pensó en no corresponder, pero aquella mirada herida no le hizo dudar en sonreír nuevamente para tranquilizarla. No podía evitar amarla por sobre todas las cosas, y de lo único que podría estar orgulloso es de que su madre no llorara a causa de él-. Recuerda que te amamos, Louis, por favor.



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En el texto hay: louis tomlinson, homosexual, larry

Editado: 15.06.2019

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