Los vigilantes de Marte

Payaso

Pov Luka

 

Pobre Oriol, acaba de irse a presenciar lo peor de la vida. Ver como se muere la única persona que tenias como familia. A veces no es justo y solo los buenos acaban pagando las injusticias de la vida. 

Me encontraba pensando en mis cosas cuando un guardia aparecio en la puerta de mi celda.

 

-Ten, viztete con ezto. El zoberano tiene vizitaz y necezita alguien que entretenga a loz invitadoz.- Me dió un pantalon bombacho de color rojo escarlata con una camiseta a rayas de color negro con blanco y demasiado ancha para mi gusto. En los pies me hizo calzarme unas cosas raras que parecian botas de elfo con la punta levantada y retorzida. 

 

No me podia ni mirar en el espejo pero seguro que las pintas que presentaba ahora mismo eran las típicas de un payaso. Solo me faltaba la nariz roja y redonda y el pelo afro de colorines. El guardia abrio mi celda y me puso unas esposas en las muñecas y me llevo practicamente arrastras. 

 

- Te vendráz conmigo a mi dezpacho para que te de laz inztruccionez de lo que tendraz que hacer una ezta ceremonia y maz te vale no liarla o acabaraz muerto.- Trague duro y continue andando.

 

Pasado lo que me parecio una eternidad, llegamos a su despacho.Era un cuarto bastante amplio y con una ventana con vistas increibles. Tuve que esperar en la puerta hasta que el guardia decidio llevarme a la sala de al lado. LLamo a la puerta y un fuerte adelante se escucho. El guardia abrio y paso adentro, otra vez me tuve que quedar esperando. 

 

Se volvio a abrir la puerta y me sorprendi al ver a mi "amigo" el general. Este debe ser su despacho. Tenia un gran ventanal en el fondo del cual podía ver un campo extenso con un edificio llano en el centro y en el que podias vislumbrar figuras de personas en grupos. Me sorprendio ver que se trataba de un terreno vallado con pinchos. Como si la gente de dentro fuera prisionera o no pudiera escapar. El guardia salio y me quede a solas con el general.

 

-Jajajajjaj. Te vez ridiculo. Que zepaz que ezte va a zer tu uniforme de trabajo azi que no lo manchez mucho.-Su risa me resultaba irritante y odiosa.

-Señor, pero que debo hacer- pregunte curioso.

-Eztaraz detraz de una capilla ezperando a que el zoberano necezita tu zervicio y cuando oigaz tu nombre tendraz que zalir. Tu tarea ez entretener a el publico y al zoberano y maz vale que lo hagaz bien.-

- ¿Y como sabre como tengo que entretenerlos?- Pregunte desconcertado

-Ezo ya no ez mi problema chaval. Ezo es azunto tuyo. ajjajajja. Ahora zigueme. Te llevare a tu nuevo trabajo.-

-Si, señor.-

-No quiero tonteriaz, ¿me haz entendido?- Ni que fuera un niño pequeño, pense.

-Si, señor.-

 

Estuvimos caminando hasta que legamos a un salon gigante y todo adornado con lamparas de cristal enormes y un suelo reluciente. Desde la plante de arriba bajaban unas escaleras que estaban repletas de gente con ropas super elegantes. Ya me empezo a entrar el panico y pensaba que ya no voveria a ver a Oriol.

 

-Te eztoy hablando chaval. Eze zitio debajo de laz ezcaleraz va a zer donde ezperez. Te diria que no cerrazez la puerta o zi no no zeriaz capaz de ezcuchar cuando el zoberano te llame.-

- Si, señor.-

-zuerte la necezitaraz. JAJJAAJ.

 




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