Para entrenar a tan formidable ejército femenino,Beatriz nombró al honorable señor Hugo como Ministro de guerra del reino,que se encargó de que aquellas valientes mujeres,fueran tan expertas en el arte de la guerra como los hombres,llegando a ser tan arrojadas y temidas en los combates como las míticas Amazonas.Por supuesto, la superficial Rose no quiso formar parte de aquel ejército, se consideraba a sí misma muy sofisticada y frágil para tales andanzas.
Como una forma de agradecimiento al señor Hugo,Beatriz lo llevó a vivir con su molesta hija al palacio y convirtió a Rose en su dama de compañía. La insoportable muchacha se deshacía en hipócritas halagos y atenciones hacia su ama,todo el día se la pasaba pegada a sus faldas como un perrito,haciendo lo que le ordenaba y lo que no.De una forma u otra había logrado su gran sueño: vivir en el palacio, y para ello se desvivia en adulaciones con la joven a la que antes había maltratado.
Un buen día, un viejo Marqués que visitaba la corte se fijó en ella.Rápidamente Rose entabló conversaciones con el anciano dispuesta a no perder la oportunidad de su vida.Al cabo de un tiempo, el Marqués pidió solemnemente la mano de Rose en matrimonio llevándola a vivir a su castillo luego de obtener la aprobación a regañadientes de su padre.Al poco tiempo de vivir en el castillo del anciano noble,Rose enviudo', quedando como única heredera de las fabulosas riquezas del Marqués.
La anciana que tanto ayudó a Beatriz, nunca más apareció, pero en las noches iluminadas,un hermoso remolino de estrellas custodia el Palacio posandose sobre los hombros de la bella reina que se asoma a la ventana a saludarlo y agradecer por la magia de los preciosos zapatos de cristal que la hicieron conocer la verdadera felicidad.
FIN