La cena transcurrió en un ambiente agradable,entre charlas amenas y risas,el viejo rey brindó por la unión del príncipe y Beatriz, manifestando su completa aprobación y agrado de que su hijo hubiera escogido una futura esposa tan encantadora y sencilla.
_Serás una excelente princesa y futura reina_ comentó complacido levantando su copa.Margaret sonreía hipócritamente asintiendo a las palabras del soberano con un entusiasmo fingido que ocultaba el despecho y el odio crecientes que albergaba en su malvado corazón. Al terminar,el rey invitó a las muchachas a acompañarlo en un paseo por los jardines del palacio.
_Ruego que me disculpe Majestad,pero desearía retirarme a mi recámara, estoy un poco agotada por el viaje al pueblo_expresó Margaret asumiendo una actitud de cansancio.
_Está bien,Beatriz seguro me acompañará; descansa hija_ respondió con un gesto condescendiente el monarca.
Beatriz y el rey se encaminaron hacia el patio,donde el perfume de las flores y el frescor de la brisa nocturna,inundaban el ambiente tornandolo sumamente agradable para el pequeño paseo.
Mientras, la siniestra Margaret no perdía el tiempo.Rápidamente se dirigió a su habitación y tomando la misteriosa botellita,se encaminó hacia la cocina.Allí despidió a la servidumbre con un gesto autoritario, y al quedar a solas,agarró una copa donde vertió algunas gotas del transparente líquido y se dirigió apresuradamente al dormitorio del rey.Los soldados que custodiaban la puerta le cerraron el paso.
_¿Cómo se atreven,?, ¡soy la protegida de Su Majestad,vengo a traerle una pócima para su dolor de cabeza que por órdenes suyas acabo de preparar para cuando vaya a acostarse!_,exclamó airada la perversa joven.Los guardias se miraron entre sí con un poco de dudas,pero al final se hicieron a un lado permitiendole pasar.Ya dentro de la habitación, Margaret cambió la copa con el medicamento que el monarca tomaba cada noche para la gota,y en su lugar, puso con mucho cuidado la que llevaba consigo y regresó apresuradamente a su habitación.
Al regresar al cuarto, Margaret esparcio' parte del líquido restante sobre uno de los vestidos de su hermana y lo colocó en una parte visible de la estancia.Al mismo tiempo, puso con mucho cuidado el frasco con los últimos restos de la pócima entre las pertenencias de su gemela.
Para cuando Beatriz llegó, fingió dormir profundamente y esperó con impaciencia el amanecer.Las muchachas despertaron con un terrible estruendo:
_¿Qué habrá sucedido? _se preguntó Beatriz aturdida y con los ojos soñolientos.Acto seguido se levantó del lecho y se dirigió a la puerta para averiguar la causa de todo aquel bullicio. Margaret se quedó un poco atrás.Por el corredor se escuchaban gritos,llantos y un vocerio que a medida que se iba acercando se escuchaba con mayor claridad:"¡el rey ha sido asesinado!, ¡capturen a la culpable!,¡que no escape esa maldita!", era la exigencia de cientos de voces iracundas que venían aproximándose por el corredor.
Al amanecer, los pajes y guardias personales del rey,lo habían encontrado livido tirado a lo largo en el suelo.Al acudir el médico real,había descubierto que había sido envenenado luego de examinar la copa que debía contener su medicamento. Inmediatamente los guardias y los cocineros informaron sobre el comportamiento y la sospechosa visita nocturna de una de las gemelas a la habitación del monarca,pero ninguno pudo precisar cuál de ellas había sido por el increíble parecido de las jóvenes.Beatriz cerró la puerta de la habitación horrorizada,y al darse la vuelta,vio a su hermana que con una expresión de sorpresa mezclada con terror,extraía de entre sus pertenencias, un pequeño frasco con un residuo de líquido transparente, y una etiqueta claramente visible que decia:"Veneno."
_¿Qué has hecho hermana?_ preguntó Margaret con la voz transfigurada por el espanto y una fingida sorpresa.
Beatriz se echó hacia atrás perpleja:_¿Qué,...qué es eso?,¿qué hace entre mis cosas?, ¡no es mío! _gritó desesperada sin darse tiempo a pensar.