DRACO
Desde que anunciaron que Potter iba a participar en el Torneo de los Tres Magos, Parker está muy rara. Está tensa e ida, como si estuviera en otro mundo. ¿Qué le ocurre? Miro a los chicos y me doy cuenta de que también la miran preocupados. Algo está pasando con ella.
Cuando salimos del comedor, ella se queda en el hall, mientras nosotros caminamos hacia nuestra sala común.
Dejo que ambos se queden en la sala común y yo, con mis pensamientos puestos en ella, subo por las escaleras en dirección a mi habitación, pero al final cambio el rumbo y me dirijo al de las chicas.
Subo a la cuarta planta y busco su nombre en la puerta, finalmente lo encuentro, justo al lado del nombre de Pansy. La debe de joder bastante que esté en el mismo cuarto que ella, pero a mí me viene bien, Pansy será mi cuartada por si alguien me ve.
Cuando abro la puerta me doy cuenta de que es la habitación de Pansy, ya que una de las zonas está decorada con demasiada ostentosidad, y solo puede venir de ella. Doy un par de vueltas por la habitación y finalmente termino por tumbarme en una de las camas, la más cercana a la puerta y la que parece ser la más “normal” de todas ellas.
Coloco mis manos tras la nuca y cierro los ojos mientras espero a que llegue. Me apetece un poco meterme con ella, pero sobre todo, quiero saber qué es lo que le pasa.
La puerta se abre de golpe, despertándome de mi siesta. Me pongo alerta de repente, como casi siempre desde que nací. El dosel de la cama en la que estoy se abre. Miro de reojo mientras adopto una postura relajada y veo que es Parker. Por fin ha llegado.
Parker me mira a los ojos y se queda ahí quieta, prendada en mis ojos. Levanto una de mis manos y le acaricio el brazo, haciéndola temblar. La otra la poso sobre su cintura, para pegarla más contra mí, tanto que al final consigo mi objetivo. Sus piernas flaquean y termina sentada sobre mi regazo, permitiéndome pasar mis brazos sobre su cintura, sin dejar un mínimo de espacio entre los dos.
Su boca queda a milímetros de la mía. Me muerdo el labio mientras me centro en esa zona, la de sus labios, que me llaman para que los saboree. Mis manos se aferran más fuerte en su cintura, para hacerla ver que la necesito, que necesito tenerla pegada a mí. Voy a inclinarme hacia ella, dispuesto a probar sus labios por fin, pero ella da el primer movimiento.
Posa sus labios sobre mi mejilla, una y otra vez, provocando que mis músculos se tensen y mi corazón se acelere. Sus labios llegan a mi oído, estremeciéndome y agarro con más fuerza sus caderas.
La miro sorprendido, no me esperaba que me dijera eso. He estado tumbado en su cama sin saber que era de ella, solo porque era la más afín a mí. ¿Será que tenemos alguna cosa en común y no lo sabíamos?
Parker se levanta de mi regazo y se queda de pie delante de mí.
Brooke camina hasta su armario y se quita la corbata. Me levanto de la cama con rapidez, nervioso. No puede insinuarme eso y quedarse tan tranquila. Me siento en la cama de enfrente, de cara a la suya. Ella se gira y cierra el dosel de su cama. Después comienza a quitarse la ropa. No aparto la mirada de ella, de su silueta. Mis hormonas comienzan a revolucionarse por todo lo que me está haciendo sentir. ¿Qué me pasa con ella? No lo entiendo, es como si tuviera que estar constantemente sabiendo de ella, tenerla cerca… Pero no puedo, es… es una sangre sucia y yo tengo que estar por encima, por mi bien, por el de ambos.