—Un día y se cumple la condena, es la media noche aquí.—informó el brujo Majorissu al sentarse de nuevo en su silla hecha de huesos. Traía con el una bandeja de lo que parecía ser comida, pero no estaba segura, por que no parecía tener buen aspecto, algo que poco me estaba importando por que no había comido en dos días seguidos. Lo miré comer, pero luego este pareció notar mi apetito.— No te voy a dar por que se que no te va a gustar nada, es comida del infierno, solo el rey de los reyes tiene mejor comida.—dijo respondiendo a mi hambre.
—Ouh, ¿predices el futuro acaso?
—Más o menos, leo mentes, puedo captar cada gusto, disgusto, sentido u emoción, y se que aunque tengas mucha hambre, no te va a gustar para nada de lo que como o de lo que comamos aquí.
—Vaya, gracias por responderme.—hice una mueca confundida, antes de mirar a otro lado y evitar tener más hambre, pero era imposible, tenía tanta hambre que no pensaba en otra cosa.
Sin esperarmelo, Nicolás había llegado gritando mi nombre, pero el brujo como siempre hacia cuando alguien se acercaba, apagaba las velas que mantenían con luz la pequeña carpa.
—Siempre teniendo miedo a quien llegue, ¿no Majorissu?—ingresó como si nada, a lo que salí corriendo a sus brazos.— Liseth.—besó mi frente.
—Pensé que nadie vendría por mí.
—Pensaste mal, aunque podías salir sola si le pedías una joya.
—¿Como?, el me dijo que no había forma de obtener más joyas de vida.
—Claro que puede, fue quien las creó, simplemente quizo tenerte aquí, por que le gustaste, ¿no cierto Majorissu?—le preguntó, pero el brujo ni se inmutó a negarlo y mucho a hacer alguna expresión, lo cual me sorprendió mucho.— Ya podemos irnos.
—Que os vaya muy bien, queridos aprendices.—se despidió antes de desaparecer, junto a su carpa.
—¿Por que no viniste antes por mí?
—Bueno... Tom aún esta con vida, y me atacó en el momento que ustedes llegaron aquí, a propósito, ¿donde esta Neri?
—Nicolás, tenías mucha razón en desconfiar de ella, me traicionó y me abandonó aquí, nunca fue mi amiga, siempre supo donde estabamos, Lucifer también, y ella cree que Lucifer la va a amar, cree que se va a volver reina del infierno y que nosotros moriremos para que eso suceda.
—Yo sabía que ella tramaba algo, siempre lo supe, pero no te procupes, todo se resolverá.
—¿Me contarás por que tu demora ahora si?
—Bueno...
•FlashBack Nicolás•
Salí a la entrada principal, sigilosamente, por si llegaba a encontrarme con Lucifer o uno de los cazadores de Jack, pero me llevé la sorpresa de ver a un gato subido en mi auto que días atrás había mandado a reparar por el accidente que Tom me había hecho cometer.
Volví a dentro, llevándome la sorpresa de no encontrar a Liseth en el sofá y mucho menos a Neri, la cual creía que la iba a cuidar mientras yo iba a investigar, pero me equivoqué por completo. Otra vez Liseth se había escapado de mi vista, junto con Neri, en la cual no confiaba para nada.
—¿No quieres recuperar a tu mejor amigo?—decia Neri, por lo tanto fruncí el ceño. ¿Como lo iba a recuerpar?, no puede ser con...
—Si quiero, pero...
—Pero nada, Liseth, anda, vámonos.—insistió.
—Ash, esta bien...—oí su voz antes de desaparecer. Habían mencionado sobre recuperar a Tom, y eso no era posible, nunca había sido posible, y ya sabía a donde la iba a llevar.
De un momento a otro fui golpeado con una fuerza superior, que derribó media cabaña a lo que fui mandado hacia afuera. Me paré rápidamente, sin saber quien había sido él causante de ello.
—Que débil eres Nicolás.—dijo alguien de repente.
—Jack.—gruñi.
—Él mismo y encantador. Me enteré de lo que pasó con tu familia, te doy mi más sincero pésame, esto nunca hubiera terminado así si tu no hubieras conocido a Lucifer cuando eras joven.—me miró fijamente sin ninguna expresión en su rostro. Vestía con un traje blanco, que resaltaba con el color de la nieve en todo el jardín.
—¿Que quieres Jack?
—Ah nada, sólo quiero saber como va eso de atrapar a Lucifer, ¿bien o mal?, y perdón por el golpe, no soy muy delicado que digamos.
—Por ahora sólo protejo a Liseth de sus manos.