-¡¡Como pudiste hacerme esto !! Toda la vida juntos, planeando este viaje. ¡¡Y me mandas esto,!! No tienes ni idea de nada que sepasno que me iré solo y el diateléfono que regrese de Marte todo victorioso no te llevarás ni un decumopoco del mérito que tendré yo. Me dejas aquí plantado porque de repente te sientes melancólica y decides no jugártela por si no vuelves a ver a tu familia. - Luka hablaba por teléfono con Emma.
-Abre los ojos Luka, no tenemos oportunidad, la vida es cruel y lo mejor que podemos hacer es no provocarla. Yo me quedoquedo, si quieres seguir siendo mi amigo vale, pero que sepas que te estaré esperando para cuando aterrices. Suerte.-Y dicho esto Emma colgó.
Lula se quedolo frotándose el puente de la nariz un buen rato. Se quedó pensativo y llegó a la conclusión que seguiría adelante con su plan pero está vez completamente solode. No dependería de nadiela. Lo único que lo atcomentaba era el hecho de que los sueños extraños que tenía se estaban haciendo realidad. No. Eso es imposible. Sólo los niños pequeños dar creen esas cosas.
Ya a la entrada de el sitio donde estaba la nave saco del archivador un folio con la clave para entrar, lo desdoblo y empezó a escribir en la pantalla táctil. Minutos después la alarma se quitó con un pitido largo e insoportable. Las puertas se abrieron automáticamente y las luces se encendieron solas. En el centro de la sala había un huevo enorme en elel que se supone que estaría la nave, máxima seguridad ante todo se dijo Luka. El sitio era inmenso. Había una sala circular en el medio que estaba toda vallada y si te asomaban podías ver la base en la que estaba el cohete. En la parte de fuera de sala circular se ubicaban un montonazo de mesas que estaban llenas de botones de todos los colores. Las pizarras que estaban el la pared de enfrente tenían muchos cálculos de los cuales Luka se sentía orgulloso de poder entender y resolver. Se paseo un poco por la sala para asegurarse que no había peligro de que le descubrieran y se puso su traje espacial. Era de color azul eléctrico, su favorito, y con rayas grises en los brazos y piernas. Una vez ya vestido, pulso el boton que abría la compuerta situada en la parte superior del edificio. El botón de al lado bajaba una escalera hasta la cabina del cohete. Poco a poco se fue acercando a la cabina y al abrir la puerta pudo sentir el olor a viejo que caracterizaba ese cohete semi abandonado. Se sentó en esa magnífica silla y repaso todo lo que tendría que hacer para poder aterrizar en Marte. La puerta de la cabina se cerró y Luka se dispuso a tirar de la palanca para poder despegar. No dudaba en que la gente no tardaría en aparecer y ver lo que ocurría, y entonces lo reconocería como el mejor astronauta, sobretodo Emma, la cual le abandonó a su suerte en el último segundo.
Se fabricó un cinturón mientras fuego salía de la parte baja del cohete y empezaba a despegar. Subía despacio al principio pero cuando el cohete empezó a coger velocidad no se podía despegar de la silla. Lo poco que alcanzo a ver fueron las casas y calles de la ciudad hacerse más pequeñas hasta perderse de vista y ser sustituidos por un precioso planeta de color azul y verde. Lo más emocionante fue comprobar que delante tenía una copia de su globo terráqueo que estaba es un lado de su escritorio. Modificó un poco la ruta y se relajó en la silla a la espera del famoso gigante rojo.
Hola chic@s, porfa comenten que les parece. Me gustaría poder leer sus comentarios y ver si tenéis alguna proposición para continuar mi historia. 💖💖
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Editado: 27.01.2023