Pov Luka
El general se fue sin más. Yo me encontraba demasiado asustado como para dar un paso adelante, pero esta gente no me debía de ver hasta el momento de mi espectáculo. Rápidamente me metí en el armario de debajo de las escaleras y encontré una serie de pelotas. Sólo se me ocurría una cosa para hacer con ellas para entretener al público.
Trate de calmarme porque la sala se estaba llenando de gente super bien vestida. Parecían de la edad media con sus fiestas estas para conocer a sus socios y destaca quien tiene más riquezas.
-Respira hondo. Inala, exhala, Inala, echarla...-me dije a mi mismo.
Sólo faltaba esperar al momento para salir. Simplemente me dispuse a mirar lo que hacía le gente para relacionarse con los demás. Un grupo de señores hablaban de sus últimas hazañas y de lo que hace cada uno para mantener a su familia. Así un poco pegando la oreja pude escuchar a un hombre decirle algo a los otros que me sorprendió. No sabía nada de esta sociedad pero al parecer no es tan distinta a nuestra edad media. Los pobres campesinos eran completamente esclavos de estos ricos. Hablaban de lo incompetentes que eran sus criados o de lo buenos que eran sus hijos.
Cuando los hombres se hubieron puesto al día con sus asuntos se fueron a tomar unas copas a una mesa de unos siete metros de longitud. Estaba llena de manjares que tenían una pinta espléndida pero que no me podía permitir probar por dos razones. La primera es que no sabía si me sentaría bien y la segunda es que no había manera de llegar ahí sin que me vieran. Seguí observando y las mujeres estaban en corros pequeños en lo que parecían conversaciones demasiado ofensivas. Se miraban unas a otras y cuchicheaban unas de otras. Si acaso alguna sonreía era demasiado hipócrita de su parte. No se veían niños por ninguna parte, ni siquiera jóvenes. Sólo veías gente de 30 años para arriba.
Empezó a sonar música y cada, mujer buscaba un sitio en el que esperar a que uno de esos señores la invitase a bailar. Al final acabaron todos bailando en el medio de la pista. Ya me dolian los pies de tanto, esperar a que mi turno llegase y decidí buscar al soberano con la mirada. No lo vi en toda la ceremonia y eso si que era extraño. No había ni rastro de el así que me senté en el suelo a esperar. Esa música estaba provocando que me entrase el sueño repentino y yo luchaba por mantener los ojos abiertos. Rezaba por no caer en los brazos de morfeo cuando sentí mis plegarias ser escuchadas. Una música completamente distinta empezó a sonar y el soberano apareció en lo alto de las escaleras. Tuve que frotarme los ojos varias veces porque dudaba de estar despierto. Cogida del brazo del soberano estaba una bella dama. La más bella del universo. Bajaban lentamente las escaleras y se paraban a hablar con todos. Mientras caminaban a su trono los hombres y mujeres presentes hicieron montones de reverencias.
-Miz queridizimos amigoz, hoy eztamoz aquí para prezentarlez a mi valioza hija, Deva. Hoy ze cumplen 23 añoz de zu nacimiento y he preparado una zorpreza. Dezpuez dizpondra de tiempo para hablar con loz que lo requieran. Pazen linda noche.- yEl se sentó.
La gente se puso en corro y aparecieron unos mayordomos. Se acercaban a mi escondite y me sacaron de ahí. Se hizo un pasillo para que yo entrase en el círculo y todas las miradas se posaban en mi. La única que me cautibaba era la de Deva. Ella sería mi nueva motivación para el día de hoy, haría cosas hasta que viese una bella sonrisa adornar su rostro.
Empece con unos simples malabares y luego con movimientos de pelota bastante más complejos. Esta gente no sabía de fútbol así que decidí usar algunos de mis toques maestros. A la gente no le disgustada y lo mejor era que Deva aplaudía de la emoción. Su padre estaba alegre de que su hija se lo pasase bien. Y cuando terminé mi espectáculo me aplaudieron con entusiasmo. La gente se dispersó y pude mirar a los ojos de Deva por unos minutos. Eran de color verde esmeralda. Me saco de mi ensimismamiento el mayordomo que me llevo a el escondite bajo las escaleras. Me cambiaron con la ropa de la celda ya que yo estaba agotodo y sólo quería dormir y me llevaron a mi pocilga. Esta vez iba con una sonrisa en la cara y esperando que me llamasen de nuevo para poder complacer a Deva. Me trajeron un plato de comida y un vaso de sangría y me transmitieron las palabras de gratitud del soberano. Nada más terminar de cenar me tumbe en mi manta y me perdí en los brazos de morfeo.
Otro capítulo más en el que nuestro amigo Luka triunfa no sólo en su espectáculo, sino que también encuentra a Deva. ¿Que pasará ahora?¿ Volverán a encontrarse Luka y Oriol?
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Editado: 27.01.2023