El silencio se volvió incómodo estando en la camioneta de Jungkook. ¡Vamos, Jin! Piensa en algo para romper el hielo, el viaje del instituto a mi casa era de casi treinta minutos no me quedaría callado.
— Así que, tú y los gemelos ¿son primos? —Jungkook desvió su vista unos segundos de la carretera para mirarme, sus hombros se destensan un poco. Sabía que él se encontraba incómodo al igual que a mí, pero ¿quién no lo estaría con tremendo silencio?
— Si, por parte de madre, ella y el tío Jisung son hermanos —no iba a negarlo, Jungkook estaba como quería, sus brazos estaban marcados lo podía notar ahora que estaba manejando.
Sabía que él no se fijaría en mí por dos simples razones: uno, el parece el típico chico popular con la novia perfecta y la vida perfecta y dos, soy un lobo blanco y los de nuestra clase suelen ser un poco solitarios. En su camioneta pude sentir el aroma a lobo, empero su olor no me resultaba desagradable como de los demás de la manada que residían aquí, es más , me parecía atrayente.
Menta y roble.
Asentí a lo que él me decía, no quería parecer tonto, pero me centre tanto en mis pensamientos que en un momento deje de escucharlo.
— ¿Y quería saber si te gustaría ir?
— Espera, lo siento —mis mejillas se calentaron un poco—. Me perdí en lo que decías, ¿podrías repetirlo?
Sonrió ante mi descuido mostrando sus dientes blancos
— Preguntaba si querías ir a una fiesta hoy, en la casa de un amigo, los gemelos y yo estaremos ahí —no sé, pero sentí que resaltó más el “yo” que otra cosa.
— No lo creo, aun debo acomodar unas cosas en mi casa y mañana tenemos que ir al instituto —su mirada cambió dejando un rostro de confusión y tristeza ante mi rechazo.
No respondió nada. Continuamos el viaje en silencio hasta que se estaciono enfrente de mi casa, agarré las correas de mi mochila y baje de mi transporte, fije mi vista en Jungkook quien parecía querer decir algo.
— Jungkook.
Mi llamado hizo que saliera de su burbuja de pensamientos y que solo me prestara atención a mí.
— Gracias —subí los escalones para luego darme la vuelta y mover mi mano en señal de despedida, lo vi sonreír y no sé porque su acción hizo que algo se removiera en mi pecho, y segundos después tras pasar la puerta me encontré con mi hogar.
Me puse manos a la obra y preparé unos huevos fritos con arroz y jugo, serví las cosas en la mesa de la cocina y comí lentamente mientras miraba la televisión, la chica del clima hablaba sobre como los días siguientes permanecerán soleados. Cuando terminé mi almuerzo, lave los platos y me dirigí a hacer mi tarea, en realidad no era mucha; solo unos ejercicios que el profesor Brucer había dejado.
El timbre sonó haciendo que me levantara y dejara mi último ejercicio incompleto, un hombre venía con una pequeña tabla con anotaciones y una gran camioneta se encontraba detrás suyo.
— ¿Kim Seokjin? —preguntó mirando sus papeles.
— Sí, soy yo.
— Firme esto —dijo señalando uno de los espacios en blanco— para que reciba sus cosas de la mudanza.
Firme los papeles después de leerlos y me tranquilizo un poco al encontrar el nombre y firma de mi madre ahí, ella me había enviado mis cosas. Nota mental, agradecer a mamá por esto.
— Muchachos, bajen las cosas—ordenó.
Cuando los hombres terminaron por dejar mis cosas en el salón, intente acomodarlas lo mejor que pude, primero cambie el chonchón viejo de mi habitación por el que mamá me había dejado, acomode mis poster de los grupos que me gustaban, deje mis libros en un estante que se encontraba en la sala en donde había otros libros que seguro le perteneció a papá, los mangas que me encantan los deje en mi habitación, y con ayuda del martillo colgué en mi habitación unas pequeñas lucecitas amarillas que iluminaban mi habitación con su tenue luz, poco a poco mi habitación tomaba más de mi personalidad .
El sonido de un mensaje logró que dejara de admirar mi habitación totalmente acomodada, observe la pantalla del móvil y la desbloquee era Hoseok, se había hecho tarde, eran las ocho de la noche.
“Vamos a una fiesta, prometo no dejarte solo. Seguro te diviertes, la pasaremos bien, te paso a buscar a las nueve.”
"Está bien, está bien. Te espero, Hoseokie."
Él sabía dónde vivía; se lo había contado en el receso de clases, además no es como si el pueblo fuese muy grande. Tenía tiempo para arreglarme, entre la ducha rápidamente enjabonando mi cuerpo para limpiarlo completamente bien sacando el sudor que se había impregnado en mí, lave mi cabello minuciosamente para luego salir de la ducha y buscar en mi armario que ponerme, unos jeans ajustados, una remera de color gris, me coloque un poco de maquillaje como solia hacelo, humectante para labios con un poco de color rojo, no me esforcé demasiado, por ultimo, me coloque unas converse rojas.
El sonido del timbre me aviso que Hoseok había llegado por mí, baje las escaleras de dos en dos, guardé mi móvil en el bolsillo de mi jean y busque las llaves abriendo la puerta me encontré con mi amigo
Editado: 06.02.2022