Pasaron años y años desde aquella tragedia tal vez unos cinco o seis años, un secuestro y una batalla que dejaron consecuencias de aquel día que a pesar de que fue un día de mucho sufrimiento les sirvió de lección a cada uno de ellos para luchar por lo que más deseas y que no hay que obstaculizar tu destino pues como dicen "Nadie valora lo que tiene hasta que lo pierde".
— ¿Aun pensando en eso? — pregunto Akura sentándose a lado de su antiguo amigo y compañero
— Es algo que no creo superarlo... todos los días pienso en aquel sufrimiento... fue un tormento
Un sufrimiento que le devolvió todo el temor de perder a una persona.
— Yo igual sigo pensando que ese día fue una tortura pero debemos de seguir adelante disfrutado cada día al máximo, siendo felices
— Exacto debemos de ser felices — dijo Nanami al interrumpir la conversación de aquellos dos — Siempre habrá problemas en la vida pero debemos superarlo y no quedarnos en el pasado
Los tres se encontraban afuera del templo Mikage. Nanami portaba una kimono color lila con bordados en terciopelo de un morado mas oscuro este mismo hacia juego con el que portaba Akura pues ambos eran casi exactamente iguales, mientras que Tomoe solo portaba una vestimenta algo casual.
— Deberías de arreglarte pronto comenzará la ceremonia y si no apareces Kurama te matara — decía Nanami con una sonrisa
Este día se festejaba una ceremonia muy importante para todos los presentes, este día era la calma después de la tormenta.
Tomoe se encontraba en su habitación arreglándose con un kimono que hace mucho tiempo no pensaba en volverlo a usar, ese de tela fina, de seda color vino con detalles dorados, un traje digno para un rey. No pensaba en usarlo el día de hoy pero no podía desobedecer ciertas ordenes y una de ellas era portar este kimono.
— ¿Te estás arrepintiendo? Tu mismo fuiste él de la idea — le dijo Mizuki al ingresar a su habitación junto con Mikage
Ambos se veían completamente atractivos con esos kimonos que representaban a cada uno de ellas y tan elegantes para esta ceremonia. Mizuki con aquellos tonos: verde, naranja y amarillo colores que nunca dejo de usar pero que le quedan tan bien, y Mikage con aquellos colores tan llamativos que parecía que este portaba luz y también con aquellos bordados de flores que parecían salir de este, lleno de vida.
— Tomoe, ¿Por que aun no estas listo? — pregunto Mikage — Solo faltan algunos minutos
— Estoy disfrutando mis últimos momentos aquí, con todos ustedes — le contestaba mientras se vestía con aquel atuendo
Aquellos momentos serian los últimos minutos como familiar del templo Mikage para seguir con su futuro, uno que tendría sus momentos de paz y otros de amargura pero sobretodo una comunicación que es la clave para que todo aquel problema se solucione.
Tras al estar listo Tomoe se dirigió a donde estaban todos los presentes, la mayoría se podría decir místicos, magicos, todos conviviendo durante este día tan importante.
Tomoe se encontraba al frente del altar donde comenzaría tal ceremonia en tan solo unos instantes, el demonio inquebrantable estaba muriéndose de los nervios y los balbuceos de las conversaciones a su alrededor no servían de mucho para tranquilizarlo.
— Tranquilo todo comenzara pronto — le comentó Kurama quien se encontraba a su lado — Solo para que lo sepas no me costaría nada tomar tu lugar si lo deseas
— Solo muerto me quitarlas de aquí y pienso que ni así podrías usurpar mi lugar
Una música tradicional empezó a tocar interrumpiendo la conversación y atrayendo la atención de los invitados en la hermosa mujer que pasaba entre ellos con un hermoso kimono color vino y estampado dorado.
— Es hermosa — dijo Kurama al ser hechizado por tal belleza pero a la misma vez para hacer enojar al demonio a su lado
— Si, es hermosa — decía con orgullo — Y lo mas maravilloso es que es mi complemento
Verla de aquella forma ilumina toda la habitación pues a partir de este día Nyoko sería suya por toda la vida pues Tome había decidido vivir como humano a lado su su ziel.
Toda aquella decisión fue tomada desde el día que pensó que la perdería de su lado. Cuando salieron del templo de la diosa del rayo Nyoko tenia su pulso muy bajo y para él su prioridad era salvarla sin importar que él estuviera igual o peor gracias a su perdida de sangre. Cuando llegaron al templo de la diosa de la tierra se encontraron con la fortuna de que Mikage se encontrara ahí y que él les ayudara.
En aquel momento Mikage no le dio tantas esperanzas a su antiguo familiar pues el estado de la chica no era para nada positivo lo único que podía hacer por ella era darle una cura que utilizaban los dioses, el tónico de rosas, un líquido a base de lágrimas de sirena y flores de loto, solo quedaba en dárselo y esperar.
Una espera dolorosa tras los minutos, horas y días en desvela pues las chica no despertaba pero mostraba mejorías las cuales aun así no la quitaban de la muerte.
— Es una chica muy fuerte — le dijo Mikage — A superado muchos retos, ella fue un milagro
— Uno el cual no pienso dejarlo ir nunca mas
Cuando Nyoko llego a lado de Tomoe esta le sonrió haciendo que ambos corazones se aceleraran al instante como la primera vez.
Tras al unir sus vidas para siempre en esta pequeña ceremonia de boda ambos estaban sumamente contentos pues este seria un nuevo incio y mas que nada para Tomoe pues ya no seria ni una pizca del demonio que era o fue pues con ella a su lado se sentía completo y mucho mas poderoso que con todo su poder.
— ¡Que vivan los novios! — gritaba con emoción Nanami
— Una larga vida humana para ambos — le siguió Akura
— Que sean muy felices, se lo merecen — dijo con honestidad Kurama — Pero eso si Zorro te advierto que si la lastimas te las veras conmigo
— Te prometo que la haré muy feliz Kurama — le sonrió Tomoe
— Gracias a todos por estar en este día — tomo la palabra Nyoko — Pues sabemos que después de hoy lo que importa será nuestra felicidad