21 de junio del 2013
Siempre he sido miedosa y eso no ha cambiado a través de los años, aún recuerdo que en varias ocasiones cuando era niña me levantaba en medio de la noche porque sentía como alguien me jalaba de los pies o simplemente tenía alguna pesadilla, y eso no ha cambiado mucho. Pero ahora sé que tú me acompañas guiándome, cuidándome y todo comenzó con una simple pregunta, una curiosidad que nos convirtió en amigas, hermanas, familia. Aún me acuerdo de aquel lejano recuerdo, una nostalgia me invade cada vez que lo pienso.
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- ¿Hadas? – preguntó una pequeña niña, con mechones de un rubio cobrizo cayéndole por el rostro, dirigiéndose a otras dos pequeñas.
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Hoy es el primer día de clases en el jardín de niños llamado jardín de soles, la pequeña Solangel se encontraba triste, pues creía que su mami ya no la quería y la abandono allí, cuando llego al salón indicado se encontraba acompañada de su mami, la niña al ver que ya habían llegado se aferró a las piernas de su madre, la madre pedía apoyo de la maestra con la mirada, al ver esto la maestra se agacho para estar a la altura de la niña, para hablar con ella, pero la pequeña no aceptaba escusa solo se mantenía aferrada a su madre llorando a mares y en un susurro apenas a audible se negaba a soltarla, sin más remedio, la maestra llamo a dos más cuidadoras para que le ayudaran con la pequeña, en menos de diez minutos la pequeña Solangel se encontraba en una esquina del salón sentada aferrándose a sus propias piernas, los niños a su alrededor la miraban con curiosidad, otros con burla por su acción anterior.
La clase continuo con una ajena Solangel, tocaron el timbre de salida anunciando el final de clases, por lo tanto, en el aula esperaron a que llegaran por los pequeños; luego de un rato Solangel escucho como alguien la llamaba, aquella cariñosa voz la conocía muy bien volteo hacía arriba mirando en la puerta del salón a su adorada madre, corrió hasta ella para lanzarse a abrazarla y llorar, en cambio su madre al ver aquella acción de la pequeña solo le quedo agacharse para tomarla en brazos y recoger a la pequeña Solangel.
Durante la semana se volvió una costumbre para las cuidadoras, el tener que separar a la fuerza a la niña de su madre y meterla al salón de clases, luego de algunas semanas la niña ya no se aferraba a su madre, pues sabía de antemano que no funcionaria, Solangel durante su primer mes en el jardín de niños aún no tiene ningún amigo, en cambio los niños se burlan de ella por ser una llorona por todo. Como la vez que salió por primera vez al receso con los demás niños, cuando se quiso subir a uno de los columpios sintió como alguien la tiraba para delante, intento nuevamente y de la misma manera paso, lo repitió otras dos veces más y de nuevo pasaba, al estar harta de esto, la pequeña voltea hacia atrás, pero jamás creyó con lo que se encontró, se asustó tanto al ver aquello, por lo cual empezó a llorar, al ver esto las cuidadores que se encontraban en ese momento se acercaron a Solangel preguntándole que había pasado, algunos niños se acercaron por curiosidad. Solangel les mencionó a las cuidadoras que atrás del columpio había una anciana con su rostro todo deformado en donde debía estar sus ojos solo se encontraba con dos agujeros negros sin vida.
Al escuchar tal cuento y ver lo asustada que estaba la niña, enfocaron su mirada atrás para poder ver algo, pero nada, no había nada donde la niña señalaba, sin más la alejaron de allí e intentando calmarla. Después de aquel susto que paso Solangel ya no le quedo ganas de salir, ya habían pasado dos meses desde que entro Solangel, la maestra les había dicho a los niños que hoy llegarían unas nuevas compañeras al salón que fueran buenos niños e intentaran ser amigos, luego salió del salón y sin demora llego de nuevo, pero ahora acompañada de dos niñas idénticas.
- Bueno niños, le presentare a sus nuevas amigas Amber y Jazmín Easter – dijo la maestra en medio de ambas niñas, - saluden pequeñas – continuó la maestra.
- Hola – dijeron ambas al unisonó.
Al ver tal acción de las niñas, y su desinterés de presentarse al grupo, prefirió indicarles donde se sentarían, por lo tanto, quedaron junto con Solangel en la parte de atrás en una mesita con tres sillas, cada una quedo a un lado de Solangel. La clase continuó sin percance alguno, mientras que la maestra le explicaba, Solangel quedo admirada por la apariencia de las niñas.
- ¿Hadas? – preguntó la pequeña Solangel a sus compañeras de mesa.
- No, ninfas – comentaron ambas al unisonó, volteando a verla, pues se sorprendieron por el término que uso la niña.
- ¿He? ¿Ninfas? – se cuestionó Solangel al no saber a qué se referían.
Aquella pregunta detonó curiosidad en las hermanas, queriendo saber más de la niña del medio, cuando una de las hermanas estaba a punto de hablar fue interrumpida.
- Hola – dijo Solange ajena de la clase, dirigiéndose a sus nuevas compañeras, - me llamo Solangel Cam ... Cambriech – continuó Solangel intentando presentarse siendo ajena a lo que le respondieron sus nuevas compañeras, con algo de dificultad al decir su apellido.
- Hola – de nuevo hablaron al unisonó, cosa que maravillo más a Solangel, las hermanas sentían curiosidad por aquella niña, pues no las juzgaron y se burlaron de ellas, - somos hermanas gemelas, yo soy Amber y ella Jazmín Easter – dijo Amber, señalando a Jazmín que se encontraba al otro lado de la niña.
- Amber y Jazmín – repitió Solangel, - bonitos – continuó.
- En nuestra familia, cuando nace una niña se les pone nombres de flores, es una tradición muy ... – dijo Jazmín, al ver la curiosidad en la mirada de Solangel.
- Una tradición muy vieja – interrumpió Amber, al notar la admiración en los ojos de la pequeña Solangel.
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Desde ese día jamás nos hemos separado, al decir verdad conocerlas fue algo maravilloso, su compañía me hace sentir segura y cómoda, pero en ocasiones siento que esas dos me mataran de un susto un día de estos por todo lo que se les ocurre, aunque yo también soy muy ocurrente, primero está la semana de bromas en abril conocida también como pascua, las constantes burlas con Dylan, cuando se aburren y yo soy su centro de diversión, cuando algo no les gusta lo dicen muy honestamente, demasiado, donde en ocasiones nos causa inconvenientes con los demás, pero aun así jamás las cambiaría, pues todos aquellos regaños y miradas de molestia de los demás compañeros no son nada, como pasar toda la tarde juntas, o cuando hacemos alguna locura, juego o nos pasa algún suceso extraño y diferente todo eso es tan emocionante, no saber que te espera en el futuro, como si cada día abrieras una caja sorpresa encontrándote algo emocionante y divertido.
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Editado: 20.02.2022