Margaret observó con una sonrisa burlona los rostros que la rodeaban:el rostro del príncipe severo y decepcionado, el rostro de la multitud, frío y expectante , y por último el rostro dulce y sereno de su hermana.Tal y como esperaba,el hermoso calzado había encajado perfectamente en sus pies.Sin perder su soberbia,intentó dar un paso hacia el príncipe para restregarle a Beatriz su derrota, pero sorprendentemente, no logró moverse del lugar. Los mágicos zapatos parecían estar fuertemente clavados en el suelo. Luego de varios intentos infructuosos, trató de quitarselos al tiempo que comenzaba a sentir una fuerte presión que le provocó un terrible presentimiento.Sus damas de compañia y algunos cortesanos acudieron en su ayuda.En el intento por retirarle el calzado, acudieron a todos los métodos posibles,incluso a la fuerza,pero todo fue en vano.Exasperada,se volteó hacia Beatriz, que permanecía ecuánime observando su tormento:_¡¡¡maldita!!! ¿crees que con tus hechizos te librarás del verdugo?, yo soy la verdadera Beatriz ,la prometida del príncipe, la futura soberana,nunca lograrás ascender al trono,quieras o no,la corona será mia!!!
_Mientras vomitaba su odio en contra de su hermana, los zapatos se habian achicado aún más, su hermosa textura cristalina se había tornado opaca y rugosa,sus bordes se enterraron poco a poco en la carne produciendole un tormento indescriptible y haciéndola sangrar.Las venas se tensaron en sus extremidades tomando un color morado.Agachada en una posición grotesca,la perversa chica tiraba con todas sus fuerzas tratando de desembarazarse de aquella tortura.Sus gritos de dolor resonaban desgarradores en la extraña quietud de aquel atardecer sombrío. De pronto,una voz de ultratumba que helo' la sangre de todos los presentes, se escuchó repitiéndose una y otra vez como un eco:"Confiesa tus crímenes y serás liberada".
A pesar del insoportable dolor y de la misteriosa voz que la conminaba a confesar sus crímenes, la detestable Margaret se resistía a rendirse. Con los cabellos deshechos,la piel amoratada y la sangre escurriendose por sus extremidades, su belleza se arruinaba a los ojos de todos ofreciendo un espectáculo lamentable de decadencia y desesperación. Los zapatos ahora semejantes a plantas parasitas y carnívoras,mordian con un feroz apetito sus pies lastimados a una velocidad atroz.Ya se podía escuchar el escalofriante sonido de huesos quebrandose bajo la terrible presión.De pronto,en medio de violentas convulsiones y espeluznantes alaridos,Margaret se dejó caer al suelo casi desmayada,y con la voz entrecortada suplicó: _por favor,ya no más, lo admito,soy Margaret.La verdadera Beatriz es ella,fui yo quien asesinó al rey y luego la inculpe' por celos y envidia,quería ser amada como ella,quería ser la esposa de Su Alteza y quería la corona.Beatriz es inocente,declaró abatida al fin entre sollozos de rabia ante el estupor general.Un rumor que se iba acrecentando por la indignación de la multitud, tomó un giro peligroso cuando la muchedumbre comenzó a clamar por venganza:
"¡Muerte a la impostora,corten la cabeza de la asesina!!" resonaban los gritos rabiosos desde las gradas.Los zapatos por fin soltaron a su presa y estallaron en mil pedazos en el aire frío del anochecer... habían cumplido su cometido.
Margaret quedó completamente sola y derrotada,aún estremeciendose de dolor y miedo rodeada de rostros hostiles que amenazaban con lincharla allí mismo.El príncipe dio una orden y los guardias arrastraron a la atormentada chica a una de las mazmorras en medio de la protesta airada de la muchedumbre que exigía un castigo ejemplarizante.Beatriz con el rostro anegado en lágrimas, siguió con la vista a su gemela hasta que desapareció fuertemente custodiada por los soldados a través de las puertas que daban acceso a los calabozos.