¿Femenina? ¿Yo? Bueno, debo admitir que mis ropas no son como las de Adora en absoluto, y suelen ser pegadas al cuerpo...
En fin, puede que tenga algo de razón, pero jamás en mi vida pienso vestir una falda.
Como lo supuse, Glimmer sabía de lo nuestro y enviaba demasiadas indirectas como para que Adora no lo notase, aunque con lo idiota que puede llegar a ser, no me sorprendería si así fuese. Saliendo del departamento, fui a buscar mis cosas al mío.
—¿Sabes que Glimmer está mandando indirectas?—susurré abriendo la puerta. Adora, detrás mío, hizo un sonido de confusión.
—¿Indirectas? Yo creo que sólo está cuestionando a Huntara..
—No seas torpe, Adora. Glimmer sabe sobre nosotras y, obviamente, sabe que lo escondemos.
—Conociéndola, seguro lo hubiese gritado a los cuatro vientos apenas se lo digamos... Sí, es posible que sospeche—. Giré en mi eje para quedar cara a cara con ella.
—No lo sospecha, Adora. Lo sabe. Debería estar claro después de lo de esta mañana.
—¿Hay algo que no me estás diciendo, Catra?—. Adora me miró con una ceja levantada, algo furiosa, indicando que comience a hablar. Rodé mis ojos y hablé.
—Esta mañana Glimmer entró a la habitación y nos vio durmiendo juntas, aún cuando teníamos el segundo colchón en el piso. Quise excusarme, pero no me dejó hablar y salió sonriente diciendo que te despierte a ti también, que llegaríamos tarde.
—Sip, lo sabe. Seguro lo sabe.
—¿Tanto puede sospechar de una noche que dormimos en el mismo colchón?—dije incrédula, sorprendida de las insinuaciones de su mejor amiga.
—Pues, estuvimos un completo fin de semana juntas, no sabe cómo dormimos. Sabe que yo no me acostaría con cualquiera, y menos luego de un día de habernos visto. Es muy normal que sospechara. Aunque no lo habría hecho de no ser por tus muy notables celos y el dormir en la misma cama—dijo mirando el techo, como si hubiese hecho la teoría de su vida—. Igual, no me molesta haberlo hecho—. Posó su brazo en el marco de la puerta, encerrándome contra ella.
—Ja, ja. Como digas—. Me di vuelta y abrí la puerta del departamento, para meterme en el mismo y cerrarle a Adora en la cara. Pude escuchar un leve "auch" del otro lado y no hice más que reír.
Entré a mi habitación, sigilosa, pues Lonnie suponía dormir allí, y no encontré más que a Entrapta desparramada en mi cama. Cambiada para ir a la universidad y con su rostro sobre la computadora, una caja electrónica con piezas de celular estaba conectada a la misma. Tomé mi bolso y la dejé dormir. Seguro estaba trabajando en un proyecto nuevo, así que la deje en paz.
Antes de segur mi viaje sigiloso por el departamento, recordé que Lonnie y Scorpia deberían estar despiertas en este momento para ir a clases.
Ingresé al cuarto de Entrapta y no encontré más que desastres tecnológicos por toda la habitación y una cama llena de estos.
Confundida, Entré sigilosamente a la habitación de Scorpia. Estaba vacía y la cama estaba hecha. Pero algo me llamó la atención. En la mesa de luz de Scorpia, habían banditas de pelo, muchas. Scorpia tiene el pelo corto por lo que supuse que serían de Lonnie en cuanto las vi.
¿Qué ha pasado aquí?
Llegando a la universidad con Adora y sus amigos, nos separamos y fuimos todos por su lado. Me crucé a Rogelio en el pasillo y lo saludé como buena novia que soy. Sigo pensando que es asqueroso besarse con un amigo por obligación, pero con el tiempo se volvió menos sentimental el acto, por lo que no tenían sentimiento alguno nuestros "besos", si es que así podían llamarse.
Tuve mis clases, salí con Rogelio y Kyle a la cafetería y no tuve señal de esas dos en todo el día..
Llegando al departamento, me despedí de Adora y me encontré con una somnolienta Entrapta, refregando sus ojos y con un enmarañado cabello.
—¿Qué hora es? ¿Qué día es?—. Reí levemente ante la ternura que mi compañera de piso me causaba.
—Hoy es Martes y son las 8 y media de la noche...—dije, ofreciéndole mis brazos. No suelo ser una persona cariñosa, pero supuse que necesitaría algo de mimos recién despierta luego de dormir todo el día.
—Tengo hambre..
—Lo sé. Ahora voy a cocinar algo. ¿Quieres poner la mesa?—. Entrapta asintió con un puchero y fue al baño a asearse. El ruido de la regadera inundó el departamento, que solía estar en completo silencio.
Comencé a preocuparme. Según Adora, Scorpia no había asistido a clases ese día y Kyle se quejó de estar solo todas sus clases, por lo que supuse que Lonnie tampoco. Revisé mi celular, en espera de algún indicio o señal de que Scorpia se encontraba bien.
—¿Hola?
—Gracias a Dios, atendiste Scorpia. ¿Dónde estás? Esta mañana no estabas en casa y ya anocheció y no estás aquí.
—Oh, hola gatita montés. ¿Cómo estás?
—Eso no es lo que importa, aunque gracias por preguntar. ¿Tú? ¿Cómo te encuentras?—. Un suspiro atravesó el parlante del celular.
—Confundida, aterrada, sorprendida, emocionada... La verdad, no tengo idea—. Me llamó la atención la sinceridad, aunque no era nada nuevo viniendo de ella. Continuó con una leve risa—. Estoy a las afueras de la ciudad con Lonnie. Puede que vuelva mañana a la noche, pero no estoy segura. Lamento tener que avisarte por llamada, pero fue repentino.
—Oh... Está bien... Si necesitas algo, lo que sea, llámame, ¿sí? Iré donde sea que estés para ayudarte—. Un silencio inundó la llamada, una sonrisa melancólica estaba plasmada en mi rostro, sólo esperé paciente su respuesta.
—G-Gracias, Catra—. Luego de decir aquello, con una quebrada voz, cortó la llamada.
La preocupación invadió mis pensamientos, por lo que pensé en volver a llamarla. Era la primera vez que la escuchaba lastimada, sin mencionar que me habló por mi nombre... Pero seguro no atendería el teléfono.