Hola Arc… (Arc de arcángel) -Interrumpió una voz cálida y conocida, giré para ver quién era, en cuanto vi me levanté precipitadamente.
-Abuelo… digo Dios, ¿qué hace aquí? -Dije mientras hacia una reverencia.
-Arc ya han pasado décadas desde que no te veo, sabes que puedes decirme abuelo…y no es necesaria la reverencia, sabes que no son necesarias, mejor ven y dale un abrazo a tú viejo abuelo. -Yo con una sonrisa, me lancé a sus brazos como cuando era un niño.
-Pero… desde que yo estaba en el infierno me prohibiste la entrada al paraíso… ¿Qué ha cambiado? Si se pudiera saber. -Pregunté muy ansioso.
-No es mi lugar decirte, pero ven, hablemos. -Me acerqué y lo abracé tan fuerte como pude, lo había extrañado demasiado, y cada día que pasaba en el infierno era algo de lo que siempre pensaba, en que tal vez por ser hijo del rey del infierno y de la hija principal dell mismo Dios tendría problemas debido a mis acciones pasadas, y no engaño a nadie, hace décadas era lo peor, yo era un asesino, pero ahora pienso cambiar eso.
-Tito, ¿quieres ir a caminar? -Así le suelo decir a mi abuelo desde que tengo memoria.
-Me encantaría. -Salimos y fuimos por unas nieves, hablamos sin parar, el timpo era como cuando apenas era un pequeño, era simplemente perfecto, era divertido…
-¡Agh, ouch! –Me quejé sin razón alguna.
-Arc, ¿qué ocurre? –Así me dice mi tito desde que nací.
-Yo yo…no lo sé tito, solo sé que me duele mucho… -Inmediatamente pensé. -¡Ash! -Sin pensarlo dos veces me teletransporté a donde estaba ella, al llegar puse cara normal, no quería que alguien supiera o pensara que nada estaba pasando asi que entré y la vi, ella me sonrió, inmediatamente se me acercó.
-Hola Luci.
-Hola princesa, ¿comó estas? ¿Estás bien? ¿Quieres ir al hospital? ¿Te lastimaste?-Comencé a preguntar precipitadamente.
-Luci tranquilo, ¿estás bien? -Dijo mi princesa mientras tomaba mi mano, yo me tranquilicé inmediatamente.
-Ehhhh, yo si... gracias, bueno debo irme, pero nos vemos luego. -Salí de la tienda y me teletransporté a donde estaba mi abuelo.
-Arc, ¿qué ocurre? -Preguntó mi tito.
-Perdón tito, ¡Es que la encontré, encontré al amor de mi vida!… pero obviamente ya lo sabes asi que, me lo ahorraré…
-Oye, sabes que aunque lo sepa me gusta platicar contigo, asi que por favor cuentame… -Le conté, la verdad es que mi tito siempre ha sido me persona favorita, es mi compañero de crimenes (no graves obviamente), cuando tenía 3 años él me ayudaba a aprender a volar con mis alas porque no podía, luego me ayudaba a robar galletas a mi madre, éramos como Shaggy y Scoobie, un dúo en acción. Pero todo cambió cuando mi padre me separó de mi madre…pero esa es una historia para otra ocasión, mi tito y yo continúamos hablamos durante horas y horas.
-Arc ya debo de irme, pero te espero pronto, te amo… -Me abrazó, yo lo abracé tan fuerte como pude, porque aunque ellos no lo digan yo se que si cometes un pecado grave al paraíso no puedes entrar, solo si Dios quiere, sé que me dirá que si porque es mi abuelo, pero no me sentiría cómodo, porque lo que quiero es cambiar para bien y yo he pecado mucho, por eso lo abracé tan fuerte como pude, porque no se si esta es la última vez que pueda abrazar a mi tito. Y asi fue como él desaparecio, tomé aire y volví a mi casa caminando, realmente no tenía ánimos de volar ni de teletransportarme.
En el camino, me detuve y fui al cine, hace mucho que no iba solo, en cuanto llegué me di cuenta que estaba vacio, lo cual me extrañó mucho, pagué mi boleto, me puse una gorra y unos lentes, luego me metí, en cuanto entré vi a muchas parejas y yo ignoré ese hecho y solo me dirigí a mi asiento, de pronto se apagarón las luces y comenzó la película, me acomodé y de pronto me di cuenta que en la pantalla se proyectaban fotos de dos personas, y decían frases de amor, yo nunca me había percibido nada de esto antes en algún cine ya que no suelo venir mucho, pero el príncipe del paraíso y del infierno esta enamorado y todo pasa, pero bueno, no suelo venir mucho al cine ya que si eres famoso se vuelve un poco incómodo ya que no te dejan de pedir fotos y asi, seguí viendo las fotos proyectadas en la pantalla, al terminar apareció en grande un “¿Te quieres casar conmigo?” el chico apareció con unas flores y unos globos gigantes, esto por alguna extraña razón me hizo sentir algo inexplicable, todo el cine estaba en silencio esperando a que ella diga que "Si", hasta que de pronto , se escucho un “ Si “ todos comenzamos a aplaudir, derrepente volví a sentir ese dolor que había sentido hace rato esta vez era más fuerte, me levanté precipitadamente y antes de teletransportarme a donde estaba Ash, fui a felicitar a la pareja de recién comprometidos.
-Aghh como duele, osea no duele tan fuerte, es soportable para mi, ya que por ser inmortal todos los dolores se me dan menos fuertes, pero este dolor, si fuera un mortal, creo que no podría soportarlo tanto, porque aún asi duele, y no sé a que se deba este dolor, solo espero y no quiero que Ash tenga algo. –Me dije a mi mismo en voz alta, al llegar a la casa de mi princesa la vi dormida, me metí a su habitación, me sente en la orilla de su cama y la observe, el simple hecho de verla me vuelve el demonio mas feliz del mundo, es algo que no se puede explicar, de alguna manera ella me hace sonreir, de pronto sentí como ella estaba a punto de levarse asi que me teletransporté afuera de su ventana y desde ahí la vi, ella tomó algo de uno de sus cajones y fue al baño, ahí lo entendí todo, nadie le esta haciendo daño a mi princesa y no esta enferma, simplemente ella esta en sus días, y lo que yo estaba sintiendo eran los cólicos que ella estaba sintiendo, demonios ahora que los puedo sentir que molesto tiene que ser para ellas, prometo cuidar a mi princesa y consentirla en esos días, y para el resto de las mujeres, mis respetos por tener que soportar estos dolores una vez al mes y por varios días. Fuí a mi casa y le preparé uno de los tés que curan todo, estos tés solo los conocemos en el paraíso, son los únicos capaces de sanar todo, en cuanto lo tuve listo, me teletransporté a la casa de mi princesa, le dejé el termo en su escritorio y le dejé una nota que dice “Bébelo, te sentiras mejor… de tu madre” le puse eso para que ella pudiera sentir que su madre lo hizo y que pensara que su madre al prepararle algo significaba que ella ya se siente mejor. Me quedé en la ventana viendola descansar, después de horas viendola ahí, decidí irme a mi casa ya que quiero no ser tan raro al observarla dormir. Al llegar a mi casa me di un baño y luego me quedé dormido…
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