Lost Past

Capítulo 2: En Nuevo Mundo

El cielo despejado, lleno de nubes y el sol recubriendo todo el extenso valle verde. Ese es el paisaje que aprecio estando sentado frente a la puerta de mi casa, mientras espero a padre. Él me había dicho que iría a cazar a un bosque cercano y que regresaría en una hora.

 

       —Ya pasaron seis, ouahhh… —No pude evitar soltar un gran bostezo por el aburrimiento.

 

Él dijo que esperara en la puerta hasta que regresará porque tendría una sorpresa para mí. Hice lo que me dijo, pero ya me aburrí. ¿Por qué haces esperar aún niño de dos años tanto tiempo?, ¿acaso no sabe que los niños de esta edad tienen muy poca paciencia?

 

Dejé de seguir esperando en la puerta, así que me levanté y fui hacia un pequeño estanque que había al lado de la casa. Caminar se me es aún un poco incómodo, mi pequeña cola se menea y mis alas rebotan, eso hace que me sienta extraño. Al llegar al estanque observé que el agua era muy cristalina, hasta podía ver mi reflejo en él.

 

       —Hmmm…

 

Quedé pensativo al apreciar mi apariencia en el reflejo del estanque. Sonreí para ver mi dentadura, se ve normal, a excepción de mis colmillos que son largos y puntiagudos tanto en los inferiores como en los superiores.

 

Mi cabello es de color negro con algunos mechones blancos, y mis ojos, irónicamente, son de color ámbar. Además, tengo unas extrañas marcas que cubren ciertas partes de mi rostro. Estas parecen grietas y son de color negro.

 

Padre también tiene esa misma marca en el rostro, pero él la mayoría del tiempo las oculta. Me mencionó que todos los demonios la poseen, pero la forma que esta tiene es diferente y única en cada uno de ellos. También dijo que algunos deciden mostrarla, mientras que otros les gusta ocultarla al igual que él. Es simple estética entre demonios. Creo.

 

         —¡Eing, ven por favor! —Madre sacudía los brazos desde el pórtico de la casa.

 

       —¡Ya voy!

 

Al llegar con madre me recibió con una cálida sonrisa y me dijo que entrara a la casa. Estando dentro fui directamente a la sala y me senté en el sillón que teníamos. Vi que en la mesa de enfrente había una bandeja de galletas recién horneadas.

 

         —Si quieres puedes tomar una.

 

Obedecí a su sugerencia y tomé una, aún estaba caliente. Al darle un mordisco pude sentir el exquisito sabor a vainilla y lo crujiente que estaba.

 

         —Parece que tu padre vendrá tarde hoy —dijo madre sonriendo mientras veía como disfrutaba de la galleta—. Si quieres puedo leerte un cuento.

 

       —Sí, está bien, me parece buena idea —contesté a su recomendación con una alegre sonrisa.

 

         —Entonces, ¿qué quieres que te lea?

 

       —Hamm…

Pensé profundamente al tratar de buscar una respuesta. Los cuentos que hay en la librera no me llaman la atención; aunque... hay uno que sí. Si no mal recuerdo el título era “La liberación de Mezia”. El libro habla sobre una guerra de hace mucho; es entretenido, pero se me hace incompleta la historia por alguna extraña razón.

 

       —Léeme la historia del gran libro azul.

 

         —Está bien, perece ser que te gusta mucho esa historia, ¿verdad? —dijo acercándose a la librera de la sala.

 

       —Este…

Madre me miró con el rabillo del ojo mientras tomaba el libro, después agregó:

         —¿Entonces no te gusta tanto la historia?

 

       —No es eso. Es que… hay algo en esa historia que no me gusta.

 

Madre sonrió y volvió a colocar el libro en su lugar.

         —Entonces. ¿Por qué no te cuento mi versión?

 

       —¡¿Ah?!

 

Madre soltó una pequeña carcajada al escuchar mi reacción. Me miró fijamente y después se volvió a acercar a mí.

 

         —Te contaré lo que yo sé sobre aquella guerra de hace miles de años.

 

 

Las palabras de madre acaban de confundirme un poco. Prácticamente, lo que me quiere decir es que la historia de los libros ¿está mal?

        

      —Está bien, cuéntame tu versión.

 

         —Muy bien, presta atención entonces.

De nuevo regresó a la librea para tomar un tipo de cuaderno pequeño de color marrón, se sentó al lado mío y me colocó sobre su regazo. Después abrió el pequeño cuaderno, dentro se encontraban muchas ilustraciones.

 

         — Mezia, nombre dado a este mundo por el dios del todo Jagad, el creador de mundos. Mezia es un lugar poblado de personas y criaturas únicas y extravagantes, una tierra fértil y amplia, un espacio donde lo inimaginable tiene cabida, un mundo lleno de paz, armonía y abundancia.

 

» Pero en Mezia no siempre hubo paz, hace cinco mil años padeció de una guerra en contra de unos seres llenos de maldad y ambición. Demonios, así fue como todas las razas de Mezia los nombraron. Su surgimiento era inexacto, algunos decían que provenía del mismo infierno y otros que nacieron de los pecados de los habitantes del mundo, pero la superstición más coherente que hallaron, es de que ellos fueron creados por Erebo, el dios de la oscuridad.

 

» Erebo tenía toda la intención de destruir Mezia a través de los demonios por un odio desconocido que le tenía al dios Jagad. Él creó a los demonios con la fuerza de cien soldados y con un aspecto monstruoso para que  generaran un enorme miedo en las personas. La gran masiva de los demonios llevo casi al colapso de la sociedad de Mezia; acorralados, los reyes de distintas razas decidieron usar un hechizo, el cual estaba en desarrollo, para poder hacer frente a aquellos monstruos.

 

» A pesar de no tener una teoría clara sobre los efectos del hechizo, aun así, decidieron utilizarlo. Consumiendo la energía vital de los guerreros y magos más poderosos de toda Mezia, pudieron realizar el hechizo y así convocar a cinco individuos pertenecientes de otro mundo a los cuales llamaron: Héroes.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.