Después de enseñarle a Sara su oficina me puse a trabajar, tuve una reunión a la cual Sara me acompañó y me ayudo a cerrar el contrato, salimos y fuimos a la escuela por Luciano, desde que Sara llego veo a Luciano más sonriente, hoy tenemos cita con su psicóloga en la tarde.
Al llegar al colegio entro por Luciano y la maestra me pidió ir a la dirección, la directora quiere hablar conmigo, Sara se llevó a Luciano al auto en lo que yo hablo con la directora, llego y toco y su secretaria me da el ingreso a la oficina.
—Buenas tardes, señora directora, ehmm me dijo la señorita Suly que quiere hablar conmigo, dígame ¿mi niño se porta bien? Que ha pasado dígame en que le puedo ayudar.
— Buenas tardes, Señor Montemayor adelante tome asiento, verá esta institución es de alto prestigio, Luciano es un niño como le diré, es un niño diferente, caprichoso, malcriado y antisocial, para que me entienda en esta escuela no podemos permitir esa clase de conducta en los alumnos, su hijo necesita disciplina, en el salón no deja que sus compañeros hagan sus deberes, se adelanta a hacerlo y se enoja por todo, grita y hace berrinche, quizá la falta de una madre y de su atención tal vez cambie su actitud.
— A ver con todo respeto, maestra, ¿me está diciendo que no le pongo atención a mi hijo? Que sabe usted de lo que yo hago por él, y para que sepa o se informe, le voy a decir, pensé que ustedes ya se habían dado cuenta, pero veo que no, Luciano es un niño muy inteligente y si es cierto que tiene cambios de conducta. Pero no es por qué sea malcriado o mimado, o que le haga falta una madre, no maestra, usted está muy equivocada y necesita informarse, Luciano tiene el Síndrome de Asperger y ya está siendo tratado.
—Oh por santo Dios, qué feo, quiere decir que está enfermo, no podemos tenerlo en esta institución en su condición rara, puede dar mala impresión a sus compañeros y no quiero que ellos se porten como él o que se contagien.
—Se está escuchando señora, que poca inteligencia tiene usted, sabe que tiene razón mi hijo no tiene por qué estar en esta institución de prestigio como usted dice, él merece un colegio mejor, uno que en verdad valoren su inteligencia, muchas gracias por las molestias que se tomó al aceptar a mi hijo en su prestigiosa institución, con premiso, señora.
Qué coraje tengo, no puedo creer que la que se supone tiene los conocimientos referirse a sí de mi hijo, esto no lo pienso dejar pasar, mi Luciano va a recibir una buena educación y va a aprender a controlar sus emociones y su psicóloga lo ayudará y yo también por supuesto, pero en esta escuela no vuelve.
Llegue al auto, Luciano y Sara están jugando ajedrez, están entretenidos que no se han dado cuenta de que yo ya he subido, no los quiero interrumpir de su concentración, encendí el auto y maneje hasta casa, al llegar estacione el auto enfrente, baje y abrí la puerta para que bajaran y siguen en su juego.
—chicos, creo que ya llegamos a casa, lamento su concentración, pero creo que mejor entramos, comemos y después siguen jugando.
—Tía Sara ya llegamos, Luciano llego a casa, Luciano tiene hambre, vamos tía Sara más tarde, Luciano juega contigo, padre hoy, Luciano va a ir con mi amiga Paola, padre va a llevar a Luciano y tía Sara también va a ir con Luciano, te voy a presentar con mi amiga Paola.
—claro que si campeón, vamos a comer y luego te das un baño y te arreglas para ir con tu amiga Paola, entremos a la casa.
— Vamos mi principito, cuando regresemos de visitar a tu amiga seguimos jugando y terminamos la partida la cual te voy a ganar, tengo hambre, el último en entrar, invita los helados.
—no tía Sara, Luciano va a ganar esta partida, y papi invita el helado, Luciano ganó, ya está adentro.
Ver a mi hijo correr y reír me hace olvidar el mal rato que pase con esa maestra de quinta, entre detrás de ellos y nos sentamos a comer, al terminar Luciano se despidió para ir a bañarse y arreglar para ir con Paola. Me quedé con Sara platicando y le conté lo que había pasado en el colegio y se enojó igual o más que yo que empezó a maldecir en contra de la maestra y todo el colegio, me dio risa que hasta se sirvió un vaso de whisky y sé lo tomó de una.
Luciano bajo para irnos a su consulta, me gusta que con Paola se sienta muy bien y se abra, su terapia le hace bien y hasta a mí me está ayudando a entenderlo, y ahora Sara también va a estar ahí con nosotros, ya no estoy solo, tengo la ayuda de mi hermana y de mis amigos. Subimos al auto, al llegar al consultorio de Paola Luciano entró contento, la asistente de Paola lo hizo pasar sin anunciarlo.
—¿Hola Luciano, como has estado, me da gusto verte el día de hoy, si quieres ir al área de juegos puedes ir, en un momento estoy contigo, primero voy a platicar con tu papá y luego platicamos tú y yo te parece?
—a Luciano le gusta estar en el área de juego, Luciano va a construir, ¿no tardes amiga para que Luciano platique contigo?
—Buenas tardes, Paola, disculpa a Luciano, venía muy emocionado por estar aquí, mira, te presento a mi hermana Sara, hoy pasaron algunas cosas en el colegio y quiero que me ayudes, no sé cómo enfrentar esta situación.
—ya sabe Santiago que puede confiar en mí y estoy dispuesta a ayudarte, Sara mucho gusto en conocerla, creo que ahora más que nunca Luciano los necesita y con el amor de su familia va a aprender a controlar y sobrelleva sus emociones.
—El gusto es mío, Paola, créame que mi principito tiene todo el amor de su tía y su padre, somos su familia y yo también estoy dispuesta a aprender todo sobre el Asperger, y con su ayuda lo vamos a ayudar.
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Editado: 27.10.2024