El viaje les tomaría de cinco a seis días, lo que era genial ya que ninguna de las dos quería retrasarse, Eider por su abuela y Ana por su padre.
Pero mientras no estuvieran en Oia Santorini iban a considerar que el tiempo pasaba demasiado lento.
Así que el viaje iba a ser una gran prueba para la resistencia de ambas.