Capítulo XIII

_Claro que no,tonta,quien asesinó a nuestro soberano fue la aberrada de Margaret que ahora anda fugitiva,claro que pronto la apresaran', más ahora que el guapísimo de nuestro príncipe regresó, pero a ti ¿qué te importan los problemas de la corte?, eres sólo una sirvienta y jamás verás el palacio de cerca,yo sí he estado allí y  me he codeado con las más importantes y refinadas damas de la nobleza,incluso la propia Beatriz conversó una vez conmigo, aparte de hermosa es un amor de persona,pero termina ya,haragana,todavía tienes que limpiar la chimenea...¡¡ ya sé cómo llamarte a partir de ahora,Cenicienta!!_respondió altanera  la insoportable Rose estallando en una risa estridente por su propia ocurrencia.

Si no fuera por la terrible noticia que acababa de escuchar, Beatriz se hubiera reído a carcajadas de las tonterías que parloteaba la superficial e indeseable joven.Acababa de reafirmar que su hermana era un verdadero monstruo, capaz de hacerse pasar por ella y culparla de la forma más cínica del asesinato del rey.Si no tomaba una decisión rápida, estaría condenada a pasar el resto de su vida confinada en aquel pueblo remoto,y siendo maltratada por la petulante Rose.Tenía que impedir a toda costa el casamiento del príncipe con Margaret y sacar a relucir la verdad,pero no podía acercarse al palacio.Sin embargo, un acontecimiento inesperado vendría a ayudarla en sus planes...

Durante el breve tiempo que llevaba sirviendo en la Casa Roja,como la llamaban los sencillos campesinos,  Beatriz se  habia dedicado secretamente a observar cuando el señor Hugo practicaba esgrima en el patio de la casa,y escondida en el bosque al anochecer,se entregó por completo a practicar con una rama,golpes,y estocadas,hasta convertirse en una experta espadachina.También a escondidas, cuando todos descansaban la siesta,escapaba con algún corcel de la caballeriza y galopaba por los campos como una excelente jinete.

Pasó el tiempo y el día de la coronación del príncipe llegó. La noticia se difundió por todo el reino y todos los caballeros y nobles del país  fueron invitados.
Para celebrar tan especial acontecimiento, se celebraría un torneo de caballeros en el cual participaría el propio príncipe. El señor Hugo,por supuesto alistó sus armas,pero se quejó de ser el único que no portaria un escudero:_los hombres de este pueblo son granjeros, hombres sencillos acostumbrados a labrar la tierra y criar ganado,tendré que acudir sin asistencia_se quejó una noche con su hija mientras cenaban.Beatriz vio llegar la oportunidad que tanto esperaba:_lleveme con usted señor, yo le servire ' de ayudante_ se atrevió a decirle cuando la pedante de Rose se retiró a su habitación. 

El buen hombre la miró estupefacto:_¿qué  dices muchacha?, los escuderos son hombres,casi siempre de familia noble que desean entrenarse en el arte de la caballería, ¿cómo crees que me recibirían si llego  con una chica inexperta al torneo? ,seré la burla de todos_ contestó sonriente.

_Usted sólo consigame una armadura de mi talla,me anudare' el cabello,soy lo bastante  poco atractiva como para que me confundan con un muchacho,créame, le podré servir de gran ayuda  si me lo permite_insistió Beatriz sin mencionar  las habilidades ofensivas que había adquirido en todo ese tiempo.

El caballero quedó un rato pensativo:_puede ser,jamás se me hubiera ocurrido algo tan descabellado, pero en realidad necesito un asistente,te procuraré la armadura y un caballo acorde  a tu complexión, tú por tu parte trata por todos los medios que nadie descubra tu identidad, pues ambos estaremos perdidos,,ni siquiera mi hija debe saber nada,te llamaré sir Arthur,y para todos serás mi protegido,alistate que mañana partimos_respondió no muy convencido todavía. Beatriz asintió agradecida,su corazón latía con fuerza,por fin iba a tener la oportunidad de regresar al palacio y encarar a la perfida de su hermana y de paso desenmascararla ante todos,pero  la vida le colocó otro desafío que no esperaba y que cambiaría drásticamente sus planes...