Lovers; Un amor inmortal

Capítulo 4

Café amargo

13 de junio del 2013

En el centro comercial, fuimos directos por un café en el Starbucks, pues ya eran más de las 11 y no he tenido mi café de la mañana, a la casa de la abuela le falta una cafetera, urgentemente.

- Wau, el lugar es más bello de lo que recordaba – habló Cristy, yo solo asentí con la cabeza.

- Vamos, solo faltan algunos locales para llegar – comentó Cristy corriendo por el pasillo.

Corrí detrás de Cristy intentando alcanzarla, sin percatarme que enfrente mío iba una pareja muy acaramelada, tropecé con la muchacha que venía colgándose del brazo del joven, caía inmediatamente de golpe, vi como Cristy caminaba de regreso a mi dirección con el ceño fruncido, se notaba molesta, cuando intente pararme vi una mano, voltee hacia arriba viendo un chico bastante atractivo, los ojos azules oscuros, cabello café claro, un tono de piel moreno, pero claro, linda sonrisa, alto y tenía el cuerpo trabajado. Wow no sabía, por qué, pero me sentía tan excitada de tan solo verlo, pero que me pasa, ni Dylan, ni Logan, nadie me ha hecho sentir así y ni lo conozco, y al verlo me hizo sentir cosas que nunca nadie lo ha hecho, me ruboricé tanto que sentí mi rostro tan caliente, sin más me aferré a la mano que me brindaba.

- Te encuentras bien – habló el muchacho, lanzándome una sonrisa y ayudándome a levantarme del suelo.

- Si, gracias – susurre apenas audible, mire hacia el otro lado su noviecita parecía enfurecida, - enserio gracias, pero creo que tu novia esta algo molesta – dije apenada, volteando hacía el otro lado vi como Cristy parecía atontada con la escena que veía, genial ahora no me la quitaría de encima.

- Na, no te preocupes ella siempre es así, pero tu como eres – habló de nuevo, pero esta vez usando en su tono de voz algo diferente con un toque de coqueteo, este sexy y atractivo chico me estaba coqueteando con su novia enfrente, vi como la muchacha se alejaba furiosa de él.

- De verdad no te importa, parece muy molesta – dije viendo a los ojos de aquel joven, realmente me encantaba perderme en esos ojos.

- Dime realmente no quieres... – Sabes, si me gustaría, pero no yo no soy como las otras, no has escuchado “No hagas lo que no te gusta que te hagan”, pues desde ahora recuérdalo – dije interrumpiéndolo, sabía que en unos minutos me arrepentiría,

- Diferente, me gusta – dijo aquel joven, alejándose para alcanzar a la chica, perdiéndose de mí vista.

- § -

Diciembre 1740

Desde el fondo se podía escuchar dos voces pidiendo a los dioses que su amor nunca fuera olvidado, que, si hubiera una sola oportunidad de que ese fruto, este amor vuelva a surgir entre alguno de nuestros sucesores.

- Tú mirada azul penetrante como un cielo estrellado, siempre vigilando mis pasos;

- Tú sonrisa, con una sola me desarmas en esta batalla;

- Tú soledad me hace anhelar querer pasar más tiempo a tú lado;

- Tus ojos verdes me hacen recordar aquel bosque que antes llamaba hogar;

- Tus besos me hacen nunca olvidar cuanto te amo;

- Tú voz hace calmar mi alma en pena;

- Solo a mí me perteneces.

Primero se escuchó la voz de una joven mujer y después la voz prepotente de un hombre, constantemente se contestaban con versos, promesas, un juramento de amor.

- § -

Pero que bombón, dime por qué lo dejaste ir – habló Cristy ya a un lado de mí.

- Dímelo a mí, pero de verdad más que nunca necesito ese café – dije avanzando hacia el Starbucks.

Sin más seguimos avanzando, cuando llegamos se encontraba lleno de gente, preferimos retirarnos, e irnos a la planta de arriba para ver si encontrábamos algún local de café y parece que dios se apiado de nosotras, allí estaba un local de café cuando nos acercamos vimos que estaba vacío, y a un lado en las ventanas del local se encontraba pegado un papel en donde informaba a los clientes que estaría cerrado por reparaciones, sin más fuimos a sentarnos a una banca, Cristy se puso en su celular, mientras que yo les teclee un mensaje a Amber y Jazmín avisándoles que hoy llegaría tarde y nos veríamos hasta mañana en la escuela.

- Listo – grito Cristy, levantándose de la banca, - vamos, he encontrado un café perfecto que tiene buenos comentarios y puntuación – continuó.

- ¿Segura? – pregunte dudosa.

Sin más nos dirigimos al lugar que menciono Cristy, sin antes avisarles a nuestros padres, también les comentamos que comeríamos allá, pues puedo apostar que llegarías a la hacienda para regresar a nuestras casas correspondientes. Durante el recorrido a Arte&Café, estuvimos platicando sobre tonterías hasta que le mencione sobre Dylan Harris.

- Entonces, porque no le seguiste el juego al muchacho – empezó de nuevo Cristy.

- Vamos, enserio vas a continuar – dije ya cansada de la conversación.

- Si, además la tipa no parecía su novia – dijo Cristy.

- A no y entonces que era – dije con curiosidad.

- Una amiga con derecho – mencionó Cristy, nos detuvimos en la parada de autobús.

- ¿Amiga con derecho? – pregunte sin saber a qué se refería.

- Si, tipo una novia, pero sin el titulo – dijo Cristy, mirándome, - una mujer desesperada – continuo.

- Eso quiere decir, qué... – hable siendo interrumpida por Cristy.

- No es totalmente diferente – hablo Cristy, haciendo un puchero.

- Ni sabes lo que diría – dije mirando hacía el otro lado.

- Sí, pero no soy así – dijo Cristy, - no estoy tan desesperada, oh mira el autobús.

- Que dirías si te cuento algo interesante – dije sin ganas, subiéndonos al camión.

- ¿Qué cosa? – preguntó Cristy, mirándome ya sentadas.

- Pues tendría que contarte todo – dije con flojera.

- Pues empieza – dijo Cristy apresurándome.

- Vale, vale, te acuerdas de las gemelas – dije mirándola, vi que asintió con la cabeza – todo comenzó con una de sus apuestas – continúe.




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