Se suponía que el autobús debería dejarme en el centro de BlackWood, pero al ser el único que iba para ese lugar el amable conductor me dijo que solamente hasta la entrada del pueblo y que debía bajarme en la próxima parada. Un poco descolocado por lo que acaba de decirme solo atine a recoger mis maletas conmigo para después bajar del transporte. El bus retrocedió dando marcha atrás para luego girar y desaparecer de mi vista en aquella ruta olvidada.
Dios, sí que tenía mala suerte, esto solo podía pasarme a mí. Caminé unas tres calles a lo mucho, por lo que parecía ser la única avenida del pueblo. Había algunos locales de ropa y un poco de gente; madres haciendo compras y niños pequeños por las calles. Las mujeres me miraban como si fuese un bicho raro, si bueno, no es como si pasara desapercibido con mis dos maletas y mochila.
Un hombre con una camisa a cuadros que aparentaba unos cuarenta años salía por uno de los almacenes con una bolsa en la mano de su reciente compra, se iba a subir a su camioneta pero se detuvo al oír mi voz.
— Disculpe, señor, me podría decir ¿dónde consigo un taxi por aquí?
— Lo siento, joven, en este pueblo solo hay dos taxis los cuales funcionan y creo que Lee y Choi están descansando. No creo que vuelvan al trabajo en un rato—rayos, no podían hacerme esto, tenía muchas cosas que hacer, por ejemplo llamar a mi madre para que supiera que sigo vivo antes de que ella se volviese loca.
— Si usted quiere puedo llevarlo.
— ¿Seguro? ¿No sería una molestia? — Vamos, quería que me llevara, pero debía ser modesto, como mi madre me había enseñado a no aceptar a la primera.
— No, claro que no—el hombre llevó mis maletas a la parte de atrás de su camioneta, cosa que agradecí y me invitó a entrar en ella. Encendió la camioneta y el motor rugió—. ¿Y a dónde la llevo?
— ¿Conoce la casa que era de Kim Dongsuk? —indague esperando una respuesta afirmativa.
— Claro, la llevaré — y el hombre comenzó a conducir hacia mi destino—Por cierto, ¿usted es algún pariente de Dongsuk?
— Si, su hijo—el hombre me sonrió amable a lo que yo respondí de la misma manera—.Soy Seokjin.
— Mi nombre es Park Jisung, bienvenido.
— Gracias.
— ¿Asistirás al instituto del pueblo? — asentí—. Entonces seguro que conocerás a mis hijos, son mellizos.
El señor Park hablaba de sus hijos muy animado, a lo que yo solo asentía. Cuando llegamos a mi destino se estacionó enfrente de una casa que quedaba un poco apartada del pueblo. Esto no era un problema para mí, me gustaba la soledad, una de las razones por las que me había mudado ahí. La casa era blanca de dos pisos y tenía un garaje, el pasto se encontraba largo pero no importaba después me encargaría de él.
— Gracias por traerme— saque mis maletas haciendo un sonido al chocar estas contra el asfalto de la vereda.
— No hay problema, si llegas a necesitar algo pregunta por los Park en el pueblo, tu padre era para mi un buen amigo — sus ojos me miran con lástima. Odio que me miren así—. Por cierto, siento lo que le sucedió.
— Yo también lo siento— lo miró con determinación y llevó mis maletas a la entrada, me doy la vuelta y lo miro—. Adiós.
Cuando cierro la puerta detrás de mí un largo suspiro sale de mi boca, miro a mi alrededor todo está lleno de polvo y los muebles están tapados por sábanas blancas. Subo las escaleras y abro una por una las puertas de las habitaciones hasta que decido cual usaré. La de invitados para dormir, la cual tiene un baño que por suerte se encuentra en buen estado.
El tono de llamada de mi celular hace que me sobresalte en mi lugar, busco el móvil en los bolsillos de mi mochila y lo encuentro, la palabra mamá se encuentra plasmada en su pantalla, atiendo rápido.
— ¿Estás bien? ¿Pudiste llegar? — me pregunta mi madre rápidamente por el móvil, respondo afirmativamente a sus dos preguntas, haciendo que ella suelte un suspiro de alivio —Estaba preocupada ¿Por qué no me llamaste?
— Mamá, lo olvide, me canse por en el viaje— suelto— ¿Cómo están tu y Jae? — Jae es el nuevo esposo de mamá, se casaron hace un mes, él es un buen tipo y yo al cumplir diecinueve años decidí mudarme a la casa que papá me había dejado después de morir. Si bien él no me visitaba mucho luego de que ellos se separarán, siempre me mandaba regalos en las fechas importantes.
— Todo está bien, la pasamos bien en la luna de miel en Hawaii— ese no era un dato que yo no quería saber, me digo internamente, pero no se lo comunicó—. Cariño, sé que tu padre te dejó una cuenta con dinero en el banco del pueblo por si lo que necesitas, pero te mandare dinero todos los meses.
— Gracias,mamá— miro las cosas llenas de polvo y telarañas — Voy a colgar, necesito limpiar la casa.
— Está bien, hijo, cuídate mucho— me dice con su voz maternal—Sé que tienes diecinueve años, pero para mí siempre serás mi pequeño lobito. Te amo mucho, corazón.
Si, mi madre se enamoró de un hombre lobo y, a pesar de que ella era una humana, aceptó a mi padre y así fue como llegué yo. A la edad de diez años se separaron y yo me quedé con mamá mientras que papá se mudaba a BlackWood.
— Yo también te amo, adiós— colgué.
Busqué la escoba y empecé a limpiar habitación por habitación, las horas limpiando se pasaron rápido ya eran casi las tres de la tarde ya había llegado a eso de la once, pero no me daría por vencido aún. Subí las escaleras y entré a la que sería mi habitación, revisé el colchón de dos plazas, estaba un poco viejo, tendría que comprarme otro, empero serviría para pasar la noche, luego me ocuparía de eso. Empecé a desempacar acomodando mi ropa en el viejo ropero y algunas cosas en las mesitas de luz, cuando llegué a la cocina empecé a lavar la vajilla que estaba llena de polvo y cuando por fin terminé de lavar ya eran las nueve de la noche.
Era demasiado tarde para ir a comprar algo de comer en el pueblo, además de que no tenía vecinos al vivir en una casa un poco más alejada de lo normal y me daba miedo, decidí acostarme a dormir mañana sería domingo y me encargaría de las cosas que me faltarían hacer. Al parecer, limpiar hizo que me dé mucho sueño porque al solo apoyar mi cabeza en la almohada me quedé profundamente dormido.
Editado: 06.02.2022