Realmente el Japón de hace quinientos años no cambiaba nada al menos en lo que era la naturaleza puesto que en lo que conlleva a la civilización pues si se encontraba sin nada de tecnología.
Nyoko desde hace un rato atrás empezaba a admirar la belleza de tanta naturaleza junta a pesar de no tener a su lado al demonio serpiente, si como están leyendo el torpe de Mizuki se aparto de ella accidentalmente al hacer el viaje.
— Maldito Mizuki — decía ya un poco harta de la situación puesto que se estuvo ocultando de todos los demonios que veía pues para lo único que la querían era para comerla — Si tan solo este supiera como manejar a su serpiente no me hubiera caído
El tiempo que llevaba caminando no sabría decirte por que para ella ya era mucho, como dije antes se tuvo que esconder de demonios y de algunos "humanos" en donde también se camuflajeaban pero como todo había humanos no tan humanos los cuales se aprovechaban del pánico que tenían los pueblos.
— Perfecto una cabaña — dijo aquella humana
Nyoko estaba mucho mas tranquila después de encontrar esta pequeña cabaña en donde se podía refugia el único inconveniente era que esa casa parecía el señuelo perfecto para atraparla pues esta cabaña se encontraba en medio de la nada, apartada del pueblo, pero no tenia alternativa mas que arriesgarse y ocultarse hasta que Mizuki volviera por ella.
— Pero mira que tenemos aquí — dijo una voz la cual se escucha distorsionada — Un perfecto bocadillo para el gran Strach
— No, lo que me faltaba... espero y llegues antes que me devoren maldita serpiente — decía en un susurro aquella chica
Nyoko empezó a observar su alrededor para poder encontrar al dueño de la voz que surgió pero no encontró nada, lo cual la puso aun mas nerviosa pues no sabia a lo que se enfrentaba.
— Aquí estoy... — ahora la voz se escucho a sus espaldas, su cuerpo se congelo al sentir la respiración de aquella entidad en su cuello y lo duro que era el cuerpo de este — ¡Seras mía!
Aquel monstruo de aspecto humanoide parecía tener los rasgos mas parecidos a los de un tigre por su pelaje rayado podría también ser por aquellos ojos color rojo como las llamas en un incendio y lo que no correspondía a sus características felinas eran esos músculos que sobresalían de su cuerpo dando entender que tenia una super fuerza al igual que aquella orejas puntiagudas que lo mas parecidas eran las de los canguros y los dientes de pirañas super filosos al toque.
Este ser le tapo la boca a Nyoko con sus grandes garras, arrastrándola hacia el interior de la cabaña en donde ella pensaba que era su salvación resulto ser su perdición.
"Sueltame" es lo que trataba de decir pero su voz era callada. Trataba de moverse de un lado a otro y así poderse zafar pero era inútil de la impotencia que sentía al estar en esta situación sus lagrimas no tardaban en llegar y mojar su rostro.
"Tomoe... te necesito" lo que mas anhelaba, a pesar de que aquel demonio trataba de sobrepasarse con ella primeramente antes de devorarla como su comida Tomoe era en lo único que podía pensar en tan oscuro momento.
— Lilas — se escucho un estruendo proveniente de la puerta principal con tal voz realmente conocida por esa chica
— Señor Tomoe — hablaba con sumo respeto aquel demonio
Nyoko estaba super feliz de que su amado Tomoe se encontrara ahí olvidándose por completo que ese no era el Tomoe que conocía.
— ¿Que haces aquí Strach?
— Iba rumbo al mundo demoníaco y encontré un bocadillo con cual entretenerme — le dijo Strach, mostró a Nyoko frente a Tomoe — Que por lo que veo usted también esta ocupado
Bocadillo fue la palabra que hizo que Nyoko viera la situación en la que se encontraba, cuando la chica entro en su cordura principal observo que Tomoe tenia a una chica sujeta del brazo pero ella se encontraba inconsciente, ella no podía creer que Tomoe fuera capaz de torturar a los humanos de esa manera.
Las lagrimas de nuestras chicas eran contenidas pero no pasadas de vista por Tomoe pues a pesar de no conocerla el lazo de soulmates era mas fuerte que nada, eso hizo que el demonio sintiera miedo, unas anisas de correr, pero sabia que no le pertenecían aquellos sentimientos estuvo buscando el origen hasta que topo por aquel olor que como la primera vez lo cautivo encontrándose así dentro de la cabaña.
— Suéltala — la chica dirigió su vista al demonio que estaba hablando y pudo notar como sus ojos tenían aquel destello violeta
Ese destello solo significaba una cosa, celos, algo que la ponía contenta pues su demonio la reconoció.
— ¿Porque debería de soltarla? — pregunto Strach enojado
— Simplemente por que ella — apunto a Nyoko — Es mía
— ¿Tuya? — decía con una sonrisa burlona — Yo la vi primero — la mirada de Strach era desafiante ante el demonio frente a él, su lengua se dirigio ante la humana que tenia entre sus garras saboreando su cuello pero sin quitarle la mirada al demonio Tomoe — Delicioso...
— Te dije que la soltaras — Tomoe dirigió una mirada que Nyoko nunca había visto por parte de él
Era una mirada de odio puro, tanto era aquel enojo que soltó a la chica que tenia en su mano para así abrirle paso a sus enorme llamas del fuego de zorro para aniquilar al demonio que se había atrevido a tocar lo que era de él.
Strach el demonio que parecía indestructible con tal solo el toque de aquellas llamas gritaba de desesperación aunque este todavía no soltaba a la humana las llamas no quemaban su cuerpo a pesar del toque con su piel pues ella no era el objetivo principal.
Nyoko estaba en completo shock al ver como las llamas desintegraban el cuerpo del demonio quedando en completas cenizas que no se percato de la presencia del demonio a su lado.
— Nadie puede tocar lo que me pertenece — Tomoe se coloco a la altura de la humana posando sus manos en su rostro — Mucho menos a mi ziel — decía con una sonrisa